Después de desayunar salimos para echar el día en Luxemburgo. Nos gustó mucho la capital. El casco antiguo con el ayuntamiento, la cateral de Notre Dame, el Palacio Real, etc.
Tras esto nos dirigimos hacia una zona donde hay un paseo que da a un cañón profundo. Este paseo es conocido como Chemin de la Corniche. En el fondo del barranco se encunetra el conocido barrio de Grund y la Abadía de Neumünster. Antes de bajar a este barrio visitamos (a 3,50 € por persona) las llamadas Casemates du Bock. Se trata de un laberinto de galerías excavadas en la roca que se usaron con fines militares. Durante la segunda guerra mundial sirvió a los habitantes de Luxemburgo como refugio durante los bombardeos. Después de comer algo, seguimos con el paseo por la capital del ducado hasta llegar a la Plaza de la Constitución, desde donde se pueden contemplar unas vistas del cañón muy bonitas.
Tras haber echado el día en Luxemburgo, y antes de entrar nuevamente en Bélgica, aprovechamos para llenar el depósito de combustible ya que está muchísimo más barata. De vuelta al hotel paramos en un pueblito luxemburgués, casi fronterizo con Alemania llamado Vianden. Tenía un castillo precioso en lo alto de una loma. Allí paramos a tomar un refrigerio junto al río y a dar un paseo.
Tras esto nos dirigimos hacia una zona donde hay un paseo que da a un cañón profundo. Este paseo es conocido como Chemin de la Corniche. En el fondo del barranco se encunetra el conocido barrio de Grund y la Abadía de Neumünster. Antes de bajar a este barrio visitamos (a 3,50 € por persona) las llamadas Casemates du Bock. Se trata de un laberinto de galerías excavadas en la roca que se usaron con fines militares. Durante la segunda guerra mundial sirvió a los habitantes de Luxemburgo como refugio durante los bombardeos. Después de comer algo, seguimos con el paseo por la capital del ducado hasta llegar a la Plaza de la Constitución, desde donde se pueden contemplar unas vistas del cañón muy bonitas.
Tras haber echado el día en Luxemburgo, y antes de entrar nuevamente en Bélgica, aprovechamos para llenar el depósito de combustible ya que está muchísimo más barata. De vuelta al hotel paramos en un pueblito luxemburgués, casi fronterizo con Alemania llamado Vianden. Tenía un castillo precioso en lo alto de una loma. Allí paramos a tomar un refrigerio junto al río y a dar un paseo.