Martes 26 de Junio:
Hoy tocaba una de las rutas que más ilusión me hacía: la US 1 sur, hacía los Cayos.
Estuvimos barajando la idea de hacer una parada para visitar el parque de los Everglades pero preferimos dedicar mas tiempo al trayecto haciendo las paradas necesarias y tener tiempo suficiente en Cayo Hueso antes del atardecer.
Tras un buen desayuno y cargar nuevamente el coche, nos dirigimos hacía la salida de Miami.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cada vez que cogíamos el puente MacArthur para salir de Miami Beach, cada vez nos impresionaban las vistas que teníamos a ambos lado del puente: por el lado derecho, se veían las urbanizaciones de Star island, Palm island, Star Palm and Hibiscus islands con unos barquichuelos y casitas de quitar el hipo y a mano derecha todo el downtown con sus edificios, algunos muy modernistas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El enjambre de autopistas que cruzaban la ciudad no dejaba de recordarnos las autopistas de acceso a Los Ángeles. Y a todas horas, un montón de vehículos desplazándose en todos los sentidos.
Por fin, fuimos dejando atrás la civilización para ir entrando poco a poco en otro mundo, por medio de la “ Overseas Highway” o la autopista ultramar.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
¿Que contar de los Cayos?
Pues los Cayos de Florida (o Florida Keys) forman un ecosistema de gran diversidad y enorme belleza. Se trata de un archipiélago integrado por miles de islas, cayos y arrecifes de coral, extendiéndose hacia el sudoeste y formando una barrera natural entre el Océano Atlántico a la izquierda y el Golfo de México a la derecha (si se va en dirección sur).
En los viejos tiempos, estas islas tropicales eran el refugio de piratas, pescadores comerciales, buscadores de tesoros y personajes rechazados por la sociedad.
Actualmente se puede conducir a lo largo de la Route US 1 pasando de isla en isla sobre 42 puentes y caminos hasta llegar a Key West, la última isla.
Las islas se agrupan en 5 regiones: Key Largo, Islamorada, Marathon, Big Pine Key y Key West.
Key Largo, es la isla más próxima a Miami.
Islamorada es conocida como centro mundial de la pesca deportiva, y es ideal por la variedad de especies para la pesca con caña.
Marathon, a mitad de camino entre Key Largo y Key West, es base del puente Seven Mile Bridge. Aquí se encuentra el Dolphin Research Center (investigación de delfines).
Big Pine Key, donde esta el Parque Estatal Bahía Honda.
Key West, es el punto más al sur de Estados Unidos continental.
Dicho esto, nuestra primera parada la realizamos en Cayo Largo y sin querer, buscando algún sitio para tomar algo e ir al baño, descubrimos el “Caribbean Club” enteramente dedicado a la película de Humphey Bogard y Lauren Bacall de 1948, “Key Largo”.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El sito era fantástico: muy oscuro, con las paredes recubiertas por cientos de fotografías de la película o por carteles, una figura tamaño natural de Humphey Bogard cerca de una puerta que daba a la parte posterior y con una barra con un lateral abierto al exterior que dejaba ver el cielo azul, las palmeras, y el muelle sobre las aguas del golfo de Méjico… ¡el paraíso!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos salimos fuera para ver de cerca tal paisaje y parecía que nos habíamos traslado a una isla del Caribe (¡¡¡hasta había un hombre subido a una palmera cortando cocos!!!), dejando bien lejos Estados Unidos, sus rascacielos, su trafico, sus monumentos, sus banderas…
Todo era sol, playa y tranquilidad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos invadió tal sensación de bienestar y felicidad que nos dedicamos un buen rato a disfrutar del lugar, haciendo fotos por doquier, tomando coca colas fresquitas o café con hielo sentadas en la barra del bar con la vista fija en el paisaje tan espectacular.
Con mucha pena, nos fuimos nuevamente al coche para seguir el camino.
Camino que se convirtió en la experiencia mas alucinante que he tenido en mi vida; no se puede describir esa carretera “Overseas” si no se ha pasado por ella; las palabras no tienen la suficiente fuerza para mostrar lo que se siente al ver como una carretera se convierte en un puente para subir hacia arriba como si fuese a continuar hacia el cielo…(me parecía estar en ”Autopista hacia el cielo” como la serie de Michael Landon de los años 80), o cuando se encontraba rodeada de agua por ambos lados como una lengüeta de asfalto en medio del océano, o bien cuando se pasa por el puente de las 7 millas, unos 11 kilómetros más o menos, que separan las islas de Maratón y Bahía Honda, y notas como si estuvieses suspendido en el aire “entre dos aguas”…¡ nunca mejor dicho! ¡¡¡UNA PASADA!!!…. me encanto.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pero del puente, hablare mas adelante.
A pesar de ser una carretera de un solo carril, ese día no teníamos mucho tráfico y el viaje se hacía muy agradable, mirando a nuestro alrededor, viendo las tonalidades de verdes del agua, descubriendo emplazamientos idílicos en las islitas por donde pasábamos lamentando no disponer de más días para perdernos allí.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nuestra siguiente parada iba a ser Islamorada. Allí tenía apuntado para visitar, una tienda de artículos de pesca enorme con la barca de pesca de Ernest Hemingway y un restaurante para comer. El calor ya se hacía insoportable a esas horas y meternos en la tienda fue un oasis.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Aunque no fuésemos adictas al deporte de la pesca, la tienda nos gusto mucho. Era muy grande, de verdad: constaba de una planta baja muy espaciosa donde se podían encontrar todos los artículos de pesca inimaginables, ropa deportiva e incluso un acuario. En la parte del fondo, reinaba en el centro la barca de Hemingway, preciosa, a la que se accedía mediante una escalera.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En esa zona, se cogía un ascensor panorámico de estructura de hierro para acceder a la planta superior, que formaba una galería lateral sobre la planta baja. Nos detuvimos mirando la ropa más informal que había y compramos unas pulseritas de conchas de colores muy bonitas para regalar a las amistades, a la vuelta.
Después, como ya era hora de comer, nos fuimos al restaurante Fish Company
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El restaurante se encontraba al aire libre, sobre una plataforma de madera sobre el mar a la que se accedía por dos pasarelas que dejan en el medio una piscina en la que se veían grandes peces (incluso nos pareció que uno era un pequeño tiburón). El techo estaba recubierto con cañas, con ventiladores de aspas y grandes figuras de peces de colores. Comimos dolphin a la brasa (no sabíamos muy bien si era delfín como tal pero no quisimos averiguarlo por si acaso...) con verduritas y un arroz pilaf tropical para chuparnos los dedos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La vista era inmejorable: rodeadas por las aguas del golfo de Méjico, y palmeritas a los lados.
Acaba la comida, nos fuimos a unas tumbonas de madera alineadas estratégicamente frente al mar.
¿He dicho ya que parecía que estuviésemos en el paraíso? Pues así nos sentíamos… de vacaciones, disfrutando lo buena que puede ser la vida…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Bueno, todavía nos quedaba por pasar por el puente de las 7 millas y teníamos mucha expectación para ver como era.
Este puente de las 7 millas fue construido en paralelo para reemplazar el que existía para el ferrocarril, que databa de principios del siglo pasado y que en varias ocasiones fue destruido por huracanes. Tal como lo comenté anteriormente, enlazaba las islas de Maratón y Bahía Honda y formaba parte de los 42 puentes sobre el mar.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Los restos del viejo puente de acero se mantuvieron como la mayor reliquia del ferrocarril de Flagler. La única sección que sobrevivió completa era la que llegaba hasta la isla de Pigeon Key.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
También se podía visitar un tramo de 4 millas del viejo puente, que desde que fue clausurado al tráfico de vehículos se había convertido en "el muelle de pesca más largo del planeta".
Las fotos que pudimos coger desde el coche en marcha no reflejan ni la mitad de las sensaciones que se siente al pasar por él…tanto a la ida como al día siguiente en la vuelta.
Finalmente, llegamos a Key West o Cayo Hueso (cuando los españoles descubrieron esta última islita coralina, la llamaron Cayo Hueso por la cantidad de huesos humanos que encontraron en el lugar).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nuestro hotel se llamaba “Duval Gardens” y como su nombre indicaba, estaba en la misma calle principal del pueblo, pero en su parte alta, mas alejada del bullicio nocturno. El hotel era una casa del estilo colonial como las que se podían ver allí: de madera blanca, con una terraza/porche delantera donde desayunamos al día siguiente, una recepción minúscula así como la piscina que estaba a un lateral de la casa. Al llegar, el parking que tenía estaba completo pero nos indicaron un solar donde dejar el coche gratis (poniendo en el coche una pegatina del hotel) unas tres calles mas abajo.
Las habitaciones que nos dieron también eran una monada: una de ellas tenía una mosquitera sobre la cama, y los detalles abundaban en la decoración de la habitación. Lo mejor de todo: el aire acondicionado y la nevera con jarra de agua helada…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras instalarnos, fuimos a dejar el coche en el lugar indicado y al salir del aparcamiento, nos fijamos que estábamos justo al lado de uno de los puntos mas turístico de Cayo Hueso: Southernmost Point donde estaba la boya que marcaba el punto mas al sur de los Estados Unidos, donde terminaba el estado de Florida y comenzaba el Caribe y donde la distancia hasta Cuba era la mas corta: 90 millas, lo que hacía que estábamos mas cerca de Cuba que de Miami.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tuvimos suerte porque no había nadie en esos momentos, y pudimos hacernos las fotos tranquilamente; al día siguiente, pasando nuevamente por la zona, vimos que hasta había fila para ponerse al lado de la boya!!!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Volvimos hacia la calle Duval ( no si antes encontrarnos con gallos que andaban libremente por las calles) y nos dedicamos a bajar la calle hacia el malecón, mirando todos los escaparates que nos encontrábamos. Había un poco de todo: galerías de arte, tiendas de ropa que parecían de los años 80, tiendas de cigarros habanos, tiendas de golosinas (entramos en una de ellas para comprar una especie de guirlache buenísimo), tiendas de souvenirs, y bares.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos paramos en uno de ellos, "Willie T's ", ese que estaba todo recubierto de billetes de un dólar, y sentadas en su terraza nos tomamos un cóctel Margarita de lo más explosivo… en esos momentos, dos músicos tocaban música Folk y algo de Rock y la gente que se encontraba allí, estaba totalmente volcada en cantar con ellos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estuvimos allí hasta que nos dimos cuenta de que ya empezaba a atardecer y teníamos que irnos hasta Mallory Square para ver la famosa puesta de sol de Key West.
Pero como el sol empezaba ya su vertiginosa caída al mar, nos detuvimos en la terraza de un bar, donde había mesitas con gente tomando algo o cenando ya, y a un lateral de la terraza, se podía uno apoyar en un pequeño reposabrazos para contemplar el fabuloso espectáculo de la puesta del sol. No sé donde leí, que había unas cuantas puestas de sol famosas en el mundo por sus bellezas (siendo la de la isla griega de Santorini una de ellas) y la de Cayo hueso pertenecía también a ese club selecto. Doy fe de ello.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El momento fue mágico: a pesar de la aglomeración de gente que se congregaba para tal evento, ver las distintas tonalidades de colores del cielo y del mar, el sol en su caída enrojecido, las siluetas de los barcos, yate y vela, que se acercaron todavía mas al ocaso, la brisa del mar que nos refrescaba del calor pasado y como guinda al pastel, la música romántica de Eros Ramazzotti que pusieron en el bar, fue para mi como transportarme en otro mundo de felicidad absoluta.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Empezamos haciendo muchas fotos pero hubo un momento en que ya daba igual la cámara de fotos, lo que queríamos era disfrutar de ese instante y cuando el sol ya desapareció tras unas nubes a ras de la línea del mar, todavía nos quedamos absortas viendo como el cielo se convertía en un lienzo de miles colores. Fue precioso. Solamente por ello, merecía la pena venir hasta los Cayos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y como todo tenía un final, regresamos sobre nuestros pasos para buscar algún sitio para cenar.
Nos dirigimos hacia el restaurante “Conch Republic”, restaurante en la zona del puerto que recomendaban en el foro de los cayos, y cenamos tranquilamente al aire libre, con música en directo, recordando cada uno de los momentos inolvidables vividos en el día.
Volvimos otra vez a la calle Duval y nos encontramos con el famoso bar “Sloppy Joe’s” bar que frecuentaba Hemingway y que en nuestros días seguía siendo un punto de encuentro para oír música, beber o cenar. El local estaba a rebosar y unos músicos con una cantante amenizaban la noche con canciones tan famosas como “Sweet Caroline” de Neil Diamond que hacía que todo el mundo cantaba como si fuese un karaoke (¡¡¡ incluso nosotras!!!).
Seguimos calle arriba y nos fuimos metiendo en las tiendas de artesanía, de moda (la ropa era bastante fea, con muchos brillos, lentejuelas y unos zapatos dignos de las mejores Drag Queens) que todavía se mantenían abiertas a esas horas.
Finalmente llegamos al hotel, envueltas nuevamente en sudor, pero felices.
Había sido un día fantástico.