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1. Palacio real, Iglesia de San Matias y Bastión de los pescadores
Para nuestro primer día decidimos visitar la colina del castillo para ver lo típico, el Palacio Real, la Iglesia de San Matías y Bastión de los pescadores.
Fuimos en el tranvía 2 hasta el puente de los leones, que queríamos atravesar andando, pues es impresionante. Este puente, aparte de una maravilla, es importantisimo para Budapest porque fue el primero que comunicaba permanentemente las dos ciudades (Buda y Pest) y además todo quisqui tenía que pagar peaje por pasar, incluso la aristocracia, que hasta entonces estaban eximidos de pagar impuestos.
Una vez al otro lado del puente nos planteamos si subir en el funicular o en el bus, y nos decidimos por esto último, ya que nuestro “multipase” incluía lineas de autobuses también. En el 16 son sólo 2 paradas (en el cartel de la parada de autobús, la parada del castillo viene señalada con el dibujito de un castillo).
Puente de los leones / Túnel bajo la colina (a izquierda el funicular, a la derecha, en la rotonda, se coge el 16)
Ya en el palacio, se pueden ver muchas cosas. Allí está el Museo de Historia de Budapest, la Biblioteca Nacional y la Galería Nacional. Decidimos ver el museo de historia unos días después (era lunes, y estaba cerrado), y dar una vuelta por el palacio.
Según se llega se ven dos entradas, una a cada lado del palacio: la de la izquierda la identificamos por la escultura del gigantesco turul (ave mítica parecida a un águila, símbolo de la casa Arpad) sobre una alta columna, y a la derecha una puerta con un gran cuervo negro que sostiene un anillo dorado en el pico, símbolo de Matias Covino.
Entrando por la primera tenemos las magníficas vistas del Danubio con el puente de los leones y el parlamento, y nos topamos con la imponente estatua ecuestre del rey Eugenio de Saboya. Sin embargo, el acceso a los museos se hace por la puerta de Matias Corvino, donde pasamos a un patio con dos interesantes estatuas: la del vaquero húngaro en el centro de la plaza, y la fuente de San Matías en un lateral.
Puerta de Matias Corvino (a la derecha) / Turul (en la otra puerta de la izquierda)
Cuando llegamos estaban desmontando los “tenderetes” que habían tomado parte en la fiesta del “palinka” (aguardiente afrutado típico de Hungria) que había tenido lugar la semana anterior.
De allí nos dirigimos a ver la iglesia de San Matías y el Bastión de los Pescadores. Decidimos no entrar en ninguno de los dos sitios por la cantidad de gente que había y nos interesaba mas ver el llamado “Hospital en la roca”.
Iglesia de San Matías / Bastión de los pescadores
2. El Hospital en la roca (http://www.sziklakorhaz.eu/en) y el laberinto
Desde que te bajas del autobús se ven anuncios de dicho hospital y como llegar. Hay que seguir recta la calle que hay justo enfrente de la puerta principal de la Iglesia de San Matías, donde también se haya la columna de la peste, hasta el final, que se llega a la muralla. Allí hay una estrecha escalinata cubierta que desciende hasta la calle Lovas Utca, 4C. Hay que ir hacia la derecha de la escalera y, a un minuto mas o menos ya se ve la entrada.
Hacen visitas guiadas en inglés y magyar cada hora. Si hablas o al menos entiendes inglés lo aconsejo muchísimo porque es increíble lo que te cuentan. Básicamente se trata de una serie de túneles bajo la colina del castillo que antiguamente se dedicaban a almacenaje de alimentos, pero durante la segunda guerra mundial se habilitó como hospital civil bajo la supervisión de la Cruz Roja. En los últimos años de la guerra también acogían soldados de ambos bandos con lo que su aforo y sus condiciones empeoraron mucho.
Después, durante la guerra fría, se convirtió en un bunker antirradiacion de carácter secreto, del que no se tuvo noticia hasta los años 90. Se mantuvo en perfectas condiciones gracias a dos familias de guardeses que se encargaron durante todos esos años de mantenerlo en condiciones óptimas para ser usado.
El tour guiado dura sobre una hora y media y te llevan por un recorrido de unos 2 kms y medio en el que te enseñan material médico (en su mayor parte original) en escenas de la época recreadas por figuras de cera. De lo mejor del viaje. Hoy en día se mantiene este “museo” con las entradas de los visitantes y cierto apoyo de la Cruz Roja internacional.
Tienen una pequeña tienda de souvenirs (muchos bastante macabros, en plan máscaras anti-gas y tal) para el que se quiera llevar un recuerdo.
Hospital en la roca / Laberinto
Saliendo de allí nos dirigimos de nuevo hacia la escalera por la que habíamos bajado, pero no para subir de nuevo, si no para ver si encontrábamos la entrada alternativa del laberinto del castillo. Está un poquito mas adelante en dirección contraria al “Hospital”.
Se puede entrar y ver algo del laberinto, pero al final llegas a la caja donde cobran la entrada, y como habíamos leído que ya no tienen exposiciones significativas, decidimos volver por donde habíamos entrado.
3. Plaza de los Héroes y Parque Városliget
Después de comer nos fuimos hasta Andrassy para ver la plaza de los Héroes. Es sencillamente espectacular. Detrás está el gran parque de la ciudad, Parque Városliget, (donde se encuentran los baños Szechenyi). Dimos un paseo para ver el Castillo Vajdahunyad, que esta creado a semejanza de otros castillos húngaros. Dentro de su recinto está el museo de agricultura y una pequeña iglesia. Enfrente del museo esta la estatua conocida como “Anónimus”, en honor al autor que escribió los primeros textos en húngaro, del que no se sabe su nombre. Se dice que los escritores que toquen la punta de la pluma que sostiene en su mano derecha conseguirán éxito con sus obras.
Plaza de los Héroes / Anonimus
De allí nos fuimos a ver la estatua de George Washington, realizada por los estadounidenses de origen húngaro para Budapest, y después el monumento por el 50 aniversario de la revolución de 1956, erigido donde antaño había una enorme estatua de Stalin.
Finalmente fuimos a ver la llamada “Rueda del tiempo”, un enorme reloj de arena circular que se gira cada 31 de diciembre para iniciar su cuenta. La arena son cristalitos diminutos que van cayendo poco a poco (aunque nos pareció que estaba un poco parado, a saber).
Estatua de George Washington / Rueda del tiempo
4. Caminando por el Paseo marítimo
Para terminar el día decidimos dar una vuelta por el paseo marítimo, y esta vez si pudimos. Salimos a la altura donde se encuentra la Princesita (Kiskirálylány) en la parada de Vigado Ter. Desde allí seguimos por el paseo, puente de los leones, hasta llegar a la parte donde están los “zapatos junto al río”. Se trata de una hilera de zapatos de bronce que simbolizan la barbarie cometida por los nazis contra los judíos durante la segunda guerra mundial. Les llevaban en grupos hasta la orilla, les quitaban los zapatos, los ataban de dos en dos y le pegaban un tiro a uno de ellos. Después los empujaban al río, de manera que el que quedaba con vida se ahogaba y así ahorraban balas. Es realmente dramática la imagen de todos esos zapatos vacíos.
La Princesita (Kiskirálylány) / Zapatos junto al río
A partir de este punto, y según lo cansado que se encuentre uno, recomiendo dar media vuelta y buscar un paso de cebra, porque a partir de aquí es imposible salir del paseo marítimo y a mitad de la altura del parlamento, se termina. Parece ser que para el 2014, como parte de las modificaciones que quieren realizar en los alrededores del parlamento, se planea alargarlo hasta el final para poder rodear el parlamento desde el paseo marítimo.