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Al día siguiente dejamos, en mi caso llorando como una Magdalena, Český Krumlov. Habíamos estado tan a gusto en este pueblo que no nos queríamos ir de allí y la despedida fue muy dura
. Nuestro siguiente destino era Děčín, una localidad situada al norte, casi frontera con Alemania, en la llamada “suiza checa”. Para llegar hasta allí, cogimos el autobús de Student Agency hasta Ceske Budejovice. Allí cogimos un tren hasta Praga y, desde la capital, otro hasta Děčín. El motivo por el que no fuimos hasta Praga en el autobús es que la estación donde deja el bus y la del tren están bastante separadas y no nos apetecía tener que andar cogiendo el metro en Praga, cargados con las maletas, para ir de una estación a otra. La empresa encargada del tren es ésta: www.cd.cz/en/default.htm Nosotros compramos los billetes con antelación desde España, a través de dicha web, y una cosa que nos llamó la atención es que, aunque al comprar los billetes lo haces para un tren concreto, luego puedes usar el billete para cualquier horario (siempre que sea en el mismo día para el que has comprado el billete). Si el paisaje en el viaje en autobús fue bonito, el del tren ya fue espectacular, atravesando pueblecitos y bosques. Impresionante 
. En el tren, fuimos en un departamento de ocho asientos, acompañados de una chica, un chico joven y dos abuelos checos. Nos gustó esta experiencia, dado que nos permitió tener un contacto más directo con el pueblo checo. Aunque hablamos poco, eso sí...Cuando llegamos a Praga, empezaron una vez más los problemas (está claro que esta ciudad no nos tenía cariño
). Teníamos poco tiempo para hacer el transbordo (10 minutos). Así que fuimos corriendo a buscar el andén por que el salía nuestro tren a Děčín. Lo encontramos rápidamente… el andén, no el tren 
. Porque el tren que había en el andén no era el nuestro. Empezamos a dar vueltas, peguntamos… y no hubo manera de encontrar el tren. Al final, viendo que ya había pasado la hora, entramos en la estación para ver cuándo salía el próximo. Pedimos el horario de los próximos trenes (Información está en la planta baja). La atención recibida fue excelente y se notaba que la mujer que nos atendió tenía contacto con los turistas, dado que entendía y hablaba inglés de maravilla. El siguiente tren salía en unos 40 minutos. Pero no era directo y, después de la experiencia, yo no quería tener más transbordos. Decidimos esperar al siguiente, que sí era directo. Peeeeero, éste traía 110 minutos de retraso (el único retraso que hemos encontrado porque el transporte allí es bastante puntual), así que nos tocó seguir esperando. Al final, en total, estuvimos una hora y media de espera. Mientras tanto, yo le mandé un par de SMS a mi amiga de Děčín, para que supiera a qué hora llegaríamos. Me extrañó no recibir respuesta pero pensé que igual iba directamente a recogernos a la estación. De todas formas, yo estaba con el come-come 
. Después de casi 9 horas de viaje en total, llegamos a Děčín. Por supuesto, mi amiga no estaba allí. Extrañados ya, le llamo por teléfono y me sale una locución diciendo que el número marcado no existe
. Casi me pega un infarto allí mismo. Eran ya las 7 de la tarde, estaba anocheciendo, en un lugar desconocido, sin conocer el idioma y con las oficinas de turismo ya cerradas. Yo ya me veía durmiendo debajo de un puente… o en un sitio peor. Al final, mi pareja consiguió averiguar qué ocurría…¡¡¡¡¡¡ Me faltaba poner un + al marcar el número!!!!!!!!!!! Conseguí hablar con ella (por supuesto no había recibido ninguno de mis mensajes) y ya fuimos a su casa, montados en el bus urbano número 4. El transporte urbano también es excelente y puntual. Parece ser que dormiríamos a cubierto, 
. Ahora me río pero de verdad que pasé muy mal rato.Como os he comentado, Děčín está situado al norte del país y, aunque el pueblo en sí no es bonito, los alrededores sí lo son. La zona parece bastante industrial por lo que desluce un poco el paisaje. Pero aun así es una zona bonita y con muchísima vegetación. Cerca de esta población, hay paisajes impresionantes como los Tisa Walls y muchas zonas para hacer senderismo. Como aquí estuvimos alojados en casa de mi amiga, no os puedo ofrecer información sobre alojamiento o restaurantes (estuvimos solo en uno, pero no me fijé en el nombre).
Según la previsión meteorológica, el siguiente día era el único en el que iba a hacer buen tiempo, así que aprovechamos para hacer una excursión. De las posibilidades que mi amiga nos presentó, elegimos Zubrnice, un museo al aire libre en el que se recrea una aldea antigua. Bueno, realmente, no es solo una recreación, ya que aun siguen viviendo allí unas 200 personas. En el pueblo se puede ver un molino, una casa (con muebles y aperos antiguos), la iglesia, la escuela (nos sorprendió ver una foto de Stalin en la pared del aula), la tienda (donde también se pueden comprar recuerdos), etc. También hay un museo del ferrocarril, junto a la estación de tren, en el que se pueden ver cómo era la oficina del jefe de estación, la taquilla, la sala de espera, los vehículos de mantenimiento de la vía (hay varios en un cobertizo... en el que suena una alarma a todo volumen, si pasas un solo milímetro la cuerda de seguridad), etc. También hay varios vagones de tren, en los que se puede ver una exposición de señales luminosas, máquinas de control del tráfico ferroviario, comprobar como era el vagón dedicado al correo, etc. Es un museo realmente interesante.
Nos sorprendió ver que no había turistas extranjeros allí. Había algunos turistas, pero eran checos. Da la impresión de que, realmente, es a ellos a los que está dirigido. La verdad que el sitio merece mucho la pena. Comimos allí mismo, en un bar que hay, unas salchichas buenísimas (realmente se parecía más a nuestro chorizo que a las salchichas) y queso Edam frito. Baratísimo.
Este es el sitio:
www.mydestination.com/ ...m-zubrnice
Y si usáis algún traductor (la web está en checo), ésta es su web:
www.zubrnice.cz/
Está situado muy cerquita de la población de Ústí nad Labem. Para ir allí, cogimos el tren en Děčín hasta Ústí (son solo 15 minutos) y allí un autobús, que sale de la misma estación de tren. Para la vuelta, pudimos volver hasta Ústí en uno de los vagones antiguos que habíamos visto en el museo del tren, saliendo desde la misma estación de Zubrnice. Toda una experiencia.
El día siguiente, lo dedicamos a conocer un poco Děčín y, por supuesto, a visitar su castillo. Es una castillo pequeño y sencillo (del siglo XIII), pero la visita es interesante. Y es un castillo con mucha historia. Por allí pasó, entre otros, Chopin (que era amigo de la familia) y se supone que allí compuso una de sus piezas. También se hospedó allí, durante la Guerra de Crimea, el Rey de Prusia. El castillo ha sido fortaleza militar y estuvo ocupado por el ejército ruso hasta 1991. El castillo quedó en bastante mal estado y lo han rehabilitado en los últimos años.
www.zamek-Děčín.info/eng/
Estuvimos viendo primero los jardines, donde podéis ver un precioso quiosco de música, y luego ya hicimos la visita guiada al interior del castillo.
Alrededor del castillo, hay un parque muy bonito, situado donde estuvo el primer emplazamiento de la ciudad, por el que estuvimos dando un paseo y luego ya estuvimos conociendo un poco el pueblo. No tiene mucho para ver pero nos llamó la atención la sinagoga, un edificio muy bonito en el que ya no hay culto, y el “puente de las cabras”. Es un puente pequeño pero muy empinado. El motivo… este puente se construyó mediante colecta popular, pero los nobles se negaron a contribuir económicamente. Entonces, el pueblo se vengó construyendo un puente muy empinado para que, por él, no pudieran pasar ni los carruajes ni los caballos de los nobles y solo se pudiera atravesar andando
.
Estaba lloviendo (llevaba lloviendo todo el día
), pero aun así quisimos ir a conocer la capilla de San Juan Nepomuceno, que está a unos 30 minutos andando del centro (atravesando una zona de chalets… vamos, que por ahí es donde vive la gente de pasta de Děčín). Es una capilla preciosa. Supongo que os habrá pasado en alguna ocasión, el estar en sitios “mágicos”, que transmiten algo especial. Pues éste es uno de esos sitios. Las pinturas están ya bastante deterioradas pero da una idea de lo que tuvo que ser esa capilla en su momento de esplendor. Se puede visitar también la galería de arriba, desde la que hay una vista impresionante de la capilla. El hombre encargado de la capilla estuvo tocando el órgano, para que pudiéramos comprobar la acústica del lugar. Fue un momento muy bonito, la verdad. Os recomiendo ir por allí, aunque sea de pasada. Desde luego, la caminata bajo la lluvia mereció muchísimo la pena .
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