23/06/13 Brujas ✏️ Diarios de Viajes de Cruceros y Mares

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Primera escala, primer destino. Atracamos en el puerto de Zeebrugge con el cielo plomizo, en el today o diario de a bordo, nos indican que habrá un 70% de posibilidades de lluvia. De todos modos, salimos a la cubierta para comprobar la temperatura y hoy tocará abrigarse.

Tras el desayuno bajamos a la planta donde se puede desembarcar y todavía no estaba lista.
A las 7:50 h salimos al exterior donde encontramos los taxis, autobuses de las excursiones y un shuttle bus por cortesía del puerto que nos acerca de manera gratuita a la salida del mismo.
En este puerto no se permite caminar por dentro pero el trayecto hasta la puerta de salida es muy corto. Montamos en el autobús y enseguida nos pusimos en marcha, no es necesario que se llene pues está continuamente transportando cruceristas.
A la salida comprobamos que Zeebrugge es un lugar pequeño, seguimos la línea del tranvía que recorre la costa, pasamos frente a la iglesia y cruzamos un puente sobre las vías del tren.
En una media hora llegamos a la estación de Zeebrugge Strand, al lado de la playa, que sólo abre los meses de verano y los fines de semana. Conviene comprobar los horarios en la web de ferrocarriles belgas, pues dependiendo del día de escala, se puede coger el tren desde la estación central, más próxima al atraque del barco.
Otra opción es coger el tranvía hasta la estación de Blankenberge, una localidad cercana; Celebrety ofrecía un bus hasta esa estación desde el puerto por unos 12 $.
El tren llegó puntual a las 8:33 a.m. y nos subimos los dos junto con otra pareja asiática con la que coincidiríamos en más de una ocasión, como si estuviera programado, en el barco, en los trenes, en las ciudades…coincidíamos a menudo.
El billete nos costó 4 euros ida y vuelta a cada uno, por lo que nos compensó esta opción.

A las 9:00h llegamos a la estación de Brujas y comenzamos la visita en Minnenwater, el lago del amor, con muchos cisnes en el estanque, y paisaje verde alrededor.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Caminamos hasta el Beaterio, un espacio con casitas blancas en mitad de una zona ajardinada con árboles donde viven monjas benedictinas. Algunas salían a la iglesia que hay en el recinto y nosotros pasamos a ver el interior.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Había pedido por internet días atrás a la oficina de turismo un plano y lo enviaron por correo postal en 6 días desde la solicitud y sin coste alguno. Pero resulta muy agradable callejear sin rumbo e ir descubriendo rincones, no hay pérdida.
Callejeamos un poco y vimos cómo las barcas llenas de turistas surcaban los canales de la ciudad.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Nos detuvimos a mirar los escaparates de las múltiples pastelerías, cada cual con formas más ingeniosas de chocolates y bombones, algunas muy picantonas. También hay muchas tiendas de artesanía con el típico bordado y encaje.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Visitamos sólo exteriores en la zona del museo y la iglesia de Nuestra Señora. Bordeamos la catedral y desembocamos en la plaza del ayuntamiento, muy animada, pese a estar nublado y con llovizna. Aunque la mayor parte de la gente éramos cruceristas que visitaban Brujas por su cuenta o con excursión organizada.

Nos acercamos a la iglesia donde se guarda la reliquia de la santa sangre y subimos en ascensor a ver el interior. Al bajar, entramos en la chocolaterie de Burj, justo al lado, e hicimos acopio de bombones y chocolates para la familia, el único souvenir del viaje. Nos ofrecieron un bombón en forma de nuez para probar y estaba delicioso.
Observamos, justo al lado, la imponente fachada gótica del ayuntamiento y salimos por el callejón del Asno ciego.
Pasamos por la zona peatonal de Groenerei o muelle verde que discurre junto al pintoresco canal del mismo nombre.
Nos acercamos al rincón donde se rinde homenaje a uno de los humanistas españoles más destacados y que pasó parte de su vida en Brujas, el valenciano Luis Vives. Este fue uno de los espacios que más me gustó de la ciudad.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Nuestros pasos se encaminaron hacia Rozenhoedkaai (el muelle del Rosario) una de las esquinas más fotografiadas de Brujas y, donde coincidimos de nuevo con los asiáticos del tren, a los que pedimos una foto juntos. Por las calles se escuchaba bastante español.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Continuamos paseando por el lateral de un canal donde había un mercadillo con puestos de artesanía y nos dirigimos de nuevo a la estación para coger el tren de las 12h. Como pasamos al lado de Leónidas, la tentación nos pudo y cayeron unas trufas de chocolate delicioso.
De vuelta a Zeebrugge salimos caminando desde la estación y deshicimos el camino andado. Esta vez había más gente por la calle y nos detuvimos a mirar el submarino que hay cerca del puerto y que se puede visitar por dentro. No pasamos, en su lugar entramos a una especie de mercado de pescado con una muestra amplia de peces frescos y chiringuitos donde vendían pescado en salazón y tenían un palco con música.
A las 14h estábamos de vuelta en el Eclipse, con margen de una hora hasta la salida fijada para las 15h.
Teníamos toda la tarde para disfrutar del barco y nos esperaba un día entero de navegación en la jornada siguiente.
Esta noche se celebró la primera noche formal o de gala donde la comida en la cena es un poco más especial y la gente se arregla más. Aunque también se puede cenar en el buffet o en los restaurantes de especialidades.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

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