Habíamos llamado el día anterior a los del shuttle para confirmar la hora de recogida. El avión no salía hasta las 6 de la tarde y nos dijeron que nos tenían que recoger a las 12:50. QUÉEEEE? Nos mosqueamos, pero tenía su explicación. Ellos se comprometen a dejar a los clientes en el aeropuerto 3 horas antes de los vuelos internacionales y según su experiencia en horas de mucho tráfico necesitan recogerte con esa antelación para garantizarlo .
Así que si queríamos aprovechar la mañana teníamos que salir muy temprano. Dicho y hecho , a las 7:45 ya estábamos en la calle, lo primero que vimos fue la escultura de Love en la 55 con la 6ª.
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Próxima parada el Upper East Side, la zona más cara de NY. Seguro que habéis leído más de una vez que el Upper East Side huele a dinero . Pues el caso es que huele distinto que el resto de Manhattan, mi teoría es que porque no hay apenas puestos callejeros de comida . En cuanto a lo del dinero yo diría que más que olerse se palpa y se ve: porteros uniformados, niñeras y chóferes y tiendas muuy exclusivas...
Paseadores de perros
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Y perros sin paseadores
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No creo que a todos los ricos les guste el estilo del Upper East Side. Hay muchos que prefieren el barrio de “enfrente”, el Upper West Side al otro lado de Central Park. Por ejemplo la zona del Museo de Historia Natural con edificios preciosos como el Dakota y el San Remo en los que también viven o han vivido muchos famosos: Bruce Willis, Steve Jobs, Spielberg, Dustin Hoffman...Cuestión de gustos supongo. Nosotros seguimos votando por el Village .
Volviendo a la ruta por el Upper East Side, encontramos varias cosas:
Casitas muy apañadas
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Edificios impresionantes como la embajada de Ucrania
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Y el que fue (no sé si lo seguirá siendo) el edificio más caro de NY aunque no lo parezca en nuestra foto: la Duke-Seaman Mansion frente al Metropolitan, que se vendía por la insignificancia de 50 millones de dólares .
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Calles con casitas de elegancia más discreta
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A una señora pijísima que atormentaba a su perrito poniéndole ¡¡¡zapatos!!! Mirad como iba el pobre animal que no podía ni andar . Y todo lo que hacía la elementa era tirar más fuerte de la correa...si entendía el español os aseguro que le pitaron los oídos.
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Y la Milla de los Museos: hay nueve ubicados a lo largo de la 5ª Avenida entre las calles 82 y 105. El más conocido después del Met es el Guggenheim.
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Nuestra penúltima parada era precisamente un museo del Upper East Side, aunque no de la Milla de los Museos: la Frick Collection .
Henry Clay Frick fue al carbón lo que Rockefeller al petróleo. En sus ratos libres se construyó un pedazo de mansión y acumuló en ella una colección de arte europeo alucinante. Dispuso que tras su muerte tanto la mansión como las obras de arte se constituyesen en la Frick Collection. Iréis viendo las obras de arte tal y como las tenía puestas en las distintas estancias de la mansión con el mobiliario y decoración originales en muchos casos. Si tenéis ocasión no os lo perdáis, es impresionante: Vermeer, Goya, Rembrandt, El Greco, Renoir... Además no se tarda mucho en ver, no es grande comparada con otros museos.
Fuimos andando hasta nuestra última parada antes de volver al apartamento que como no podía ser de otra manera fue gastronómica . Nos quedaba aún una hamburguesa por probar y lo hicimos aunque fueran las 11:30 de la mañana: la del JG Melon's (1291 3rd Ave). Otra que estaba buenísimaaaa, no tengo forma de elegir entre las que probamos!!!
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El sitio es muy bonito con su típica terraza neoyorkina
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Lo malo fue habíamos calculado regular el dinero que nos quedaba, y como no se podía pagar con tarjeta y ya no íbamos a sacar más...nos quedamos sin postre.
Poco más hay que contar, tocaba despedirse...y no me gustan las despedidas. Estaba decidida a deprimirme por la vuelta, pero no hubo forma. En el shuttle conocimos a una familia mejicana divertidísima y en el aeropuerto de Newark coincidimos con dos españolas muy majas con las que charlamos hasta embarcar y después también en Lisboa durante la escala.
Ana, mucha suerte a ti y a tu novio en vuestra nueva etapa americana !! Celia, un placer!
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Al contrario de lo que le pasa a mucha gente yo no soñaba desde siempre con ir a Nueva York, pero me fue entrando el gusanillo y después de conocerla solo puedo decir que es ÚNICA, que la hagáis vuestra y la disfrutéis a vuestra manera y que ¡¡¡VOLVEREMOS NY!!!
Nota:
www.frick.org/ Dos cosas que conviene saber: que no se permite la entrada a niños menores de 10 años y como detalle positivo que la audioguía en español es gratuita (y muy buena).