REDANG
18 DE AGOSTO
A las 8:30 salía el vuelo a Redang, por lo que una vez más nos levantamos pronto, a las 5 de la mañana. Queríamos estar dos horas antes, aunque esta vez el aeropuerto estaba más cerca. Cogimos un taxi del Hotel Meliá al aeropuerto Sultán Abdul (90 MYR, 25€ para 4 personas). Este era el tercer aeropuerto malayo que pisábamos. En media hora llegamos al aeropuerto. Esta vez volamos con la compañía Berjaya. Se tratan de avionetas de hélices pero por dentro son iguales que cualquier otro avión pequeño.
Aquí la avioneta en el aeropuerto Sultán Abdul.
Y aquí en el aeropuerto de Redang.
Después de recoger las maletas directamente del avión, para salir del aeropuerto hay que pagar unas tasas para la reserva marina (5 MYR, 1,40€ por persona). Poco a poco se fueron todos los pasajeros del avión, excepto otra pareja y nosotros que íbamos al hotel Coral Redang. Por fin vinieron y nos trasladaron en una furgoneta hasta el embarcadero para coger una barca que nos llevase al hotel (25 MYR, 7€)
Apenas llevábamos unos minutos en la barca cuando empezó a fallar el motor hasta que finalmente se paró. Tras varios intentos de arrancarlo el chico desistió. A mi me iba a dar algo. La verdad que tengo bastante respeto al mar y no me hacía gracia estar en una barca a la deriva porque cada vez que pasaba otro barco cerca se formaban olas y nos movía. Pasé un rato malo. Después de una media hora vinieron del hotel en otra barca y nos cambiamos, nosotros y las maletas. Cuando llegamos al hotel, desembarcamos directamente en la playa. No había ni una pasarela ni nada, por lo que tuvimos que coger a pulso las maletas y andar un buen trozo por la arena hasta llegar al hotel. No nos ayudó nadie del hotel. Al llegar, a la otra pareja que eran malayos les dieron inmediatamente la habitación y nosotros nos quedamos esperando en recepción. Un rato más tarde llegó un pequeño grupo de japoneses y también les dieron inmediatamente la habitación. En ese momento estallé. No se habían dignado a pedirnos disculpas por el incidente del barco (que ya sé que puede pasar, no importa, pero por lo menos podían habernos dicho algo), no nos ayudó nadie con las maletas (cuando ayudan con un carrito a todo el que llega) y para colmo nos dejan esperando (cuando a los que llegaron con nosotros y a otros que llegaron después les dieron habitación). Después de casi dos horas finalmente nos dieron la habitación.
El Hotel Coral Redang no estaba mal, pero me pareció algo caro para lo que ofrecía (132€ la noche en alojamiento y desayuno), de hecho, nuestros amigos estuvieron en el Hotel Redang Beach que era más barato y estaba recién reformado, sin embargo las reformas no aparecían en su página web.
El hotel visto desde la playa
El restaurante
El centro de buceo
La piscina
Los edificios de dos plantas. En cada planta había una habitación
La habitación
El baño
Y lo mejor de la isla, la playa. La playa desde el hotel
Desde el restaurante
Enfrente del hotel
A la derecha
A la izquierda
Caminando hacia la derecha del hotel
Al fondo, el Hotel Laguna
Playa del Hotel Laguna
DEL 18 AL 24 DE AGOSTO
Durante nuestra estancia en Redang nos hemos dedicado a descansar, tomar el sol, bañarnos en unas playas preciosas y salir todas las noches a tomar algo con nuestros amigos. También quiero destacar otra de las actividades diarias, todas las noches contemplábamos las estrellas. Qué maravilla. Como apenas hay luz en la isla, hemos podido disfrutar del cielo del hemisferio sur y gracias a una aplicación del móvil hemos podido identificar muchas estrellas.
En la isla los restaurantes que hay son los de los hoteles, aunque tengo que decir que el precio era bastante barato. Como mucho las comidas y cenas han costado unos 10€ los dos. Los helados aparte, que en comparación eran más caros que las comidas.
Hemos comido en el restaurante del Coral Redang, del Redang Beach y del Laguna, y en todos muy bien y más o menos al mismo precio.
El día 22 de agosto fue el cumpleaños de mi marido y por la noche fuimos a cenar al Redang Beach, quizá fuera el hotel más animado por las noches. Siempre había una orquesta y al estar las mesas del restaurante en la arena bajo las palmeras, era un sitio muy agradable. Nuestros amigos encargaron una tarta (un detallazo por su parte) y lo pasamos muy bien.
A esta isla principalmente vienen japoneses o chinos (asiáticos) a hacer snorkel por lo que nunca están en la playa. Todas las mañanas se iban y hasta por la tarde no volvían y cuando lo hacían no pisaban la playa por esto de que no les gusta que les de el sol. Así que aunque había muchísima gente, la playa estaba prácticamente vacía. Eso sí, cuando llegaban de hacer snorkel era un auténtico desembarco de Normandía.
18 DE AGOSTO
A las 8:30 salía el vuelo a Redang, por lo que una vez más nos levantamos pronto, a las 5 de la mañana. Queríamos estar dos horas antes, aunque esta vez el aeropuerto estaba más cerca. Cogimos un taxi del Hotel Meliá al aeropuerto Sultán Abdul (90 MYR, 25€ para 4 personas). Este era el tercer aeropuerto malayo que pisábamos. En media hora llegamos al aeropuerto. Esta vez volamos con la compañía Berjaya. Se tratan de avionetas de hélices pero por dentro son iguales que cualquier otro avión pequeño.
Aquí la avioneta en el aeropuerto Sultán Abdul.
Y aquí en el aeropuerto de Redang.
Después de recoger las maletas directamente del avión, para salir del aeropuerto hay que pagar unas tasas para la reserva marina (5 MYR, 1,40€ por persona). Poco a poco se fueron todos los pasajeros del avión, excepto otra pareja y nosotros que íbamos al hotel Coral Redang. Por fin vinieron y nos trasladaron en una furgoneta hasta el embarcadero para coger una barca que nos llevase al hotel (25 MYR, 7€)
Apenas llevábamos unos minutos en la barca cuando empezó a fallar el motor hasta que finalmente se paró. Tras varios intentos de arrancarlo el chico desistió. A mi me iba a dar algo. La verdad que tengo bastante respeto al mar y no me hacía gracia estar en una barca a la deriva porque cada vez que pasaba otro barco cerca se formaban olas y nos movía. Pasé un rato malo. Después de una media hora vinieron del hotel en otra barca y nos cambiamos, nosotros y las maletas. Cuando llegamos al hotel, desembarcamos directamente en la playa. No había ni una pasarela ni nada, por lo que tuvimos que coger a pulso las maletas y andar un buen trozo por la arena hasta llegar al hotel. No nos ayudó nadie del hotel. Al llegar, a la otra pareja que eran malayos les dieron inmediatamente la habitación y nosotros nos quedamos esperando en recepción. Un rato más tarde llegó un pequeño grupo de japoneses y también les dieron inmediatamente la habitación. En ese momento estallé. No se habían dignado a pedirnos disculpas por el incidente del barco (que ya sé que puede pasar, no importa, pero por lo menos podían habernos dicho algo), no nos ayudó nadie con las maletas (cuando ayudan con un carrito a todo el que llega) y para colmo nos dejan esperando (cuando a los que llegaron con nosotros y a otros que llegaron después les dieron habitación). Después de casi dos horas finalmente nos dieron la habitación.
El Hotel Coral Redang no estaba mal, pero me pareció algo caro para lo que ofrecía (132€ la noche en alojamiento y desayuno), de hecho, nuestros amigos estuvieron en el Hotel Redang Beach que era más barato y estaba recién reformado, sin embargo las reformas no aparecían en su página web.
El hotel visto desde la playa
El restaurante
El centro de buceo
La piscina
Los edificios de dos plantas. En cada planta había una habitación
La habitación
El baño
Y lo mejor de la isla, la playa. La playa desde el hotel
Desde el restaurante
Enfrente del hotel
A la derecha
A la izquierda
Caminando hacia la derecha del hotel
Al fondo, el Hotel Laguna
Playa del Hotel Laguna
DEL 18 AL 24 DE AGOSTO
Durante nuestra estancia en Redang nos hemos dedicado a descansar, tomar el sol, bañarnos en unas playas preciosas y salir todas las noches a tomar algo con nuestros amigos. También quiero destacar otra de las actividades diarias, todas las noches contemplábamos las estrellas. Qué maravilla. Como apenas hay luz en la isla, hemos podido disfrutar del cielo del hemisferio sur y gracias a una aplicación del móvil hemos podido identificar muchas estrellas.
En la isla los restaurantes que hay son los de los hoteles, aunque tengo que decir que el precio era bastante barato. Como mucho las comidas y cenas han costado unos 10€ los dos. Los helados aparte, que en comparación eran más caros que las comidas.
Hemos comido en el restaurante del Coral Redang, del Redang Beach y del Laguna, y en todos muy bien y más o menos al mismo precio.
El día 22 de agosto fue el cumpleaños de mi marido y por la noche fuimos a cenar al Redang Beach, quizá fuera el hotel más animado por las noches. Siempre había una orquesta y al estar las mesas del restaurante en la arena bajo las palmeras, era un sitio muy agradable. Nuestros amigos encargaron una tarta (un detallazo por su parte) y lo pasamos muy bien.
A esta isla principalmente vienen japoneses o chinos (asiáticos) a hacer snorkel por lo que nunca están en la playa. Todas las mañanas se iban y hasta por la tarde no volvían y cuando lo hacían no pisaban la playa por esto de que no les gusta que les de el sol. Así que aunque había muchísima gente, la playa estaba prácticamente vacía. Eso sí, cuando llegaban de hacer snorkel era un auténtico desembarco de Normandía.