Se nos presentaba la oportunidad de oro de probar nuestras aptitudes ( o la carencia de ellas ) fuera del territorio nacional durante 2 semanas así que... ¿Cómo rechazarla? ¿Dos como nosotras, sin papa de francés, sin un buen mapa y pronosticando lluvia? Parecía el entrenamiento perfecto... y así fue!!
Salimos, ya sabéis como somos nosotras, bien desayunaditas y sin madrugar demasiado no sea que nos de un perreque a mitad camino. Mediodía, (cuando menos coches circulan) nos pareció buen momento para arrancar.

Todo fue bastante bien, esperamos poco en cada parada, acampamos en unas huertas con compañía gatuna y mal tiempo (xirimiri vasco que en asia llaman monzón) y en menos de 24 horas ya estabamos en Bayona!
Otra acampadita en zona de viñedos y por fin.... por fin olía a mantequilla, a baguete, a tabaco de pipa y a boinilla ladeá, estabamos en Burdeos!!

Todo muy bonico oiga, que plazas, que comercio, que bulevares, que tias! Nos gustó y en un día estaba visto, decidimos probar suerte por la noche para no pagar otra cama en el albergue juvenil y desde la misma rotonda de incorporación a la autovía nos levantan y a Saintes, pequeño, tranquilo y encantador pueblo en el que acamparíamos la noche siguiente.

A la mañana siguiente disfrutamos del pueblo y ponemos rumbo a Nantes sin más dilación. Rápidamente nos plantamos allí, buscamos el albuergue de la juventud que resulta ser una mierda, paseito y a dormir. Amanece, nos cabreamos aún más con la gente del albergue en el que nos pretenden cobrar hasta por dejar las mochilas y acabamos de visitar esta mágica ciudad.
Una vez visto Nantes, nos vamos al pueblo medieval de Dinan. El pueblo es tranquilo, artístico y acogedor a partes iguales, se podría decir que uno de nuestros lugares favoritos de Francia. Pero no todo podía ser maravilloso y genial, así que para contrarrestar nos tocó ir de nuevo cargando la mochilita.

Por la noche avecina tormenta, y buscamos el albergue juvenil, andamos, mucho.Y lo encontramos, pero está cerrado, oooh decepción!! Con el frio no cuentan con visitantes mochileros

Dejamos el campamento montado y nos vamos a lo loco a recorrer el pueblecito, con el firme propósito de buscar gasolina, o lo que es lo mismo, un rotulador para los carteles.
Siguiente parada, el Mont Saint Michel. Para llegar hay que ir desde Pontorson,confeccionamos el cartel y al lío!! Llegamos rapidito y con mucho hambre. Comemos y buscamos el albergue y también esta cerrado. Pero, para nuestra suerte encontramos un camping resort palace lujos a tutiplen, cosa que aprovechamos para limpiar y secar y lavar todo.
La excursión al Mont Saint Michel es muy decepcionante, desde lejos la visión de la bahía parece fenomenal, aunque andamiado por supuesto (está toooda Francia en obras). Según te vas acercando, el encanto medieval se torna chinesco y abarrotado, no de galerías de arte como en Dinan, sino de baratijas y grupos de turistas, que incomodan la visita. Hay que hacer caso (sólo por esta vez) a las guías de viaje y evitar comprar agua o comida en el Mont, quede constancia de los 3 euracos que nos sangraron por un botellín) (y era de aguaaa!!!)

Vuelta a Pontorson y dirección Honfleur. Nos colocamos con nuestro cartelito,y en lo que tardamos en liar un cigarro, nos levantan. Se respira buen rollo en el coche y aunque no hay foto, la Silvi, pa´ siempre en el corazón!
Llegamos a Honfleur sin alojamiento y con una pinta terrible climatológicamente hablando. Buscamos campings mágicos, y no los encontranos pero nos ayudan y al final sale un alojamiento de película, el género....mmm tarantinesco.
Honfleur es digno de visitar, impresionista en todos los sentidos. Hasta en los restaurantes, los platos son paletas de pintor. No entramos en ningún restaurante, vimos por el cristal cómo los demás comian nuestro plato favorito: cómida!!!
Barajamos la interesante posibilidad de mandar una de estas a nuestras familias...

Siguiente parada Rouen. Para no variar, el autoestop se nos da genial!! si es que es un medio de transporte mágico, si vas en autobus, tardas más.
Pasamos dos dias en esta cuidad llena de encanto, la lluvia no dió tregua, así que las noches fueron de albergue.
No te puedes ir de Rouen, sin tomar una caña en alguno de los garitos que rodean la plaza del mercado, lugar exacto donde quemaron a Juana de Arco por una broma pesada de sus vecinos, que la decían: -¡Juana! ¡Juana! ¡Qué soy Dios!- y mira, con terrible resultado. Como somos pobres damos muchos paseos bajo la lluvia y descubrimos preciosos rincones de esta ciudad llena de misterios y encanto. olé!
Los niños franceses aún juegan a las canicas!

Gamberrada muy light en las Galerias Lafayette "La moda de salsón"

Ya de aqui todo es volver porque llueve mucho y eso no deja ni acampar, ni mirar bien las catedrales. Así que arrevoireee que dijo Newton.
Volvemos a casa! Conseguimos llegar a España en dos días, tras una noche de Couch Surfing en Limoges con Luke, tipo genial al que volveremos a ver, quién sabe en qué continente.

Entramos en Burgos por todo lo alto!! en un camión nuevo, con simpatiquísimo conductor, que nos deja en los brazos de la mamá y ahi ya os podeis imaginar, mariposas, abrazos, reencuentros, ilusión, y muchas cosas más, bueno... indescriptible estampa.
CONCLUSIONES:
* Nunca nunca te alojes en el albergue de la juventud de Nantes. Te deja mal cuerpo y te cobran por todo, pero todo. Son desagradables, está sucio... Lo tiene todo!
* El café en Francia es carísimo. Y está malísimo también.
* El autoestop es más fácil en las regiones del Norte (Bretaña y Normandía), pero en todos los sitios ha sido una experiencia genial. Nuestras caras eran de ilusión por llegar y en muchos casos de idiotas por no hablar el idioma de quien nos llevaba, intentaremos solucionarlo con algún chapurreo en Eslovaco para la próxima vez.
Nuestro agradecimento a todos los que han hecho posible este viaje. Desde Ángel, que nos cogió en la primera rotonda de la que salimos en Burgos, a nuestro último camionero, un ex-autoestopista que había recorrido medio mundo viajando así. Para todos, Gracias!!