El día lo comenzamos a lo grande, tortitas con plátano y miel, mi desayuno standard en Nepal. La verdad es que el restaurante del hotel ya fuese para desayunar, comer o cenar es muy resultón aunque suponga un poco más de precio.
Si cogéis un mapa y veis la orografía entorno a Kathmandú os daréis cuenta de que está encajonado en una enorme olla, y junto a el otras dos pequeñas ciudades, Patan ya casi absorbida por la propia Kathmandú y Bhaktapur.
Nuestro plan para este día era ver el valle y para ello lo primero era conseguir transporte, así que aprovechamos que en el hotel hay una especie de "agente turístico" que estará todo el rato ofreciendoos packs para distintos sitios de Nepal para hacer mil cosas... el hombre es útil pero un poco pesado. En este momento hicimos uso de sus servicios y a través del alquilamos un taxi para todo el día por 50$, y por taxi me refiero a:
No soy muy grande pero con 1,82 me sentía aprisionado en ese intento de coche.
Nuestro primer destino fué Patan. Estuvimos 2 horas pasando el rato allí, la entrada a la parte histórica nos costó 200 rupias, 2 €. Es uno de los puntos más tranquilos del valle, la plaza inicial, la plaza Durbar de Patan es bastante bonita, pero una vez que sales de ella no hay mucho que ver:
Y antes de las 13h ya estábamso en Bhaktapur. Aquí la entrada sube a 1100 rupias, pero lo merece. El casco antiguo de Bhaktapur es enorme y muy limpio para los habitual en Nepal, y te permite andar por un montón de callejuelas que siempre te llevan a una nueva plaza con su propio templo. El recorrido habitual es una vuelta circular por la ciudad desde donde el taxi te deja. En la plaza situada al otro extremo hay un par de restaurantes que salvan el día.

Tras otras 5 horas que duró la visita a Bhaktapur nos volvimos al hotel, llegaríamos casi a las 20h por un atasco tremeno que nos pilló, el día siguiente tocaba tránsito, mejor descansar por si se avecinaba un día duro.
