[[/b]Como dejamos la cortina levantada, muy temprano empezó a entrar la luz en el camarote. Eran las cinco y veinte de la mañana. Mi marido y yo, sobre todo yo, decidimos subir a la cubierta a ver el amanecer. Los trabajadores nos miran con cara rara. Una cosa impresionante, esta misma rutina se va ha repetir mientras dure el crucero. Después de estar como media hora, volvemos al camarote, y otro ratito más a dormir mientras los chavales siguen profundamente dormidos

. Ya nos levantamos todos y vamos disivisando Marsella a lo lejos desde la ventana. Nos preparamos y a desayunar. Que bueno estaba todo, había leído que el café era un poco aguachirri, asi que me saco de la maquina leche caliente y con un sobre de descafeinado, ni tan mal. Hoy hemos decidido que no bajamos del barco y disfrutar. Todo va sobre ruedas. Asi que pasamos el dia entre tomar el sol y comer. Ya va siendo la hora de prepararnos para cenar. En el crucero hay mucha gente joven, y ya sabiéndolo lo mejor es cenar prontito y marcharnos de allí, asi que ese es nuestro plan. Depués otro paseíto por cubierta, un par de copas, el espectáculo y a dormir que mañana nos toca madrugar.