Nos levantamos a las 07:00 y a las 08:00 ya estábamos cogiendo una van hacia Xel-há, nos bajamos y al igual que en todos los sitios que habíamos ido tienes un caminito para llegar hasta la entrada por la sombra, porque atizaba el sol de lo lindo.
Cómo ya habíamos cogido las entradas enseñamos los papelitos, nos pusieron las pulserita de todo incluido y hacia dentro. Al enseñar lo de los delfines me dijeron que había hueco a las 9:45 por lo que me metí en esa hora, ya que lo tenía reservado a las 14:00 y así ya luego no tenía que volver.
Por fin iba a cumplir el sueño de poder tocar un delfín, como Toni no lo había cogido, se quedó fuera, hay un sitio desde donde pueden hacer fotos, aunque nosotros estamos de espaldas a donde se queda la gente mirando, ya que de frente tenemos al fotógrafo de allí, al que yo prácticamente ni miraba, jejeje, yo sólo miraba a Toni para que consiguiera hacerme unas fotos chulas con los delfines, y así luego no cogía el CD, que era bastante caro (unos 40 €) y ya habíamos cogido el CD de Cobá – Encuentro Maya.
La experiencia me encantó, nunca pensé que fueran tan, tan suaves, además, nos explicaron que los delfines que había allí, eran rescatados del mar, porque habían sufrido algún ataque de tiburón, o se habían quedado barados, y luego de esos han ido criando, por lo que parece que te limpian un poco la conciencia de estar ahí todos disfrutando de un animal, que preferiría estar en libertad.
Después del foot-push, realizas varios ejercicios con ellos, los tocas mientras el cuidador te cuenta cosas sobre ellos, etc., para mi será una experiencia que recordaré toda la vida.
Cuando acabamos, entre el video que te ponen antes de ir al agua, y el tiempo que estás dentro, ya que pasé con otras 7 personas más, te tiras una hora más o menos, por lo que mi novio estaba el pobre empapadito en sudor, la camiseta estaba cómo si la hubiera tirado al agua, además allí los mosquitos están salvajes, llevaros bien de relec, porque anda que no se nota cuando te lo echas y cuando no.
Fuimos a por los equipos, sólo el tubo y las toallas, ya que nosotros llevábamos nuestro equipo, así que cogimos el tubo que es gratis, y dejamos todo en una de las taquillas, la cámara, el dinero, mochilas, etc., lo podéis dejar todo con total seguridad que está todo muy bien preparado y controlado.
El agua es azulita, azulita, y sólo se ven lagunas y jungla, es todo natural, una pasada, una vez dentro pudimos disfrutar de unas cuantas horas de snorkel, nosotros es que nos metemos en el agua con las gafas, y nos tiramos horas, nos gusta muchísimo. Vimos peces de todos los colores y tamaños, rayas, peces loro enormes, etc., luego hubo una zona que no me gustó tanto porque estaba bastante turbia, pero era natural, no es que estuviera sucia, era de lo que soltaban las algas.
Una vez nos cansamos de bucear, nos fuimos a comer a un buffet de especialidad mexicana, además con el todo incluido puedes tomar las bebidas o comer en cualquiera de los sitios del parque.
Y de ahí al puente colgante, donde hay peces enormes, nos metimos un ratillo con las gafas, y luego nos fuimos por los senderos que han abierto por la selva, todo preparado, y vas pasando por diferentes cenotes, hay zonas donde saltas desde alturas al cenote, todos de aguas transparentes y fresquitas, daba gusto meterse. Ahí vimos que era donde todo el mundo comienza el parque con los doonuts, nosotros lo habíamos hecho al revés, pero bueno al final vimos todo igual.
Había muchos doonuts por el agua, que la gente iba dejando, así que cogí uno, y bajé montada, pero la verdad es que es muy lento, es casi mejor ir nadando, así que al final lo acabé dejando también, por el camino hay zonas, donde atraviesas un tramo a través de una cuerda, o te tiras con una cuerda al agua cómo si fuera una liana, en fin, está todo muy bien montado.
Después del paseo eran ya las 17:30 y decidimos irnos, ya había habido bastante agua por hoy, ya que Xelhá es para el que le guste hacer snorquel, lo digo por la gente que duda si ir a Xelhá o a Xcaret, depende de lo que a uno le guste bucear. Pero en X-caret hay menos agua para hacer esnorquel aunque también lo hay y muy bonito, pero quizás, no tan natural, es más para ir a ver y Xel-há para ir a nadar, pero en Xcaret lo bueno es que puedes hacer las dos cosas.
En fin, otra vez el caminito, una van y al hotel, a buscar corriendo en el Beach a la persona de la agencia de Iberojet, que por las horas que eran no sabíamos si lo encontraríamos, ya que al día siguiente teníamos Chichén-Itzá y nos íbamos arrepintiendo por momentos de haberla cogido, llevábamos dos días seguidos casi sin ver la playa, el hotel ni pisarlo apenas, sólo por la noche, y ya sólo nos quedaban dos días, nos íbamos el Domingo. Así, que íbamos a probar cambiarlo, porque ya habíamos visto las ruinas que teníamos que ver, y es que tanto tiempo de autocar nos echaba para atrás, todo por cuestión de que te ves agobiado de tiempo, hay que ir para más días, una semana no da para mucho, preferíamos disfrutar un poco más de la playa.
Así que cómo no habíamos avisado con una antelación de 24 horas, no te pueden devolver el dinero, y lo cambiamos por Xcaret tarde, (que me encantó no me arrepiento de haber cambiado Chichén por Xcaret) a las 14:30 del día siguiente nos pasaba a recoger un autoca, y así podíamos disfrutar toda esa mañana en la playa del hotel, donde sólo habíamos estado el primer día.
Una vuelta por las tiendecillas, a por una lámpara que ya habíamos visto otro día, que ya tengo puesta en la entradita de mi casa super chula, me había enamorado de ella de lo original que era, a la habitación y al buffet para variar a cenar.