Teníamos por delante un par de días más para vivir Praga. Después de recargar fuerzas con el desayuno, y de llamar al trabajo para decir que no nos esperasen el lunes,
je, je, sino el miércoles, pues teníamos entradas para la final, salimos a la calle, y lo primero que encontramos el escalofriante monumento a las víctimas del comunismo,
*** Imagen borrada de Tinypic ***
entramos Mala Strana, con la Plaza, San Nicolás y subida hacia el Castillo por Nerudova. El recinto del Castillo es fabuloso, cada edificio, cada rincón, la Catedral, por dentro y por fuera, a pesar de la marabunta de japoneses, las vistas, las armas y uniformes de guerra... todo. Afortunadamente la entrada sirve para dos días, con lo cual puedes tomártelo con algo más de calma.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Lo único que no me volvió loca fueron las colecciones de pintura, lo demás, muy bien.
Bajamos de nuevo hacia la Plaza de Mala Strana, y paramos a comer para descansar un ratito y probar el Gulash versión checa. No recuerdo el nombre del sitio, quizás por que no estuvo mal, pero tampoco como para anotarlo. Seguidamente, merecida siesta.
Por la tarde cruzamos el Most Legii, esta vez, y paseamos hacia la Plaza de Wenceslao cruzando Nove Mesto. De vuelta, encontramos casi sin querer la torre de la Pólvora.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Finalmente cenamos en la Plaza de la Ciudad Vieja, en una de las terrazas que hay. Fue algo caro para ser Praga, pero la magia del lugar también se paga. Volvimos paseando por el Puente de Carlos, aún atestado de gente a pesar de ser ya tarde.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
entramos Mala Strana, con la Plaza, San Nicolás y subida hacia el Castillo por Nerudova. El recinto del Castillo es fabuloso, cada edificio, cada rincón, la Catedral, por dentro y por fuera, a pesar de la marabunta de japoneses, las vistas, las armas y uniformes de guerra... todo. Afortunadamente la entrada sirve para dos días, con lo cual puedes tomártelo con algo más de calma.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Lo único que no me volvió loca fueron las colecciones de pintura, lo demás, muy bien.
Bajamos de nuevo hacia la Plaza de Mala Strana, y paramos a comer para descansar un ratito y probar el Gulash versión checa. No recuerdo el nombre del sitio, quizás por que no estuvo mal, pero tampoco como para anotarlo. Seguidamente, merecida siesta.
Por la tarde cruzamos el Most Legii, esta vez, y paseamos hacia la Plaza de Wenceslao cruzando Nove Mesto. De vuelta, encontramos casi sin querer la torre de la Pólvora.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Finalmente cenamos en la Plaza de la Ciudad Vieja, en una de las terrazas que hay. Fue algo caro para ser Praga, pero la magia del lugar también se paga. Volvimos paseando por el Puente de Carlos, aún atestado de gente a pesar de ser ya tarde.