Planificamos el viaje de forma circular, dejando de esta manera Palermo para el final.
El día 22 de abril salíamos de Barajas rumbo a Palermo aterrizando a las 19:45 en el aeropuerto de Falcone Borsellino. Llevábamos el coche de alquiler para los 7 días a través de Hertz, con el precio- enlace que ofrece Ryanair. Precio realmente atractivo que se ve incrementado por la cobertura todo riesgo que en un destino como Sicilia se vuelve imprescindible.
Como primera cosa llamativa los establecimientos de alquiler no están en la terminal, hay que coger un autobús lanzadera NAVETTA para poder dirigirse a la base Car Rental. La terminal se encuentra en obras que por el ritmo que se aprecia se van a extender en el tiempo.
Pese a que en la reserva inicial figuraba un Lancia Epsylon finamente cogimos un Ford Fiesta. Salimos del aeropuerto rumbo A29 para Castellammare del Golfo, donde teníamos contratada la primera noche en el Hotel Locanda Scirocco, céntrico en pleno Corso Garibaldi. El pueblo pese a que no cuenta con nada excepcional supuso una bocanada de aire fresco después de un día de desplazamientos de aviones y coches. Era la primera noche mediterránea, esto para los que somos del norte supone brisa y terraza, y fue lo que nos ofreció Castellammare.
Destino vearaniego de los Palermitanos, pese a que no será por su playa por lo que destaque. Cautivará su puerto extendido por toda la bahía donde se sortean en el paseo los barcos de pesca con locales de diseño, los restaurantes con sus terrazas y la playa en plena adaptación para el verano, preparando sus terrazas y chiringuitos. Es agradable pasear su casco antiguo, bordeando el castillo hasta bajar a la bahía.

Cenamos en la terraza de una pizzería sobre el mar, desde el que se divisaban los muros de lo que algún día fue un castilllo.