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La cordillera de los Vosgos separa Lorena de la llanura Alsaciana.
Está considerado como parque natural por su variedad de flora y fauna.
Sus colinas redondeadas y carboníferas (las llaman ballons) presentan algunas cumbres en torno a los 1400m pero lo más característico son los lagos y valles que se formaron en la última glaciación.
Especialmente bonito el lago de Gérardmer
Es un paisaje antiguo, lleno de castillos, abadías, monasterios...
La mítica Juana de Arco nació entre estas montañas.
La arquitectura de sus pueblos refleja el pasado militar de la zona.
El carácter de sus gentes es cerrado, como muchos habitantes de regiones mal comunicadas, pero el turismo de proximidad los ha abierto a nuevos retos como las estaciones de esquí y el turismo rural...
Hemos pasado una agradable mañana paseando entre abetos y jugando en uno de los muchos lagos.
A la hora de la comida me pedí una ensalada vosgienne, que cual fue mi sorpresa cuando vi que se trataba de un codillo acompañado de unas hojas de lechuga. Claro, "jambonneau" significa jamonazo!! y no virutas de jamón cocido sobre la ensalada que pensaba yo. Madre mía, no pude acabarlo ni en broma...
Vamos a visitar la localidad de Orschswillier, en Alsacia, que tiene uno de los castillos más famosos de la zona: Haut-Koeningsbourg.
Es una construcción medieval del siglo XII situada en una montaña con extraordinarias vistas a la llanura alsaciana que protegía las rutas comerciales, especialmente la vinícola.
A principios del siglo XX fue restaurado en su totalidad y su visita bien merece la pena.
Divisamos los encantadores pueblos alsacianos que ya conocimos en otro viaje y a lo lejos la Selva Negra. Nos colamos en el castillo por la salida.
Hicimos la visita a la inversa, empezando por las mazmorras y los sótanos y siguiendo por el museo de armaduras, ballestas y todo tipo de armas medievales.
Para salir solo hay que deshacer el camino.
Mis amigos sabían que por la tarde la puerta de salida no tenía vigilancia.
Me he permitido tomar una foto de internet para mostraros el interior, las nuestras salieron bastante mal.
Y no me olvido de las cigüeñas.
Este ave migratoria es símbolo de la vecina Alsacia, pero por Lorena también hay muchísimas.
Con su silueta inconfundible de alas rígidas y cuello largo regresa cada año con el buen tiempo desde Africa para recuperar sus nidos.
Son animales sociables y un poco tímidos, pero se sienten a gusto entre humanos.
Es nuestra última noche en Francia, mañana nos esperan mínimo 12 horas de carretera.
Lo que siempre recuerdo es la hospitalidad que recibimos cada vez que viajamos a esta zona.
Mi buen amigo Olivier, siempre con la mesa puesta, esforzándose por complacer.
He borrado tu rostro de la foto y en su lugar he puesto una estrella.
Estimado lector, si has llegado hasta aquí te habrás dado cuenta que no es una región turística que merezca un viaje en exclusiva.
Si os queda de paso en vuestro viaje a otros lugares, podéis dedicarle unas horas a Metz y cuando veáis una etapa del Tour de Francia que transcurra por estas latitudes recordad las colinas, los canales, los lagos, las minas, las guerras, los castillos... e igual os decidís a venir a conocerlo.
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