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Aunque hace ya dos años que hicimos este viaje, me he decidido a escribir un pequeño diario ya que dos de las tres islas que visitamos son poco conocidas por estos lares.
En pleno invierno de 2011 ya estaba yo dándole vueltas al asunto de las vacaciones. El año anterior habíamos estado en Laponia y me apetecía sol, calor y dolce far niente. Vamos a volver a Grecia!
No queríamos islas masificadas, sinó algo más auténtico, fuera de las rutas de cruceros, entonces me fijé en Milos y empecé a investigar sobre las Cícladas Occidentales y con gran esfuerzo y dolor de mi corazón tuve que reducir la lista a tres: Sifnos Milos y Folégandros.
Primer día
Nuestro vuelo a Atenas salió con 1 hora de retraso y aterrizábamos a media tarde. Tras coger el bus X95 que nos dejó en la plaza Sintagma, nos encaminamos a nuestro hotel, el mismo que dos años atrás, el Athenian Callirroe (céntrico, seguro y lejos de la maldita plaza Omonia) www.tac.gr/ ...tAoddRIACw
Tiempo para una ducha y salimos a cenar algo por los barrios de Plaka y Anafiótika. Volvemos pronto al hotel y ponemos todas las alarmas de los móviles (previo ajuste de la zona horaria) para levantarnos a las 5,00h ya que nuestro ferry sale a las 7,00h.
Segundo día
Sobre las 6,00h en la recepción tenemos unas cajas con el desayuno preparadas y le pido al recepcionista si puede llamarnos un taxi para ir al Pireo. El pobre hombre se queda blanco y con los ojos desorbitados y me dice que ese día hay huelga general de transporte. No hay taxis y en metro no cree que lleguemos a tiempo.
Ya me veía yo parando un coche o una furgoneta particular en mitad de la calle para que nos acercaran al Pireo (soy capaz de hacerlo...) pero mi marido dice que no, que corramos al metro que está abierto y aún con servicios mínimos en 1 hora deberíamos llegar. Arrastrando maletas llegamos a la estación, billete en máquina y cambio de línea en Omonia.
El último trayecto voy histérica mirando el reloj. Son las 6,30h y veo el estadio del Olympiakos, me tranquilizo porque sé que ya llegamos. A todo esto el vagón está lleno de personajes variopintos que vuelven a sus casas (si las tienen) después de una noche de supuesta juerga.
Parada final El Pireo. Tenemos 10 minutos para encontrar el muelle 5 y pasar el control. Sale mi hija delante a preguntar y ganar tiempo y nosotros subimos las maletas por las escaleras del metro. A las 6,57h estamos subiendo la rampa del ferry. Lo hemos conseguido!!!!
El ferry es de la compañía Aegean Speed Lines y cubre la ruta Serifos Sifnos y Milos. Es un ferry rápido pero tiene estabilizadores y no marea y el riesgo de cancelación por mal tiempo es mínimo. (Luego entenderéis el porqué de este comentario). Abrimos nuestros breakfast boxes y desayunamos casi todo lo que había, teníamos mucha hambre después del esfuerzo y los nervios. Me voy a buscar un café (4€) y subo a la cubierta exterior a fumarme un cigarrillo.
La bocana del puerto del Pireo parece una autopista de tantos ferries de todos los tamaños y colores que poco a poco se van desviando en forma de abanico hacia las islas. En algo más de hora y media hemos llegado a la primera parada Serifos donde baja cerca de la mitad del pasaje (casi todo parejas y bastantes italianos). He cogido unos mapas pequeños de las tres islas que ofrecen en el barco y Serifos es la más pequeña y al parecer con una línea de costa más sinuosa que las otras. Ya investigaré sobre ella porque me gusta la idea que sólo tenga 5km de carretera asfaltada.
Una hora más o menos después hemos llegado a nuestra primera isla: Sifnos.
La bahía de Kamares está en la parte occidental de la isla y el ferry entra al puerto girando y abriendo la compuerta trasera a la vez mientras los que vamos a bajar nos apiñamos para salir antes que los coches.
Una vez en tierra firme decidimos que no queremos taxi para llegar al hotel, iremos en bus, como los nativos, no queremos más prisas que ya hemos tenido bastantes el día de hoy. En la caseta de información nos dan los horarios. Para llegar al pueblo de Faro, que está en el sur, hay que ir primero hasta la capital Apollonia, y desde allí el de Faro una hora y pico después. Bueno, pues iremos a ver el pueblo y nos tomaremos algo mientras esperamos.
Tanto Apollonia (en honor del Dios Apolo) como Artemonas son los típicos pueblos cicládicos de casitas blancas y calles empedradas con grandes vistas al Egeo.
Como ya hemos arrastrado las maletas un rato, decidimos sentarnos a tomar algo hasta que sean las 14h y pase el bus para llegar a Faro. En la kantina nos atiende una chica de Atenas que, Oh sorpresa!, habla un correctísimo español. Está trabajando el verano porque se vendrá de Erasmus a Barcelona en Septiembre. Nos damos consejos mutuamente y a las 2 en punto llega el bus.
La parada está en mitad de una curva (esto es Grecia en estado puro) y además del conductor hay una revisora que vende los billetes a la gente cuando ya se ha sentado (2€). Le doy en nombre de nuestro aparthotel y nos dice que nos dejará en el desvío sin problemas. Subimos unos 100 metros de caminito y ya estamos en el hotel www.sifnoslighthouse.com/
Son apartamentos grandes y bonitos, de arquitectura cicládica. Un cartel en el baño nos ruega no tirar papeles por el inodoro, ya que no hay red de alcantarillado. Como pasan cada día a limpiar, la verdad es que no fue ningún problema ni de olor ni la acumulación.
Como mi marido quiere hacer la siesta, nosotras nos vamos a la piscina a refrescarnos un rato, estamos solas y se está muy bien.
Al anochecer bajamos al pueblo a cenar y comprar cosas en el colmado.
Ha sido un día largo e intenso, nos vamos a dormir
tercer día
Estamos en el sur de la isla y el pueblo de Faro tiene un pequeño puerto pesquero y, por supuesto, un faro. A ambos lados del pueblo se extienden dos playas de arena dorada y agua transparente orientadas al sur.
El ritmo de las islas nos va envolviendo, nos quedamos un rato en cada playa y descubrimos que en la parte derecha de la cala más occidental sale un sendero para llegar a Chrysopigi, la playa más famosa de la isla. Se tardan unos 10-15 minutos en llegar, bordeando el cabo que separa ambas bahías. Esta playa es más grande que las nuestras, y con bastante más gente. La carretera llega hasta aquí (son radiales con centro en Apollonia) pero como no tenemos intención de alquilar coche no nos informamos mucho.
Chrysopigi es una ermita situada en una especie de península unida por un puente a tierra firme. Se puede pasar nadando por debajo. Yo no lo hago porque me da miedo la proximidad de las rocas. Nos cuenta una señora que en la isla hay 365 ermitas, una por cada día del año, y que siempre están abiertas, pero que si entramos a ver alguna, seamos respetuosos y lo dejemos todo como estaba.
Otro baño y volveremos por el caminito hasta Faro porque hoy queremos cenar en el restaurante del puerto y nos queremos arreglar un poco. Hay que ir pronto o con reserva porque es pequeño. Yo me pido pulpo a la plancha que está tierno y bastante bueno, aunque prefiero una y mil veces el pulpo a la gallega. Mi marido pide un plato de pescaditos fritos y luego un pescado parecido a la lubina que estaba muy bueno y mi hija, que entonces estaba en plena edad del pavo, se pidió una ensalada griega.
cuarto día
Como nos había gustado tanto Chrysopigi, decidimos repetir e ir a explorar un poco más allá, sacrificando otras zonas.
Cuando se conoce el camino, parece que todo esté más cerca, y en poco más de 30 minutos ya habíamos llegado a la ermita. Siguiendo hacia el oeste pasamos por diversas calas de guijarros en las que no hay nadie. Nos gustan mucho y nos quedamos. Hay algún pescador y en el agua se ve pasar a gente que va nadando de playa a playa (alemanes de cierta edad en su mayoría).
No hacemos nada, solo descansar y disfrutar de la naturaleza, playa siesta, piscina y cena.
Esta noche no hay luna y a mi me encanta mirar las estrellas. Nos alejamos unos 300 metros del hotel y en ausencia de contaminación ambiental y lumínica vemos la vía láctea partiendo el cielo y varias constelaciones. Es un momento mágico tomándonos una cervecita bajo las estrellas y disfrutando del silencio.
quinto día
Nos vamos a Milos.
Es la misma línea de ferry que nos trajo desde el Pireo (creo que llegaba sobre las 10,30h de la mañana). Desayunamos en el estudio y pedimos un taxii porque ahora sí teníamos un poco de prisa. En las islas no hay "riesgo de huelga" pero en Atenas ese día volvía a haber huelga general de transporte.
Llegamos al puerto de Kamares con margen de 45 minutos y vamos a echar un vistazo: mucho yate, un camping, agencias de alquiler de coches, quads... Bastante pijito todo. Me compré un frappé con leche para tomar mientras esperábamos el ferry.
De Sifnos a Milos va a 1/4 de su capacidad y nos repantingamos en los asientos de primera clase a mirar el paisaje.
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