El viernes, después de desayunar un suculento English Breakfast, nos dirigimos a Pimlico para ir a Hyde Park. Para nuestra sorpresa, al entrar en el Underground vimos un cartel en donde se anunciaba que ese fin de semana (14/15 de Junio) la linea de Victoria estaría cortada desde Pimlico a Victoria por obras. Así que era nuestro último día de metro en ese punto, qué le íbamos a hacer...
Nos apeamos en Knightsbridge y fuimos caminando hacia el centro del parque. Allí nos encontramos con el lago central, lleeeeeeeeeeeno de patos, qué monos!!! algunos nadaban y algunos salían del agua y se nos acercaban (qué pena que no llevábamos nada de comer para ofrecerles). Hacía un día medio nublado, pero a ratos salía el sol. Fenomenal. Al menos no hacía tanto frío como el día anterior. Hicimos un par de fotos y estuvimos filmando con los patitos, y decidimos volver por donde habíamos venido (faltaba poco para el Changing the Guard y no nos lo queríamos perder). La pena fue que no pudimos ver mucho de Hyde Park, pero al menos estuvimos un ratito por allí.

Volvimos a coger el metro, aunque tuvimos que andar un poquito porque no sé porqué tienen la manía de que no se puede entrar por la misma boca por la que has salido, osease que tienes que buscar la boca de entrada...


Seguimos el paso de los guardias reales hasta el mismo palacio, y una vez allí intentamos hacernos un huequecito para filmar y hacer fotos (misión imposible..). Nos quedamos a contemplar y oir a la orquesta, muy divertido por cierto el momento en que empezaron a tocar "Goldfinger", jejejeje.. hasta que hubieron terminado. Es bastante largo pero muy bonito de ver. Mientras lo veíamos, un guardia iba gritando y controlando a la muchedumbre (cansino), y algunos policías paseaban en caballos.



Después de bastante rato de pie (yo ya no me sentía las piernas) paseamos por la plaza y volvimos hacia la parada de St. Jame's Park para dirigirnos a Westminster Abbey, ya que el horario de visita es hasta las 15:45 horas. Al salir a la calle no podía creérmelo: tenía el Big Ben enfrente de mi!!!!! Uuuaaauuuu.... qué maravilla..... es que me encanta.... lo había visto tantas veces en películas, documentales, libros, revistas, etc, etc, etc, y ahora lo tenía justo delante de mi... fue otro de los momentazos para recordar...
Fuimos paseando hacia la abadía, lugar donde coronan a los reyes británicos y en el que muchos de ellos están enterrados. Increíble también, madre mía. Y pensar que hace taaaaantos siglos que aquello está ahí, observando el paso del tiempo...
Hicimos un par de fotos en la entrada y luego entramos. El señor que estaba en la taquilla de entrada, al entregarle los 2x1, nos dijo que solamente eran válidos hasta mayo...



Una vez dentro vimos que la gente pululaba aquí y allí con un aparato en la oreja, absortos y distantes, cada uno a lo suyo, hasta los más pequeños también. Vimos que un chico en la entrada repartía esos aparatejos, y mi amigo preguntó a una señora si eran gratuitos o de pago. Descubrimos que eran gratuitos (te entra con el precio de la entrada), y cogimos dos de habla española. Qué gracia me hizo!! es como una especie de móvil, con botones para rebobinar, parar, etc. y una voz te va explicando lo que vas viendo. El recorrido está numerado (te dan un mapa), y en cada número tienes una explicación. Así que comenzamos con la ruta. Es impresionante: el altar, el coro, las diferentes capillas.... algunas esculturas nos dejaban boquiabiertos.... Y no os digo ya las tumbas de los distintos reyes de la historia inglesa.... increíble, vamos.... Otra cosa que llama mucho la atención es la silla en donde los monarcas son coronados, una silla medieval colocada en un pedestal. Magnífica!!! Y también la tumba del soldado desconocido, muy bonita.
Es una visita altamente recomendable, no os va a dejar indiferentes.
Después de ver Westminster Abbey (nos pasamos unas dos horas ahí dentro!), nuestro estómago ya no aguantaba más, así que buscamos un sitio para comer. Nos fue algo dificilillo por allí, pero al final entramos en un restaurante texano, mu chulo. Comimos y descansamos un rato.
Recuperados ya un poquito, volvimos al metro y nos dirigimos hacia Trafalgar Square. Allí hicimos fotos y estuvimos un ratito. La lástima es que nos encontramos con que todo el monumento central estaba vallado porque habían montado un escenario y unas tiendas (tipo feria), debían de estar preparando algun concierto o algo.. Con lo cual nos quedamos sin poder acercarnos a los leones, pero bueno...

Después subimos a Leicester Square de nuevo a comprar las entradas para el musical. Para Les Miserables solo quedaban entradas separadas, así que nos decidimos por The Sound of Music, el musical de mi vida!!

Una vez con las entraditas volvimos a Trafalgar Square y bajamos por Whitehall para coger el bus hacia el teatro - el London Palladium. La faena era nuestra para encontrar las paradas de bus, jajajaja.. no había manera... Pero no solo en ese punto, en toda la ciudad en general. No estaría de más conseguir un mapa con todas las paradas de bus indicadas, porque sino es un lío....
Bajamos bastante por esa calle, pasando por los Horse Guards, momento que aprovechamos para hacernos la fotito de rigor con el guardia que había en la puerta (más serio.....), jeje, hasta que dimos con la parada. Estuvimos un ratito esperando nuestro bus, montamos y cuando llevábamos ya la mitad del trayecto hacia Oxford, donde está el teatro, nos detuvimos en una encrucijada en la que un bus super largo nos impedía el paso. Detrás de él tenía toooooda una fila de buses y coches parados, con lo que allí no había quien pasara. Al cabo de unos minutos ahí parados, con los conductores y la policía charlando alegremente (no pudimos saber qué era lo que pasaba, pero más tarde en la tele nos enteramos que un conductor de bus había atropellado una viejita y se había dado a la fuga..... igual aquel meollo en el que nos encontramos era eso.....) ya empezamos a ponernos nerviosos... NOS FALTABAN 10 MINUTOS PARA QUE EMPEZARA EL MUSICAL!!!! (a las 19:30).... y aquellos conductores y policías parecía que habían acampado allí en medio de la calle, charlando y bebiendo.... La gente iba bajando del bus, y al final, viendo que no llegábamos, hicimos lo mismo. Por suerte dimos con una boca de metro y nos metimos, rumbo a la parada de Oxford Circus. Y una vez más volvimos a tener suerte, pues el teatro está justo al lado de la estación, y llegamos a tiempo... uuufff.... La gente todavía entraba; entramos y nos acomodamos en nuestro asiento, en platea, fila 9, a la derecha.
Bueno, la obra genial.... a mi amigo le encantó la historia y todo, todo y todo (no la había visto nunca).... nos puso los pelos de punta cuando cantaba la madre superiora, la protagonista muy bien, el montaje increíble, los niños una monada, nos emocionó, nos hizo reir, nos hizo vibrar... una pasada... Y además con dos canciones nuevas que en la peli no salen, jejeje (es que me las sé de memoria todas). Cuando cantaron "Edelweiss" no pude evitar cantar yo también. Una gozada, vamos. ¡¡Ah!! y además entendimos todo lo que decían!!!


Después de deleitarnos con el musical, que somos unos fanáticos de los musicales, buscamos algún sitio donde prepararan comida para llevar, para zampárnosla en el hotel. Vimos un puesto de comida china y cogimos una bandejita de arroz. Volvimos al hotel en bus -hicimos "transbordo" en Victoria, otra vez perdidos buscando la parada

Y a dormir que mañana sería otro día!!!