Y llegó la primera aventura en la naturaleza. Habíamos contratado un día con guías, lo podéis hacer en cualquier hotel o agencia del lugar y el precio variará bastante. Por vuestra cuenta eso si imposible y en todo caso hay que comprar un permiso a los militares para poder entrar.
Empezamos cogiendo las canoas que os he enseñado de la etapa anterior y bajamos río disfrutando del paisaje que nos permitía ver el paseo. Vimos ghariales, una especie de cocodrilos con la boca muy fina, elefantes y un montón de pajarillos.
Y finalmente las canoas nos dejaron en el lado del río en el que está la selva. Todo el día de un lado a otro, lo que más vimos fueron insectos si os digo la verdad:

Y el día era caluroso y con un buen sol que se entreveía entre los árboles... hasta que paramos a descansar, el cielo se nubló y nos vimos en medio de una catarata de media hora:
Es lo malo de ir en época aun de lluvias. Tras el descanso andamos hasta un refugio que hay en medio del parque natural en el que hay una reserva de cría de ghariales:
La verdad es que vistos de cerca no dan tanto miedo.
Y despues de la comida el día volvía a ser soleado y caluroso.
Las vistas todo el día eran una maravilla.
Decir que lo único realmente desagradable fue la cantidad de sanguijuelas... nos pillaron varias, pero vamos, que la única palabra es desagradable, porque doler no duele y lo malo es que la herida tarda mucho en cerrarse, y cuando digo mucho es que 24h despues muchas de las veces seguían saliendo gotitas de sangre.
Antes de salir del parque natural nos llevaron a ver unas crias de rinoceronte que habían recogido los militares:
Volvimos en jeep, parándonos a ver monos que dentro del parque natural eran más vergonzosos pero que fuera parecen gustarse de la compañía humana.
Una vez de vuelta a Sauraha nos despedimos de la selva desde la playa ya que el día siguiente partíamos hacia la zona de los Annapurna.