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Dejamos Turmi y nos dirigimos a Jinka.
Jinka es la capital del Omo, es la ciudad centro administrativo de la región y tiene hasta aeropuerto, bueno, en realidad el aeropuerto es una calle mas de la ciudad, algo mas ancha eso si, pero con las casas a lado y lado, las cabras pastando en el medio y la gente andando arriba y abajo tranquilamente. Imagino que si llega algún avión deben de dar algún aviso o algo para que la gente se aparte y quiten a los animales del medio. La verdad es que en los dos días que estuve allí no vi ningún avión que llegara, pero me aseguraron que si, que de vez en cuando algún avión aterriza allí. Imagino que será alguna avioneta o pequeño avión, no se.
Bueno, el viaje desde Turmi aquí lleva un día entero, si además llegas y el único hotel decente de la ciudad no tiene habitaciones libres y debes alojarte en otro cuyo nivel de decencia ya roza el bajo cero, empiezas a preguntarte si has hecho bien en venir hasta aquí.
El motivo de la visita a la zona, los Mursi, quizás la tribu mas famosa de todas las que habitan la zona del Omo, seguro que todos habéis visto fotos de ellos, las mujeres llevan una especie de platos decorados, incrustados en el labio inferior. El como lo hacen es muy simple, cuando llegan a los doce o trece años, se les hace un corte justo donde, por decirlo así, el labio inferior se une a la barbilla, de manera que queda un agujero en el que se coloca un plato pequeño, poco a poco, se va substituyendo el plato por otro mas grande, hasta conseguir lo que ellos consideran un verdadero orgullo, que es poderse pasar el labio por encima de la cabeza, lo verdaderamente impresionante es cuando no llevan el plato, que en teoría solo es un ornamento que ponerse para festividades y celebraciones, ya que queda el labio colgando y se ve la encía y la dentadura de la mandíbula inferior, a la cual le faltan los dos dientes centrales, ya que también como muestra de belleza, se los arrancan.
Y aquí, si que dejadme decirlo. Todo muy impresionante, pero yo aquí no vuelvo ni harto de vino.
Primero, para llegar desde Jinka al poblado Mursi mas próximo, tienes un viaje de un par o tres de horas por caminos infernales, cuando falta poco para llegar al poblado, encuentras un control de la policía y debes dejar que suba un policía armado a bordo, pagándolo tu, claro, para que te “proteja” de los peligrosos Mursi, que si, que a lo que parece, a media mañana empiezan a darle al alcohol y al mediodía empiezan a ser peligrosos, pero que vamos, que si ese soldado tiene que protegerte, con un fusil de la primera guerra mundial, que lo mas probable es que si lo dispara, estalle el cañón por la de mierda acumulada que debe llevar dentro, en fin.
Pero es que además, cuando llegas al pueblo, te los encuentras a todos fuera, formando una fila, te dicen que bajes, que selecciones a quien quieres fotografiar, pagues, aquí la tarifa son cinco birrs, hagas las fotos y te largues.
Al menos, en las otras tribus, podías pasear por el pueblo, aunque fueran un poco pesados con el tema foto, pero es que aquí, ni eso.
En fin, que para mi no vale la pena perder tres días, uno de ir, otro de visitar la tribu y otro de volver para sacar un par de fotos.
Lo único bueno que sacamos de acercarnos aquí, fue que de camino pasamos por el pueblo de Kayafa, donde coincidimos con el mercado semanal, uno de los mas importantes de la región y así al menos, nos pudimos quitar un poco el mal sabor de boca que nos había dejado la visita a los Mursi.
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