Parece mentira, pero ha llegado el momento de apurar nuestras últimas horas en el paraíso. Nos levantamos tranquilos, disfrutamos de un último desayuno y fuimos a despedirnos debidamente de nuestra adorada piscina del Family Selection. Cómo la vamos a echar de menos…
Después de comer decidimos hacer el check out, dejar preparadas las maletas y esperar nuestro transfer en la sala de recepción específica de Family Selection, con juguetes y videoconsolas. Nos tomamos un café sabiendo que eran nuestros últimos momentos en el paraíso. Nos prometimos volver (siempre lo hacemos cuando un viaje nos gusta) y en seguida llegó nuestro transfer para llevarnos al aeropuerto de Cancún.

El vuelo de vuelta fue muy tranquilo. Al ser un vuelo nocturno la terremoto se durmió todo el viaje y, una vez aterrizados se puso a llorar. Cuando le preguntamos qué le pasaba, nos respondió que “iba a echar de menos las vacaciones”. Así que misión cumplida: peque con un recuerdo para toda la vida, nosotros felices y con la sensación de haber vivido unos días maravillosos.