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Pi-pi-pi-pi-pi… son las 5h45 de la mañana y el despertador está sonando. Miramos por la ventana y aún es de noche, aunque podemos adivinar la silueta del Eilean Donan. Si, si… habéis leído bien. ¡Desde la ventana de nuestra habitación vemos el Eilean Donan!
Este castillo tiene algo que lo hace especial. Otros son más grandes, quizás están mejor conservados, pero el ambiente que lo rodea, hace que sea el castillo más fotografiado de Escocia. ¿Quién no ha visto al clan McLeod partir, cruzando su puente, a luchar contra el clan de los Frazer en Los Inmortales?
Este castillo tiene algo que lo hace especial. Otros son más grandes, quizás están mejor conservados, pero el ambiente que lo rodea, hace que sea el castillo más fotografiado de Escocia. ¿Quién no ha visto al clan McLeod partir, cruzando su puente, a luchar contra el clan de los Frazer en Los Inmortales?
Cuando decidimos que viajaríamos a Escocia, lo primero que hicimos fue localizar un alojamiento lo más próximo posible al Eilean Donan. A partir de ahí, planificamos el resto del recorrido.
Bueno… volviendo a lo que importa. Habíamos madrugado porque queríamos hacer un amanecer en el Eilean Donan. Además la marea estaba alta (no era coincidencia, lo habíamos planificado así) y queríamos fotografiar el reflejo del castillo en el lago. Cuando llegamos al parking del castillo, alrededor de las 6h30’, como os podéis imaginar estábamos solos, así que no tuvimos problemas para elegir el sitio donde sacar nuestras fotos. El cielo estaba raso y la temperatura… ¡5°C!. La ausencia prácticamente de nubes hizo que el amanecer no fuera tan espectacular como esperábamos, pero viendo una de las fotos que sacamos, tampoco estuvo nada mal.
Bueno… volviendo a lo que importa. Habíamos madrugado porque queríamos hacer un amanecer en el Eilean Donan. Además la marea estaba alta (no era coincidencia, lo habíamos planificado así) y queríamos fotografiar el reflejo del castillo en el lago. Cuando llegamos al parking del castillo, alrededor de las 6h30’, como os podéis imaginar estábamos solos, así que no tuvimos problemas para elegir el sitio donde sacar nuestras fotos. El cielo estaba raso y la temperatura… ¡5°C!. La ausencia prácticamente de nubes hizo que el amanecer no fuera tan espectacular como esperábamos, pero viendo una de las fotos que sacamos, tampoco estuvo nada mal.
Poco antes de las 8h, volvimos al B&B (Caberfeidh Guest House) para desayunar.
Información del B&B
- Ubicación: a 2 minutos en coche del Eilean Donan y a menos de 15 minutos de la Isla de Skye
- Estado de la casa: Casa independiente. Estilo tradicional muy bien conservada. Las habitaciones eran amplias y confortables
- Servicios: WIFI gratuito, parking
- Trato recibido: Muy bueno
- Calificación: 9 sobre 10, muy recomendable.
Esta era, quizás, la etapa del viaje que más nos apetecía. Mucha gente viaja 7 días para recorrer toda Escocia y nosotros íbamos a estar 4 días sólo por la zona de la Isla de Skye. ¡Todo un lujo! Además lo teníamos muy claro, íbamos a parar en todos los sitios donde hubiera una foto… no teníamos prisa.
Tras el desayuno, cargamos los trastos en el coche y nos pusimos en marcha. Poco antes de llegar a Kyle of LochAlsh paramos en un mirador que hay en la carretera A82 desde donde hay unas bonitas vistas del puerto de Kyle of LochAlsh a la derecha, el Skye bridge al fondo y el pueblo de Kyleakin a la izquierda.
Tras el desayuno, cargamos los trastos en el coche y nos pusimos en marcha. Poco antes de llegar a Kyle of LochAlsh paramos en un mirador que hay en la carretera A82 desde donde hay unas bonitas vistas del puerto de Kyle of LochAlsh a la derecha, el Skye bridge al fondo y el pueblo de Kyleakin a la izquierda.
Una vez dentro de la Isla de Skye paramos en un supermercado con gasolinera de la cadena The Co-operative para llenar el depósito y de paso hacer unas comprillas. No pudimos evitar sacar algunas fotos…
Nuestra primera parada fue en la Eas a' Bhradain waterfall. (casi a la vez exclamamos: ¿te acuerdas cuando estuvimos aquí hace 10 años?). A pesar de estar al borde de la carretera, hay un parking a pocos metros donde dejar el coche.
Siguiendo por la A87 llegamos Sligachan donde se encuentra el cruce donde podemos elegir seguir hacia el norte o coger la A863 para ir hacia el oeste de la isla. En este pequeño asentamiento en la falda de las Cuillin Mountains, hay un hotel construido en 1830 y un puente de piedra que data de 1820.
El sol estaba de frente así que dejamos las fotos del puente para la vuelta. Aprovechamos para tomar un par de ‘hot chocolate’ en el bar del hotel. Según ponía en un folleto que había en la barra, tenían 370 tipos diferentes de whisky… ¡eso sí que es variedad!
El sol estaba de frente así que dejamos las fotos del puente para la vuelta. Aprovechamos para tomar un par de ‘hot chocolate’ en el bar del hotel. Según ponía en un folleto que había en la barra, tenían 370 tipos diferentes de whisky… ¡eso sí que es variedad!
El siguiente alto en nuestro camino era el faro de Neist Point, situado en el punto más al occidental de la isla. Por el camino fuimos disfrutando del increíble paisaje que teníamos ante nosotros.
Algo antes de las 14h llegamos a Neist Point. Aparcamos el coche y bajamos por las escaleras que llevan al faro. Según bajábamos íbamos pensando que luego habría que subir esas mismas escaleras, jejeje. A pesar de lucir el sol, hacía viento y como la temperatura no era muy alta, no nos sobraba el polar.
Para los más curiosos, algunos datos del faro:
- Inauguración: Junio de 1910
- Altura: 19 metros
- Elevación: 43 metros sobre el nivel del mar.
- Luz: destello de luz cada 5 segundos visible a 16 millas náuticas.
Neist point es considerado como el mejor lugar de Skye para ver ballenas, delfines, marsopas y el tiburón peregrino. El mar que rodea el punto está lleno de aves marinas como alcatraces y cormoranes.
También es famoso por sus formaciones rocosas, que son muy semejantes a los de la Calzada del Gigante en Irlanda del Norte. Se dice que la calzada se extiende bajo el mar de Irlanda del Norte a la isla de Skye.
La vuelta al aparcamiento se hizo durilla, pero el esfuerzo había merecido la pena. Antes de volver al coche, subimos por una ladera de la montaña para obtener unas vistas más elevadas del acantilado y el faro.
También es famoso por sus formaciones rocosas, que son muy semejantes a los de la Calzada del Gigante en Irlanda del Norte. Se dice que la calzada se extiende bajo el mar de Irlanda del Norte a la isla de Skye.
La vuelta al aparcamiento se hizo durilla, pero el esfuerzo había merecido la pena. Antes de volver al coche, subimos por una ladera de la montaña para obtener unas vistas más elevadas del acantilado y el faro.
Casi eran las 15h y todavía no habíamos comido, así que nos pusimos de camino hacía Dunvegan Castle con la esperanza de encontrar algún sitio para reponer fuerzas.
Al pasar por Glendale, vimos un Tea room y paramos a ver si todavía podíamos comer algo. Lo regentaban dos señoras que nos atendieron muy bien, aunque se lo tomaban con muuuuuuucha calma. Comimos un sándwich mixto y un refresco.
Al pasar por Glendale, vimos un Tea room y paramos a ver si todavía podíamos comer algo. Lo regentaban dos señoras que nos atendieron muy bien, aunque se lo tomaban con muuuuuuucha calma. Comimos un sándwich mixto y un refresco.
Aunque tenían un mostrador con unas tartas con una pinta increíble, decidimos que no podíamos perder más tiempo porque todavía teníamos que llegar al Dunvegan Castle.
Información
- Entrada: £9,50 (incluye entrada a los jardines)
- Conservación muy buena
- Información sólo en inglés
- Se puede visitar por tu cuenta. Visitas guiadas a determinadas horas
- Los jardines son bonitos y están muy bien cuidados
- No se permite fotos ni video.
Este castillo del siglo XIII es la casa de los McLeod desde hace 700 años. (¿tendrán algo que ver con Connor Mcleod, el de Los Inmortales?, jejeje) Desde 1933 está abierto al público, aunque no todas las estancias se pueden visitar.
Como la mayoría de los castillos privados te muestran la historia de la familia a lo largo de la historia.
Como la mayoría de los castillos privados te muestran la historia de la familia a lo largo de la historia.
Los jardines cerraban algo más tarde, así que dejamos la visita para el final.
En el camino de vuelta, paramos de nuevo en Sligachan y esta vez sí, sacamos unas fotos al viejo puente de piedra.
De regreso a Dornie, nos cruzamos con una manada de vacas highlandesas (así las llamábamos nosotros) que estaban pastando al borde la de la carretera.
Al pasar por el supermercado donde habíamos echado gasolina por la mañana, paramos y compramos algo para cenar en la habitación del B&B.
Según pasamos el Sky Bridge, el cielo se empezó a poner de color rosado presagiando que íbamos a poder disfrutar de un bonito atardecer, así que seguimos camino hacia el Eilean Donan. Al llegar a Dornie el cielo estaba increíble, así que paramos en el puente que cruza el loch Long y sacamos la foto del Eilean Donan desde otro punto de vista.
Según pasamos el Sky Bridge, el cielo se empezó a poner de color rosado presagiando que íbamos a poder disfrutar de un bonito atardecer, así que seguimos camino hacia el Eilean Donan. Al llegar a Dornie el cielo estaba increíble, así que paramos en el puente que cruza el loch Long y sacamos la foto del Eilean Donan desde otro punto de vista.
Y mientras estábamos flipando con el atardecer que estaba habiendo, nos dio por mirar hacia atrás y vimos que el cielo estaba aún más rojo. Así que, cogimos el coche y nos fuimos al parking del castillo. Sólo podemos decir una cosa… ¡qué espectáculo!.
Cuando se acabó el atardecer, recogimos todos los bártulos de fotografía y nos marchamos al B&B a cenar. Hoy tocaba una de picnic en la habitación.
* * * Final del día 9 * * *
Nuestro segundo día en Dornie amaneció con txirimiri (lluvia fina) y niebla baja y 10°C, así que nos lo tomamos con calma. Todavía estábamos de resaca por el pedazo atardecer que disfrutamos junto al Eilean Donan.
Después de desayunar, nos pusimos de camino otra vez hacia la Isla de Skye. Paramos en supermercado a hacer unas compras con la intención de comer sobre la marcha (unos sándwiches, fruta y unos cafés esos de Starbucks que tanto nos gustan).
Una cosa que se nos había olvidado comentar del día de ayer es que en mis brazos aparecieron unos cuantos granos que, por cierto, picaban bastante. Gracias al ‘afterbite’ que compramos, pude ir aguantando. (parecía como si las picaduras de los mosquitos de Fort William estuvieran saliendo ahora)
Como el tiempo no mejoraba, pensamos que lo mejor era hacer alguna actividad donde estuviéramos a cubierto. Anna había encontrado información sobre un sitio donde se dedicaban a la fabricación artesanal de productos derivados de la piel (principalmente de oveja). La fábrica se llama SkyeSkyns y se encuentra en Stein, al noroeste de la isla (a 15 km. al norte del Dunvegan Castle.
Después de desayunar, nos pusimos de camino otra vez hacia la Isla de Skye. Paramos en supermercado a hacer unas compras con la intención de comer sobre la marcha (unos sándwiches, fruta y unos cafés esos de Starbucks que tanto nos gustan).
Una cosa que se nos había olvidado comentar del día de ayer es que en mis brazos aparecieron unos cuantos granos que, por cierto, picaban bastante. Gracias al ‘afterbite’ que compramos, pude ir aguantando. (parecía como si las picaduras de los mosquitos de Fort William estuvieran saliendo ahora)
Como el tiempo no mejoraba, pensamos que lo mejor era hacer alguna actividad donde estuviéramos a cubierto. Anna había encontrado información sobre un sitio donde se dedicaban a la fabricación artesanal de productos derivados de la piel (principalmente de oveja). La fábrica se llama SkyeSkyns y se encuentra en Stein, al noroeste de la isla (a 15 km. al norte del Dunvegan Castle.
La visita es gratuita y durante la media hora que dura, te enseñan el proceso completo de curtido de la piel. Según nos dijeron, son junto con otra fábrica de Inglaterra, las dos únicas empresas que siguen haciendo los productos de piel siguiendo todo el proceso artesanal. También nos dijeron que era muy difícil competir con los productos de China.
Al acabar la visitar nos invitaron a ver la exposición/tienda donde pudimos ver algunos de los productos que hacen en la fábrica y que se pueden comprar allí mismo. La verdad es que algunas alfombras eran una auténtica pasada (una pena que no nos entraran en las maletas).
Después de la visita, y como el tiempo parecía que mejoraba algo, seguimos hacia el norte en busca de… una cabina roja. Hace tiempo que habíamos visto una foto de la típica cabina roja en mitad de ninguna parte. Buscando por internet habíamos conseguido saber que estaba en Skye, por la zona de Kilmaluag, al norte de la isla. Al final dimos con ella.
También queríamos enseñar como funciona eso de los Passing Place, así que, grabamos un pequeño video. Si os fijáis, los coches a los que dejamos pasar nos saludaron a modo de agradecimiento . Ya podían tomar nota alguno de mis vecinos del barrio. (les dejas pasar y ni te miran a la cara )
Como se estaba haciendo ya un poco tarde y estábamos al norte de la isla, comimos sobre la marcha siguiendo la A87. Cuando veíamos algo que nos gustaba, parábamos y sacábamos alguna foto.
Incluso vimos alguna cabina más en la zona de Staffin.
Siguiendo por la A87, llegamos a Kilt Rock. Un espectacular acantilado formado por columnas de basalto formadas hace 60 millones de años. Aunque sabíamos que no era el mejor momento para fotografiarlo (teníamos el sol de cara), paramos un momento para verlo.
A pocos kilómetros de aquí se encuentra el aparcamiento (minúsculo, por cierto) donde comienza la subida hacia Old Man of Storr. Desde abajo, la roca puntiaguda parece que está cerca, así que comenzamos la subida.
A pocos kilómetros de aquí se encuentra el aparcamiento (minúsculo, por cierto) donde comienza la subida hacia Old Man of Storr. Desde abajo, la roca puntiaguda parece que está cerca, así que comenzamos la subida.
Después del primer repecho, la perspectiva cambia y la roca se ve bastante más lejos. El camino estaba bastante embarrado y el cielo no pintaba nada bien, pero así todo seguimos avanzando un poco. ¡craso error! Se puso a llover como no lo había hecho durante los días que llevábamos en Escocia y sólo teníamos los chubasqueros. Aguantamos como pudimos el chaparrón (nunca mejor dicho) y bajamos al coche calados hasta los huesos. Para que os hagáis una idea de lo embarrado que estaba el camino, os ponemos esta foto donde se ve a un chico subiendo descalzo. (y no fue el único que vimos)
Y como dice el refrán, después de la tormenta, llegó la calma. El cielo se abrió (por lo menos un poco), así que fuimos de regreso a Dornie con la esperanza de que hubiera un bonito atardecer. Antes de dejar la isla, compramos la cena.
Al llegar al Eilean Donan para ver el atardecer, ¡Sorpresa! Había una boda… con gaitero y todo. El novio, como no podía ser de otra manera, iba vestido con el kilt (falda típica escocesa). Tras pedirles permiso, posaron para nosotros, jejeje
Al llegar al Eilean Donan para ver el atardecer, ¡Sorpresa! Había una boda… con gaitero y todo. El novio, como no podía ser de otra manera, iba vestido con el kilt (falda típica escocesa). Tras pedirles permiso, posaron para nosotros, jejeje
Como había bastantes nubes, el atardecer no fue tan espectacular como el día anterior, pero tampoco estuvo nada mal.
Cuando se hizo de noche, volvimos al B&B y cenamos en la habitación lo que habíamos comprado en el súper.
* * * final del día 10 * * *
Estábamos en la mitad de nuestro viaje. ¡Qué lejos quedaba el susto con la tarjeta de crédito al recoger el coche de alquiler! El día amaneció con el cielo bastante despejado y la temperatura fresquita, 10° C.
Como comentamos el día anterior, la foto a la cascada de Kilt Rock era de mañana, así que tras desayunar, nos pusimos en marcha. Al entrar en la isla paramos para llenar el depósito del coche y hacer unas compras para pasar el día.
Antes de llegar a la cascada, hicimos una pequeña parada en Portree. Es el pueblo más grande de la isla de Skye y es conocido por las casas de colores que hay en el puerto.
Como comentamos el día anterior, la foto a la cascada de Kilt Rock era de mañana, así que tras desayunar, nos pusimos en marcha. Al entrar en la isla paramos para llenar el depósito del coche y hacer unas compras para pasar el día.
Antes de llegar a la cascada, hicimos una pequeña parada en Portree. Es el pueblo más grande de la isla de Skye y es conocido por las casas de colores que hay en el puerto.
Después de la visita relámpago a Portree, nos acercamos hasta Kilt Rock. Con el sol iluminando la cascada de frente, las vistas no tenían nada que ver a las del ayer.
Nuestro siguiente destino era Old Man of Storr, aunque antes hicimos una parada técnica en un Tea Room que vimos por el camino.
A mediodía el cielo estaba bastante más cubierto que a primera hora, pero los pronósticos no daban lluvia, así que nos echamos las mochilas a las espaldas y comenzamos la subida hacia Old Man of Storr. Estas curiosas formaciones rocosas basálticas tienen 50 metros de altura.
Aunque la ruta completa llega hasta Kilt Rock (unos 15 km.), la mayoría de la gente sólo sube hasta los pinachos (6 km. ida y vuelta). La dificultad no es excesiva, pero el estado embarrado del camino hizo la subida bastante complicada.
Aunque la ruta completa llega hasta Kilt Rock (unos 15 km.), la mayoría de la gente sólo sube hasta los pinachos (6 km. ida y vuelta). La dificultad no es excesiva, pero el estado embarrado del camino hizo la subida bastante complicada.
Nosotros, a un ritmo tranquilo y parando para hacer fotos tardamos 1 hora en llegar hasta la plataforma desde donde se tienen la mejores vistas. El esfuerzo mereció la pena.
Después de un rato disfrutando de las vistas, hicimos el camino de vuelta al parking. Como ya comentamos, el parking es muy pequeño, así que nos tocó aparcar en uno de los lados de le carretera.
De regreso a Portree, y como era la hora de comer, aprovechamos para hacer una paradita. Nuestra intención era buscar algún sitio al aire libre para comer, pero nuestros ‘amigos’ los mosquitos tenían otros planes para nosotros. En cuanto te parabas, ahí estaban ellos… la verdad es que eran muy molestos. Tanto que decidimos comer dentro del coche.
A Anna siempre le gusta visitar la oficina de turismo de los pueblos donde paramos, así que se fue a dar una vueltilla por en busca de ella. Al volver, ¿a que no sabéis qué me había comprado?... una mosquitera como la que habíamos visto a las niñas en las cascadas Steall, en Fort William.
Antes de volver a Dornie, queríamos pasar por Plockton, un pequeño pueblo a orillas del Loch Carron considerado por algunos como el pueblo más bonito de las Highlands. Poco antes, en el pueblo de Duirinish nos cruzamos con otro rebaño de vacas highlandesas.
A Anna siempre le gusta visitar la oficina de turismo de los pueblos donde paramos, así que se fue a dar una vueltilla por en busca de ella. Al volver, ¿a que no sabéis qué me había comprado?... una mosquitera como la que habíamos visto a las niñas en las cascadas Steall, en Fort William.
Antes de volver a Dornie, queríamos pasar por Plockton, un pequeño pueblo a orillas del Loch Carron considerado por algunos como el pueblo más bonito de las Highlands. Poco antes, en el pueblo de Duirinish nos cruzamos con otro rebaño de vacas highlandesas.
Y como cerca de la orilla había mosquitos, pues me dije… ¡qué mejor momento para estrenar la mosquitera!
Sobre las 18h volvimos a Dornie por si había otro bonito atardecer. No hubo suerte, aunque nos encontramos con otra boda…
Cuando se hizo la hora de cenar, nos fuimos al pub donde cenamos el primer día ya que era la última noche que pasábamos allí. (£25,75)
* * * final del día 11 * * *
Hoy cambiábamos de B&B y nos dirigíamos hacia el norte, hacia Inverness, capital de las Highlands. Pero antes de eso, nos quedaba un día entero por delante y aunque parezca raro, después de 4 días en Dornie, aún no habíamos visitado el Eilean Donan.
Después de desayunar, recogimos las maletas, nos despedimos de nuestros anfitriones y nos pusimos en marcha.
Como el castillo no se podía visitar hasta las 10h (en julio y agosto abren a las 9h), nos lo tomamos con calma y fuimos a buscar el mirador de Carr Brae desde donde se tienen unas vistas más elevadas del castillo y del lago Duich.
Después de desayunar, recogimos las maletas, nos despedimos de nuestros anfitriones y nos pusimos en marcha.
Como el castillo no se podía visitar hasta las 10h (en julio y agosto abren a las 9h), nos lo tomamos con calma y fuimos a buscar el mirador de Carr Brae desde donde se tienen unas vistas más elevadas del castillo y del lago Duich.
Seguido bajamos al parking del castillo, y sacamos las últimas fotos, sniff, sniff, sniff… (momento arcoiris incluido)
Cuando dieron las 10h, sacamos las entradas y atravesamos el puente que da entrada al castillo. Nada más entrar, hay una sala donde nos pusieron un montaje audiovisual con la historia del castillo. Aunque el audio estaba en inglés, nos pusieron los subtítulos en castellano.
Información
Entrada: £4,95
El castillo es privado y está bien conservado. En 2013 han renovado parte de la fachada.
Visita por cuenta propia, aunque hay tours para grupos.
Información sólo en inglés
No se permite fotos y video (sólo en la primera sala)
El castillo fue construido en 1214 por los MacKenzies y más tarde fue destruido durante la rebelión jacobita en 1719. Abandonado en ruinas, fue comprado y restaurado por la familia MacRae en 1912 (las obras se completaron en 1932).
Tras algo más de una hora de visita, dejamos Dornie (con mucha pena, por cierto) y pusimos rumbo hacía nuestro destino, el castillo de Urquhart, en el lago Ness.
En el camino paramos para hacer una foto de un bonito reflejo en el lago Duich a la altura de Ault A’chruinn.
En el camino paramos para hacer una foto de un bonito reflejo en el lago Duich a la altura de Ault A’chruinn.
Sobre las 13h llegamos al castillo y tras aparcar (el parking estaba bastante lleno), fuimos donde al visitor center para estrenar nuestra Explorer Pass.
Nosotros elegimos la opción de 10 días y nos costó £38 a cada uno. Aunque puede parecer mucho dinero, si sois de los que os gusta visitar castillos, es una muy buena opción. Podéis ver la hoja de gastos que hemos incluido en la primera parte del diario para ver lo que nos hemos ahorrado.
La visita empezó con un pequeño video en el auditorio. Al acabar, se abrieron las cortinas y tras la cristalera, como si de un mirador se tratase, estaba el Castillo de Urquhart.
Nosotros elegimos la opción de 10 días y nos costó £38 a cada uno. Aunque puede parecer mucho dinero, si sois de los que os gusta visitar castillos, es una muy buena opción. Podéis ver la hoja de gastos que hemos incluido en la primera parte del diario para ver lo que nos hemos ahorrado.
La visita empezó con un pequeño video en el auditorio. Al acabar, se abrieron las cortinas y tras la cristalera, como si de un mirador se tratase, estaba el Castillo de Urquhart.
Información
Entrada: £7,90 (gratis con la Explorer Pass)
El castillo está en ruinas. En septiembre de 2013 estaban restaurando el puente de acceso.
Visita por cuenta propia.
Paneles informativos, sólo en inglés
Se permite fotos y video
El castillo en si no tiene gran cosa, quizás por su mal estado de conservación, pero suponemos que gracias al misterio que rodea al lago Ness y a su monstruo, hace que este castillo sea una de las visitas obligadas para cualquiera que viaje a Escocia.
Durante la visita, el cielo se fue cubriendo de nubes y casi cuando estábamos acabando, se puso a llover. Después de recoger un poquito de agua del lago para tener de recuerdo, dimos por finalizada la visita y regresamos al visitor center donde comimos. (£14,10)
Antes de seguir camino hacia Inverness, hicimos una visita a Nessie en su casa. A pesar de tener el lago Ness como zona de esparcimiento, sabíamos que había una charca donde lo podríamos ver más de cerca.
Llegamos a Inverness poco antes de las 17h y como habíamos quedado con los dueños del B&B de Inverness a las 18h, dimos una vuelta por la ciudad. Como llovía a ratos y no nos apetecía andar buscando aparcamiento, nos fuimos directamente al parking de un centro comercial.
Al volver al centro a por el coche, nos sorprendimos al ver que las tiendas del centro comercial también cerraban a las 18h. Y eso que era la capital !!! (casi nos quedamos sin nuestro café en el Starbucks)
El B&B (Cavell House) estaba a 5 minutos en coche del centro de Inverness, así que no tardamos nada en llegar. Nuestro anfitrión nos recibió y nos enseñó nuestra habitación.
El B&B (Cavell House) estaba a 5 minutos en coche del centro de Inverness, así que no tardamos nada en llegar. Nuestro anfitrión nos recibió y nos enseñó nuestra habitación.
Información del B&B
- Ubicación: a 10 minutos andando del centro de Invernes
- Estado de la casa: Casa independiente. Estilo tradicional bien conservada. Las habitaciones bien, pero algo clásicas
- Servicios: WIFI gratuito, parking
- Trato recibido: Muy bueno
- Calificación: 9 sobre 10, muy recomendable
Justo cuando íbamos a salir de nuevo para buscar un sitio para cenar, recibimos una visita inesperada. Los hijos del dueño nos obsequiaron con una botella de vino rosado espumoso y fresas a modo de recibimiento. ¡todo un detalle!
Para no complicarnos con el aparcamiento, decidimos dar un paseo hasta el centro (tardamos 15 minutos) y cenamos en un restaurante italiano que tenía buena pinta, Zizzi Ristorante (£39,75). Antes nos dio tiempo a hacer alguna foto más (!otro momento arcoiris!).
* * * final del día 12 * * *
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