El día siguiente (sábado) nos dirigimos de nuevo hacia el Big Ben en bus - parada Westminster Abbey. Aprovechamos que volvíamos a estar ante el colosal reloj para hacerle unas fotitos más, jejeje.

Acto seguido compramos una botella de agua mineral en una caseta que había en el puente, y de paso preguntamos al chico que nos la vendió dónde se cogían los barcos para navegar por el Támesis. El caso es que le digo: "¿y está muy lejos?" y resulta que me giro y tenía la entrada enfrente de mi, jajajajaj


Llegados a ese punto, nuestro barco dio media vuelta y paró delante de la Torre. Ya habíamos llegado

Buscamos el sitio donde vendían los tickets (otra vez usamos el 2x1, jejeje) y nos encaminamos hacia el interior de la Torre. Justo en la entrada leímos un cartelito en donde se anunciaba que ese mismo día hacia las 13 horas se dispararían 62 cañonazos con motivo del aniversario de la Reina. ¡Guay!
En la entrada no pude evitar dirigirme a uno de los beefeaters para hacerme la fotito de rigor, jejeje






También habían actores vestidos de época, como véis en la foto, lo cual aumentaba nuestra sensación de habernos transportado en el tiempo. Y la guindilla del pastel: justo cuando paseábamos por el patio interior oímos un disparo muy fuerte, como si nos estuviéran atacando, jajaja ¡¡los cañonazos en honor a la Reina estaban en marcha!! Rápidamente nos dirigimos hacia donde se oían los disparos (a orillas del río), y asomándonos a la muralla pudimos ver la escena. Fue muy bonito. Los cañonazos sonaban como estruendos infernales, y había humo por todas partes.

A la hora de comer nos compramos unos "muffins" en una paradita que había en el mismo patio de la Torre, y nos sentamos bajo el sol en un banco para disfrutar de nuestro manjar mientras veíamos algún que otro señor o conde pasar por allí ajetreado, jejeje. Después de comer y muy a nuestro pesar, abandonamos la Torre (¡la recomiendo de todas todas!), y nos hicimos unas fotitos con el Tower Bridge de fondo. Preguntamos a un policía dónde estaba la parada de bus/metro más cercana, y nos indicó que justo detrás de la Torre (rodeándola) había una parada de bus. Así que pusimos rumbo hacia allí con intención de dirigirnos a St. Paul.
Cuando ya divisamos la catedral nos apeamos. Tuvimos suerte porque justo a esa hora había misa, así que pudimos entrar gratuitamente. Nos sentamos en un banco para disfrutar un poco de la tranquilidad de la catedral, oyendo decir misa al sacerdote. Cuando acabó paseamos un poco por allí y salimos.

Eran las 19 de la tarde, pero como ya teníamos hambre (los muffins los teníamos ya en los pies, jaja) decidimos entrar a la pizzería que había enfrente de la catedral, al otro lado de la calle - Pizza Express se llamaba el local. Por Dios, ¡¡qué pizzas más buenas!! ¡¡y qué a gusto nos las zampamos, con vistas a St. Paul!!
Una vez saciados decidimos volver al hotel ya que estábamos agotados y queríamos irnos a la cama pronto (horario inglés!). Así que volvimos a coger el bus y regresamos a nuestra habitación. Viendo la tele un rato vimos que ese día la Reina y su familia habían estado recorriendo las calles de Londres (ese día se celebraba la "Trouping the colour" creo que se llama), justo donde habíamos estado el día anterior, pero claro, no se puede ver todo! y además había muuuucha más gente, evidentemente. Así que vimos un ratito la tele, nos hicimos una rica infusión y a soñar con los angelitos...
