Hoy tenemos el primer ferry del viaje y queremos estar a tiempo en la cola para evitar sorpresas. No hay ningún problema si, como es nuestro caso, llevamos las reservas hechas. Al llegar a la terminal de Uig hay que recoger los billetes en la oficina y esperar en la fila reservada a los coches. Por desgracia salimos con unas dos horas de retraso por problemas técnicos así que llegamos a Tarbert, en la isla de Harris, sobre las 13.30h. Menos mal que nos da tiempo a realizar la visita prevista: toda la parte sur de la isla (South Harris) con sus espectaculares playas y acantilados. El día está completamente despejado, luce el sol y la temperatura ronda los 22 grados. Disfrutamos del paisaje de Luskentyre y caminamos por la orilla un buen rato. No es habitual tener un día tan soleado, pero hemos tenido suerte.


En Rodel paramos en el hotel del mismo nombre a tomar algo. La camarera es de Valencia y nos hubiéramos quedado a cenar si no fuera porque todavía es muy temprano. Hay que decir que en Harris-Lewis hay muy pocos sitios para comer caliente. Y coincidir en uno cuando es la hora es difícil. Nosotros solemos comer a mediodía cualquier cosa por el camino y por la noche cenamos más como las personas. Así también se ahorra bastante, todo hay que decirlo. Casi al lado está St. Clement's Church, una antigua iglesia abandonada y donde hay un lugar donde la gente echa monedas, ¡y no se las lleva nadie!
Los paisajes lunares de la parte sur son espectaculares. De hecho allí rodaron secuencias para la película 2001 Odisea del Espacio hace ya una pila de años, para recrear la superficie del planeta Júpiter.
La cena es en Tarbert, población en la que no hay prácticamente nada, aparte de algún hotel, una gasolinera y un restaurante que desde fuera, y a juzgar por la vestimenta de la gente, parece demasiado pijo para entrar con zapatillas de "trekking". Y yo lamentablemente olvidé el smoking en casa. Cenamos en el Harris Hotel, nada del otro mundo, pero correcto. El alojamiento es el Ceol Na Mara, un B&B excelente gestionado por un matrimonio muy agradable, con una habitación espaciosa y muy cómoda. Incluso te obsequian con un poco de whisky de malta y Jerez, en sendas botellas para hacerte un chupito. No hay más, pero algo es algo y es de agradecer. Es el alojamiento más caro de todo el viaje, pero realmente vale la pena.
Millas/día: 53