Quedamos a las 8 de la tarde en la Plaza de la Cibeles, ante el Palacio de Linares, nuestra primera parada y nuestro primer fantasma a visitar. Poco a poco nos fuimos reuniendo todos los que habíamos quedado excepto Silvi, que yo creí que iba a venir y al final debe ser que no pudo.

Lo primero que tengo que contaros es que la guía que nos proporcionó la organización estaba un poco “pallá”




Aunque la organización juró y perjuró que había usado las influencias de nuestro particular Angel


Visitamos el Palacio de Linares, la Casa de las Siete Chimeneas, la Iglesia de San José, la iglesia de San Ginés y el Palacio de Cañete y, además, hablamos de los fantasmas de las calle del Desengaño y de la Cabeza y de los que habitan en el Palacio de Cañizares (hoy hostal Cat’s). Si os interesa este recorrido podéis encontrarlo en este foro,
www.losviajeros.com/ ...hp?e=37723
Nuestro recorrido terminó junto al Palacio de Cañete, en plena calle Mayor y junto a la Plaza de la Villa, lo cual nos vino de maravilla

Allí nos reunimos con Chary y su costillo, que nos estaban esperando. Unos vagos y unos miedosos, eso es lo que son, que se ahorraron la caminata y los sustos.

El restaurante no estaba nada mal, un poco pretencioso, en el sentido de querer ser muy moderno y algo escaso de espacio. Los que nos sentamos junto a la pared ya no pudimos salir en toda la noche, pues las sillas estaban pegadas a la pared. Yo, incluso, tuve que entrar a gatas bajo las mesas para poder acceder al asiento que había junto a María (Lecrín), pues me apetecía un montón estar en su compañía.

Una vez sentados y aposentados vino la primera sorpresa de la noche: Nuestra particular brujita había preparado unos preciosos “pins” con nuestro “avatar” y nuestro nombre, uno para cada uno. Todo un detallazo por su belleza y, sobre todo, por la cantidad de horas que tuvo que echar para terminar este trabajo. Un besazo, reguapa. :#l(
La cena no estuvo nada mal, primero unos entrantes a compartir, un plato para cada cuatro, consistentes en Patatas revolconas de Ávila, chistorra a la sidra, Patatas bravas y Huevos rotos con chanquetes. Luego vino el segundo plato a elegir entre” Paupiettes de lenguado rellenas de espinacas al vermouth blanco y langostinos en tempura o Solomillitos con crema Melba de Melocotón aragonés” y de postre “Coulan de chocolate sobre sopa de café”.
Después de los nombrecitos de los platos se entiende por qué digo que un poco pretencioso.
La verdad es que todo estuvo muy rico y la compañía fue de lo más agradable, contándonos nuestros proyectos para próximos viajes, entre otras cosas.
Como yo soy ave diurna, me entró el sueño

Y con esto y un bizcocho hasta mañana a las 10.