Callejeando por la ciudad antigua. El Alma de Córdoba. ✏️ Diarios de Viajes de España

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Me encanta Córdoba . Esta es la 5º vez que viajo a esta ciudad: la primera fue hace más de 35 años, cuando yo era una pipiola recién salida del cascarón y la visité en compañía de mi novio de entonces (mi marido en la actualidad) y de unos amigos. Después la he visitado durante la Semana Santa aprovechando un viaje de trabajo de mi marido y, mientras él trabajaba, yo veía las procesiones, otra vez en compañía de mis hijos adolescentes pero sin mi marido que estaba por las alemanias de viaje de trabajo, otra más con mi hermana (una excelente guía turística) y un grupo organizado por el Ayuntamiento de Madrid y ahora, de nuevo, con mi actual marido y antiguo novio, con el fin de disfrutar de la ciudad y hacer fotos, pues en todas mis anteriores visitas carecía de adminículo tan útil y querido.

Lo primero y ante todo es buscar información sobre la ciudad a visitar, así que investigué en la web y localicé la página oficial de turismo de la ciudad de Córdoba, página realmente muy interesante que ofrece información completísima sobre la ciudad, su historia, sus monumentos, hoteles y restaurantes así como todo tipo de actividades culturales.

www.turismodecordoba.org

Lo segundo preguntar en el foro en donde obtuve también información muy completa de primera mano. Aquí doy las gracias de forma especial a Rhazes y Gasolinas por su inestimable información y su amabilidad que me animaron a visitar la mezquita por la noche y luego volver a visitarla a primera hora cuando la entrada es gratuita.

Después toca elegir alojamiento y para ello entro en Tripadvisor y miro los hoteles y sus precios. ¡Qué alucine! ¡Que caros! A mí me gusta elegir hoteles muy céntricos y los precios son altísimos, al final me decido por la hospedería Baños árabes de Córdoba, no es de los más caros y las críticas son buenas y tiene unos baños árabes con entrada gratuita para los alojados. En el foro no conocen este hotel, así que me lanzo a ciegas y a ver que tal.

Por último decidimos hacer el viaje en coche por ahorrarnos unas perrillas, que los tiempos están muy crudos y no es cuestión de gastar mucho.

Y aquí estamos, ya de camino, son las 8 de la mañana y ya estamos en la autopista camino de Córdoba, dispuestos a llegar lo antes posible y empezar a disfrutar de esta hermosa ciudad. Por fin llegamos a nuestro destino sin nada que reseñar excepto que hubo un rato en que el sol nos deslumbraba y no se veía nada de nada, un riesgo para la conducción, ¡qué se le va a hacer!. Yo estoy encantada, son las 12 de la mañana y ya hemos llegado a Córdoba, ahora sólo falta llegar al hotel, aparcar el coche y salir a disfrutar.

Mi gozo en un pozo . Esto es un laberinto lleno de carteles por todos lados pero ninguno de ellos nos dice a donde debemos dirigirnos, al estar nuestro hotel en la judería pensamos que si vamos a donde dice “hoteles zona centro” iremos bien encaminados pero de eso nada de nada, damos vueltas y vueltas y no conseguimos encontrar nada, eso sí, pasamos como 5 o 6 veces por delante de un edificio precioso, que luego supe que era la Diputación, y, ya hartos ,decidimos pasar de los carteles e irnos en otra dirección a ver si conseguimos algo.


Por fin vemos un letrero que pone “hoteles zona mezquita”, así que hacia allá nos dirigimos y encontramos otro cartel que pone “hotel baños árabes de Córdoba” con una señal de Parking al lado. Ya se que este hotel no tiene parking pero pienso que habrá alguno cerca así que allí que nos metemos por esas callejuelas de Dios y otra vez a dar vueltas y vueltas como en un tiovivo. Bueno, para que os voy a cansar, nos dieron las 13,30, ¡hora y media dando vueltas como tontos!. Al final aparcamos en el primer parking que encontramos y decidimos ir andando hasta el hotel. No estaba demasiado lejos pero llegamos cansados y hartos. No ha sido un buen recibimiento el que nos ha hecho esta ciudad.

Bueno, a lo que importa: contaros el viaje que ya me he quejado bastante. El hotel nos encanta, está situado en una callejuela tranquila y silenciosa y muy, muy céntrico. El personal muy amable, nos enseñan las instalaciones de los baños y su funcionamiento, nos entregan chanclas, albornoces y gorros para ambos y nos acompañan hasta nuestra habitación. Me gusta, es muy amplia y luminosa y da a un pequeño patio privado completamente solitario.

La decoración es agradable pero sencilla y la cama parece cómoda y está llena de cojines de plumas. El cuarto de baño pequeño con ducha de hidromasaje y un amplio surtido de amenities.


Deshacemos las maletas y nos vamos derechitos a comer que hay “gusa” y hemos visto al pasar la Taberna Salinas, que me la recomendó Rhazes en el foro y está al ladito mismo de nuestro hotel. Comimos de tapas: media de berenjenas fritas, una de bacalao encebollado, otra de salmorejo , un postre y 3 cervezas nos costaron 32 €, nada mal de precio nos pareció y todo buenísimo. Creo que con esto me reconcilio con la ciudad y ya me parece más bonita.

Después de un descanso en la habitación (siesta para ser exactos), nos vamos a recorrer la ciudad sin rumbo fijo, a pasear por la judería y ver dónde está la mezquita, que tenemos entradas para el espectáculo Alma de Córdoba, a las 8 de la tarde y queremos llegar a tiempo.

En nuestro camino nos encontramos con la Casa Andalusí (calle de los Judíos 12), casa-museo que nos ofrece una visión idealizada de cómo era una vivienda andalusí, con su zaguán de entrada o espacio de acogida y de espera, su patio porticado que distribuía el espacio interior y sobre el que giraba la vida familiar.


Aunque la casa actual está muy reconstruida (la casa original estaba casi en ruinas), se han conservado muchos de los elementos originales de la vivienda entre ellos un pasadizo subterráneo que nos habla, tal vez, de románticas salidas nocturnas o de trapicheos mercantiles para evadir impuestos. (al final los invasores árabes parece que no se diferenciaban mucho de los españoles de hoy en día).


Este tipo de pasadizos es muy común en muchas de las antiguas casas de la judería y todos ellos atraviesan las murallas y se adentran en la ciudad por lo que los historiadores opinan que tenían una función primordialmente mercantil.

En esta casa también se puede visitar un pequeño museo sobre la fabricación de papel en la época califal. La visita cuesta 2,5€. A mi me pareció que merece la pena.

Desde aquí continuamos nuestro paseo y pasamos por delante de la Sinagoga pero estaba cerrada, tiene un horario muy corto pues cierra a las 14,30 horas.

Siguiendo nuestro camino una amable señorita nos invita a entrar en el Museo Sefardí, alabándonos el mismo y como nos habíamos quedado un poco decepcionados por encontrar la Sinagoga cerrada decidimos entrar, 4 euros por persona. No merece la pena, los contenidos son escasos y los carteles explicativos sobre Sefarad bastante pobres, vamos que se yo mucho más de lo que allí me explicaban, no me aportó nada nuevo y ni tan siquiera tienen objetos curiosos o interesantes. Tiempo y dinero perdido.

Capilla de San Bartolomé.

www.artencordoba.com/ ...olome.html

Tuvimos la inmensa suerte de encontrar abierta esta capilla que tanto me habían recomendado los foreros ya mencionados. ¡Qué razón tenían!. Pequeña pero exquisita. Nos enseñó la capilla una señorita que se había aprendido muy bien la lección pero que desconocía quién era Fernando III y algunas otras cosillas sin importancia. Nos contó que aquí hubo una mezquita y se quiso hacer una iglesia sobre ella, pero se acabó el dinero así que solo se hizo la capilla que hoy podemos contemplar.


Obra del siglo XIV levantada en estilo mudéjar, se conservan los solados originales así como los alicatados. Las paredes están totalmente cubiertas de yeserías con intrincados dibujos y, en medio, el escudo de “La Banda”, una orden fundada por Alfonso IX. Muy interesante es la bóveda que techa el conjunto, con pequeñas bovedillas que sujetan el conjunto.
La capilla ha sido restaurada y en la actualidad forma parte de la Universidad.

Continuando con nuestro errático pasear llegamos a la plaza de Angel de Torres y que nos muestra una bonita portada mudéjar y los carteles indican “Casa del Indiano”. En realidad se trata de la Casa de los Cea, familia de la nobleza castellana cuyo antepasado, Juan Cea, acompañó al rey Fernando III en la reconquista de la ciudad por lo que esta portada data del siglo XIV.


De la antigua casa-palacio solo se conserva la portada y ésta ha sido restaurada y se ha abierto un nuevo hueco en la planta baja que se ha cubierto con ventana ojival como las del piso superior. Tras la fachada se abre el callejón del indiano y todo el antiguo solar está ocupado hoy en día con viviendas modernas levantadas en los años 70 pero el conjunto es muy bonito y agradable, con todo el sabor cordobés.

Bueno y ya damos por terminado este deambular por la ciudad y nos dirigimos hacia la mezquita pues ya son cerca de las 8 y no queremos llegar tarde a nuestra cita.

Alma de Córdoba

Esta visita la realizamos por recomendación de Rhazes y Gasolines a quien Dios guarde muchos años por su inestimable ayuda . La entrada se realiza por la Puerta de los Deanes que se encuentra situada frente al Restaurante el Bandolero, de todas formas delante de cada puerta de la mezquita hay una baldosa negra y en ella está escrito el nombre de la puerta. Hay que presentarse con un mínimo de 5 minutos para que nos den los cascos, no, de esos no, que ya los llevamos puestos, de los que sirven para oir.


Lo primero es visionar un vídeo muy interesante que nos cuenta la historia de la mezquita y nos cuenta de las distintas ampliaciones que se hicieron en la misma, todo ello muy bien realizado y con explicaciones muy claras. Después da comienzo la visita guiada a la mezquita, visita que se realiza en silencio pues las explicaciones se obtienen a través de los cascos mientras que la guía nos dirige hacia los lugares a visitar y nos indica hacia donde mirar en determinados momentos.

Durante todo el recorrido hay música ambiente que pretende ser parte del Alma de Córdoba pero no se muy bien el criterio con que se ha elegido , bonita es, nada que objetar a ello.


Me pareció una visita muy interesante, una forma amena y original de conocer la historia y la arquitectura de la mezquita. La recomiendo encarecidamente. Luego, al día siguiente tempranito, entre las 8,30 y las 9,30, se puede visitar la mezquita de forma gratuita pero ya con toda la información sabida y así se puede disfrutar completamente de la visita.

Ahora toca disfrutar de los baños árabes de nuestro hotel, que están abiertos hasta las 12 de la noche y los sábados hasta las 2 de la mañana.


¡Qué gozada, por Dios! Nos metemos a remojo como dos bacalaos, primero en la piscina de agua templada (que está caliente, caliente), luego hacemos acopio de valor y nos metemos en la de agua fría, entrar y salir zumbando, ¡qué frío! Y para entrar en calor nos vamos a la de agua caliente, que está ardiendo, de verdad, parecemos cangrejos en la sopa. Yo no lo soporto y me largo y allí se queda mi maridito. Mientras Jose se termina de cocer yo me voy a la piscina de flotación, la más pequeña de todas y de agua salada. El baño turco no lo pruebo, que se me baja la tensión a los suelos. Y después, y para terminar, un TE. Te lo sirven en el patio, al pie de la piscina de flotación, acompañado de unas pastas.

Hoy no cenamos, todavía tenemos la comida en el estómago y no hay hambre, así que nos vamos a dar una vuelta nocturna a la ciudad, a ver el puente romano de noche.


Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.

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