El tiempo en Gante no acompañó, pero no hubo queja, sólo lloviznaba un poco. Es una ciudad bastante gris, los edificios están bastante ornamentados como otras ciudades belgas y sobre todo en las puntas, hay figuras doradas.
Disfruté mucho paseando por sus calles, hay un canal y algún restaurante con terraza sobre él. Ese día coincidió con un evento "snow city", un recinto abierto con nieve y había una actuación de una banda austriaca, original.
A media tarde, ya oscureciera y quería probar la gastronomía típica, así que en el Korenmarkt fuimos a una taberna "De Kuip Van Gent" y pedimos un batiburrillo flamenco, es tipo estofado con piñones, y como no, unas cervezas

En relación al idioma, creí que encontraría más barreras para desenvolverme, pero la mayoría de dependientes, sobre todo los de las tiendas de recuerdos, dicen algunas palabras en español (las suficientes), jejeje, así que me encontraba como en un sueño pero con algo familiar.
La verdad, que a pesar de dedicarles un día o menos a cada ciudad, se disfrutan mucho absorbiendo todos los detalles de los edificios, las costumbres, el ambiente... y lo más importante, la gente te ayuda.