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Isla Colón pinta muy bien, y nuestro Hostel, situado en una de las calles principales también. tras informarnos en recepción, nos vamos a tomar el primer almuerzo caribeño, en el restaurante Tom, a base de carne de langosta, con arroz y coco, aguacate, platano frito y salsa de frijoles, en una terraza frente al mar, y escuchando salsa...auténtico!! Y aunque mientras comemos caen unas gotitas, el tiempo, para ser temporada de lluvias es espectacular!
Nos vamos en busca de Hugo, que según los del Hostel está en "paki point". Así que alquilamos unas bicis y nos vamos en su busca...y allí que nos encontramos, en el chiringuito de la playa de paki point (primer reencuentro)
Ya por la noche, y de vuelta al hostel, llega el resto del grupo...y por supuesto, nos vamos a celebrarlo a la iguana.
Los dos días restantes los dedicamos a hacer las excursiones de rigor.
DIA 1 --- BAHIA DELFINES - CAYO CORAL - CAYO ZAPATILLA
Conseguimos la excursión a un precio bastante económico (23$). Lo que realmente merece la pena es CAYO ZAPATILLA, la isla es sencillamente impresionante, el paradigma de una playa paradisiaca y desierta, estamos allí durante 3 horas.
DIA 2 --- PLAYA DE LAS ESTRELLAS
Como esta playa está en Isla Colón, donde nos alojamos, decidimos no contratar excursión e ir por libre. Simplemente cogemos un minibus regular que tarda 20 minutos y nos deja a 10 minutos de la playa. Es el mismo bus que cogen los locales. Los 10 minutos andando merecen la pena, recorriendo una playa llena de palmeras que llegan a la misma orilla. La playa de las estrellas también es impresionante. Con algunos chiringos para comer, nos bebemos una balboa en unas tumbonas observando las estrellas (de mar, jeje). Y para no alargarme, solo diré que una imagen vale más que mil palabras.
La última noche cenamos en bamboo, con música en directo, en la calle principal y nos tomamos la última copa en el lugar de moda: el barco hundido. Los relámpagos de fondo cada vez más frecuentes avecinan la tormenta...ay ay ay...
Mi impresión de Panamá ha sido más que inmejorable. Un lugar muy auténtico, muy "caribeño", nada masificado, muy seguro, de gente encantadora, con una playas espectaculares y el hecho de alojarnos en un hostel facilitó que nos pudiésemos relacionar con otros viajeros. El tiempo nos trató muy bien, aunque la última noche estalló una tormenta que hacía temblar la cama (creía que era un terremoto!), pero a la mañana siguiente, como si nada. Me quedé con las ganas de conocer Isla Bastimentos, pero nos faltó un día más. Los pagos en dólares, y siempre en efectivo, porque hay muy pocos sitios donde se acepta tarjeta (en los hoteles si suelen aceptar)
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