Hola a todos! Os cuento aquí cómo hicimos para procurar sacar el máximo juguillo a un fin de semana largo en una ciudad en la que hay tanto, pero tanto que ver como es Londres.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La cosa es que Londres es una capital grande y lo hagas como lo hagas y te alojes donde te alojes, para ir a ciertos sitios vas a tener que usar transporte público (cosa a tener en cuenta porque no es precisamente barato).
Esta escapada surgió un poco de calentón. A la vuelta de nuestro anterior viaje y, encantados y contentísimos por lo bien que lo habíamos pasado y lo mucho que nos había gustado, ya en el avión empezamos a hablarlo. La verdad es que yo tengo claro que viajar es uno de los grandes placeres de la vida y siempre estoy dispuesta, cuando sea y adónde sea, hay tanto que ver! También hay que decir que las tarifas que hoy se manejan con las compañías de vuelo "low cost" lo ponen más fácil. Precisamente en la vuelta del viaje en el que nació la idea de éste, fue la primera vez que volamos con la igualmente amada y odiada Ryanair.
Supongo que yo no llegué a conocer esos tiempos e los que no te permitían subir ni bolso a la cabina y eran estrictos hasta el extremo con las medidas, y tampoco he conocido el matarse en la entrada al avión por pillar asiento. Cada uno habla por su experiencia y la verdad es que la nuestra fue muy buena. Volamos Pisa-Madrid, puntuales, con maleta facturada y asiento reservado de pago aparte eso sí. Pero el vuelo fue genial, la atención del pasaje lo mismo y, en fin, que quedamos gratamente sorprendidos porque la verdad es que por lo que habíamos oído íbamos esperando un poco una mezcla entre el camarote de los hermanos Marx y una tómbola, y nada de éso.
Los vuelos.-
El caso es que viendo lo bien que nos había ido y los buenos precios nos dijimos, hay que aprovechar y hacer más escapaditas. No hay dinero mejor gastado que en viajar. Así que empezamos a buscar destino, miramos los vuelos en busca de una oferta maja sin tener una idea fija de dónde. En principio ya mi chico propuso Londres, que él conocía poco por trabajo y yo nada, pero yo que soy la que economiza y va en busca de las ofertas le decía que para esas fechas sería caro. Pero, sorpresa!, encontramos una oferta de poco más de 100 euros los dos ida y vuelta. Bieeeen!!!!!
Que luego acabarían subiendo un poco más al reservar los asientos. Decidimos que esta vez como son pocos días no facturamos y nos apañamos con el equipaje de cabina. Pero lo de los asientos sí lo hacemos, por un lado, mi chico es muy alto y si puede evitarse salir del avión cual acordeón pues mejor y, por otro, el llevarlos reservados te da prioridad al embarcar y pasas directo sin hacer cola. Otra ventaja que le encontramos a Ryanair es que, siguiendo con su política de ahorro, todos sus aviones son del mismo modelo, para economizar en mantenimiento y formación, con lo que ya sabes cómo son. El último con el que volamos con una compañía de las "serias" era bastante más estrecho, por ejemplo.
Una vez cogido el vuelo del 14 al 17 de Febrero el siguiente paso es buscar alojamiento.
El alojamiento:
Me vuelvo un poco loca mirando el plano de la ciudad en busca de una zona que venga bien y, una vez asumido que hacerlo todo a pie es imposible en Londres, nos decidimos por la zona de Victoria, al sur de Wetsminster y donde está la estación principal y montones de conexiones de metro y autobús. Empezamos a mirar y vemos que el alojamiento no es barato. Yo tengo claro que sacrifico el lujo por estar céntrica así que no me importa mirar cosas tipo casa de huéspedes, muchas allí sin ascensor, con horribles moquetas y un poco cutrillas, pero lo importante es la ciudad. Mi chico es más tiquismiquis para eso y se resiste a coger algo de lo que vemos porque dice que le deprime. Al final, buscando en una página que ya conocíamos antes y que con tiempo tiene buenas ofertas, Travelrepublic, encontramos por no mucho más un hotel de 4 estrellas con el desayuno incluido y muy buena pinta, el Double Tree Hilton Victoria, todo un acierto.
Traslados desde el aeropuerto y otras reservas:
Echamos un ojo a qué cosas nos conviene llevar reservadas desde aquí y hacemos la reserva por internet del traslado del aeropuerto y de unos vales de 2x1 para alguna de las cosas que queríamos visitar. En la página "Days Out Guide", creada por la compañía National Rail, se ofrece un listado de un montón de atracciones (museos, teatro, musicales, restaurantes) y monumentos (la Torre de Londres, etc) en los que te hacen 2x1 presentando allí el bono imprimido con las que elijas y la fecha que desees junto con el billete de transporte (uno por persona). Este billete debe llevar el emblema de la compañía, por lo que de los distintos sitios en los que se puede comprar recomiendo hacerlo en las máquinas de las estaciones, para asegurarnos de que lo lleva. La verdad es que en Londres los principales museos, los estatales, como el British, la National Galery y demás son gratuitos, pero otras atracciones no son demasiado baratas precisamente, con lo que los 2x1 son una idea genial que os recomiendo mucho.
Otra cosa que hay que saber es que la corriente eléctrica allí es de 240V, la de los enchufes de 3 patitas, con lo que conviene llevar un adapatador para cargar la cámara, el móvil y todo eso. Los hoteles un poco más e condiciones tienen los dos tipos de enchufes con lo que a nosotros no nos hizo falta, pero si no allí es más caro con lo que conviene llevarlo de aquí.
Pues todo reservado y hecho el itinerario que íbamos a intentar hacer cada día, listos para disfrutar!!
VAMOS PA´LLÁ"
.-
Como siempre procuramos hemos cogido el vuelo más tempranero por la mañana del viernes (a mi de vacaciones no me quitan ni un día). En este caso salimos del aeropuerto de Alicante (nosotros vivimos en Águilas, Murcia), así que cogemos una noche en un hotel cercano para no tener que andar saliendo de madrugada, que ya nos castigaríamos bastante allí. Dejamos el coche en uno de los aparcamientos de larga estancia del aeropuerto, hay distintas compañías y la verdad es que ofrecen unos precios que compensan, y dispuestos a coger el avión. En algo más de dos horas estamos aterrizando en Stansted, uno de los 5 aeropuertos de la ciudad, a 56km al NO del centro de Londres. El vuelo fue genial, a pesar de que yo iba un poco asustadilla por el tiempo. Justo esa seamana estaba habiendo temporales de lluvia y viento muy cerca de Londres, que provocaron fuertes riadas y algunas víctimas, como vimos allí luego en las noticias. A nosotros nos respetó bastante, el primer día pillamos una chupa de agua impresionante pero también días de cielos despejados y azules. Aterrizamos y vamos a buscar el autobús al centro.
Hay varias formas de hacer el traslado:
- El Stansted Express: tren que va a Liverpoo Str. Sale de la planta de abajo cada 45 min.. Cuesta 15 libras la ida y 25 ida y vuelta. No nos viene bien así que descartado.
- Bus National Express: hace varias paradas en la ciudad, la 4ª de ellas en Victoria y tarda unos 90 min. Precio: 10 libras ida y 16 ida y vuelta. Tampoco.
- Easybus: va a Baker Str., cuesta desde 2 libras el trayecto según cuando lo compres, hasta 7 directamente en el bus si es que hay libres al llegar. No habíamos leído muy buenos comentarios, como que se perdían y daban 80 vueltas. Descartado.
- Terravisión: directo a Victoria en 75 min., por 8,5 libras ida y 14 ida y vuelta. Éste sí, reservado desde España y con nuestro bono en la boca vamos a las dársenas 13 y 14 en el exterior del aeropuerto (en el bono te ponen un plano by allí está constantemente indicado por los pasillos con carteles publicitarios enormes, no tiene pérdida). A la ida sale cada media hora a las en punto.
Llegamos a Victoria algo antes de las 11h. El hotel lo tenemos muy cerca, en una calle del lateral de la estación, así que nos lo topamos casi sin buscarlo. Llegamos como cubitos de hielo a pesar del poco trayecto, ¡Dios santo, cómo puede hacer este frío?! :x Entramos y la primera impresión no puede ser mejor. El hotel es muy chulo, no demasiado grande pero decorado con mucho gusto, muy bonito. La recepcionista que nos atiende es un encanto, amabilísima y, encima, se esfuerza en hablar español, cosa que hace divinamente facilitándonos en todo lo posible el check-in. Nos recibe con una galletaza enorme de pepitas de chocolate y frutos secos riquísima e hipercalórica que dudo si comer o dejarme en las manos porque estaba recién salida del horno y calentita.
La habitación todavía no nos la pueden dar pero dejamos las maletas a un señor también encantador que nos las guarda a cambio de una ficha para recogerlas más tarde y la chica de recepción nos comenta que nos han pasado a una habitación superior deseándonos una feliz estancia. Genial!
Ya con los bártulos guardados nos volvemos a apertrechar de abrigo y salimos a dar una vuelta. Lo habíamos planeado de forma que el primer y último día lo dedicaríamos a hacer zonas más cercanas al hotel para evitarnos coger transporte. Los otros dos sacaríamos la Day Travelcard. Habíamos visto otras opciones, como la Oyster Card, una tarjeta que compras por 5 libras de depósito recuperable y que puedes recargar en función de lo que uses. Luego te va restando dinero al pasarla por un círculo amarillo al coger el autobús o el metro hasta llegar a un tope diario del que ya no te cobra más. A nosotros nos pareció más práctica la otra, que cuesta 9 libras y te permite coger de todo todo el día. Se sacan en las máquinas de la estación, hay que marcar para qué zonas las quieres. Para el turista todo lo habitual que hay que ver está comprendido en las zonas 1-2.
Total que para la mañana de hoy tenía pensado dar una vuelta por el barrio de Wetsminster, así que desde la fachada principal de la estación, tomamos la Buckingham Palace Road y echamos a andar, cuando empieza a caer la típica lluvia londinense. Y nosotros sin paraguas! La verdad es que con lo previsores que somos para unas cosas para otras somos un desastre, pero bueno tampoco es torrencial así que ya veremos algo donde comprar un paraguas.
Salimos a las Royal Mews, caballerizas reales donde se cuidan las monturas (a las que a todas se pone nombre) y los pomposos carruajes de la familia real, entre los que destacan el usado para las ceremonias de coronación y el de las bodas reales. Nosotros no entramos pero cuesta como unas 8 libras y está abierto de 10 a 16h. Ésto es algo que nos llamó la atención, con lo bien que nos creemos que vivimos en España, y es verdad, por aquí el horario de cierre de todo es bastante tempranero y sin embargo no por ello abren antes, las 10, como unos señores!.
Seguimos andando hacia Buckingham Palace
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y según nos vamos acercando vemos que hay bastante gente. Sin querer hemos llegado justo a tiempo del cambio de guardia. Se hace un día sí y uno no en invierno, la época que nosotros fuimos en días pares, a las 11:30, y todos los días en verano. Conviene en cualquier caso confirmar porque va cambiando. Y se hace siempre y cuando las condiciones metereológicas no lo impidan, lo que aquí que están acostumbrados a convivir con la lluvia, supone que para que se suspenda ya tienen que estar cayendo chuzos de punta, "rainning cats and dogs", como dicen aquí. La cosa es que no sabíamos si llegaríamos a tiempo, además de que recomiendan estar allí un rato antes para coger sitio, y luego que es larguito el paripé. Entre éso y que tampoco es que seamos nosotros muy monárquicos pensamos que si lo pillábamos bien pero que tampoco sacrificaríamos nada por no perdérnoslo. Pero mira tu por dónde, nos salió que ni hecho a posta.La cosa es que Londres es una capital grande y lo hagas como lo hagas y te alojes donde te alojes, para ir a ciertos sitios vas a tener que usar transporte público (cosa a tener en cuenta porque no es precisamente barato).
Esta escapada surgió un poco de calentón. A la vuelta de nuestro anterior viaje y, encantados y contentísimos por lo bien que lo habíamos pasado y lo mucho que nos había gustado, ya en el avión empezamos a hablarlo. La verdad es que yo tengo claro que viajar es uno de los grandes placeres de la vida y siempre estoy dispuesta, cuando sea y adónde sea, hay tanto que ver! También hay que decir que las tarifas que hoy se manejan con las compañías de vuelo "low cost" lo ponen más fácil. Precisamente en la vuelta del viaje en el que nació la idea de éste, fue la primera vez que volamos con la igualmente amada y odiada Ryanair.
Supongo que yo no llegué a conocer esos tiempos e los que no te permitían subir ni bolso a la cabina y eran estrictos hasta el extremo con las medidas, y tampoco he conocido el matarse en la entrada al avión por pillar asiento. Cada uno habla por su experiencia y la verdad es que la nuestra fue muy buena. Volamos Pisa-Madrid, puntuales, con maleta facturada y asiento reservado de pago aparte eso sí. Pero el vuelo fue genial, la atención del pasaje lo mismo y, en fin, que quedamos gratamente sorprendidos porque la verdad es que por lo que habíamos oído íbamos esperando un poco una mezcla entre el camarote de los hermanos Marx y una tómbola, y nada de éso.
Los vuelos.-
El caso es que viendo lo bien que nos había ido y los buenos precios nos dijimos, hay que aprovechar y hacer más escapaditas. No hay dinero mejor gastado que en viajar. Así que empezamos a buscar destino, miramos los vuelos en busca de una oferta maja sin tener una idea fija de dónde. En principio ya mi chico propuso Londres, que él conocía poco por trabajo y yo nada, pero yo que soy la que economiza y va en busca de las ofertas le decía que para esas fechas sería caro. Pero, sorpresa!, encontramos una oferta de poco más de 100 euros los dos ida y vuelta. Bieeeen!!!!!

Una vez cogido el vuelo del 14 al 17 de Febrero el siguiente paso es buscar alojamiento.
El alojamiento:
Me vuelvo un poco loca mirando el plano de la ciudad en busca de una zona que venga bien y, una vez asumido que hacerlo todo a pie es imposible en Londres, nos decidimos por la zona de Victoria, al sur de Wetsminster y donde está la estación principal y montones de conexiones de metro y autobús. Empezamos a mirar y vemos que el alojamiento no es barato. Yo tengo claro que sacrifico el lujo por estar céntrica así que no me importa mirar cosas tipo casa de huéspedes, muchas allí sin ascensor, con horribles moquetas y un poco cutrillas, pero lo importante es la ciudad. Mi chico es más tiquismiquis para eso y se resiste a coger algo de lo que vemos porque dice que le deprime. Al final, buscando en una página que ya conocíamos antes y que con tiempo tiene buenas ofertas, Travelrepublic, encontramos por no mucho más un hotel de 4 estrellas con el desayuno incluido y muy buena pinta, el Double Tree Hilton Victoria, todo un acierto.
Traslados desde el aeropuerto y otras reservas:
Echamos un ojo a qué cosas nos conviene llevar reservadas desde aquí y hacemos la reserva por internet del traslado del aeropuerto y de unos vales de 2x1 para alguna de las cosas que queríamos visitar. En la página "Days Out Guide", creada por la compañía National Rail, se ofrece un listado de un montón de atracciones (museos, teatro, musicales, restaurantes) y monumentos (la Torre de Londres, etc) en los que te hacen 2x1 presentando allí el bono imprimido con las que elijas y la fecha que desees junto con el billete de transporte (uno por persona). Este billete debe llevar el emblema de la compañía, por lo que de los distintos sitios en los que se puede comprar recomiendo hacerlo en las máquinas de las estaciones, para asegurarnos de que lo lleva. La verdad es que en Londres los principales museos, los estatales, como el British, la National Galery y demás son gratuitos, pero otras atracciones no son demasiado baratas precisamente, con lo que los 2x1 son una idea genial que os recomiendo mucho.
Otra cosa que hay que saber es que la corriente eléctrica allí es de 240V, la de los enchufes de 3 patitas, con lo que conviene llevar un adapatador para cargar la cámara, el móvil y todo eso. Los hoteles un poco más e condiciones tienen los dos tipos de enchufes con lo que a nosotros no nos hizo falta, pero si no allí es más caro con lo que conviene llevarlo de aquí.
Pues todo reservado y hecho el itinerario que íbamos a intentar hacer cada día, listos para disfrutar!!



Como siempre procuramos hemos cogido el vuelo más tempranero por la mañana del viernes (a mi de vacaciones no me quitan ni un día). En este caso salimos del aeropuerto de Alicante (nosotros vivimos en Águilas, Murcia), así que cogemos una noche en un hotel cercano para no tener que andar saliendo de madrugada, que ya nos castigaríamos bastante allí. Dejamos el coche en uno de los aparcamientos de larga estancia del aeropuerto, hay distintas compañías y la verdad es que ofrecen unos precios que compensan, y dispuestos a coger el avión. En algo más de dos horas estamos aterrizando en Stansted, uno de los 5 aeropuertos de la ciudad, a 56km al NO del centro de Londres. El vuelo fue genial, a pesar de que yo iba un poco asustadilla por el tiempo. Justo esa seamana estaba habiendo temporales de lluvia y viento muy cerca de Londres, que provocaron fuertes riadas y algunas víctimas, como vimos allí luego en las noticias. A nosotros nos respetó bastante, el primer día pillamos una chupa de agua impresionante pero también días de cielos despejados y azules. Aterrizamos y vamos a buscar el autobús al centro.
Hay varias formas de hacer el traslado:
- El Stansted Express: tren que va a Liverpoo Str. Sale de la planta de abajo cada 45 min.. Cuesta 15 libras la ida y 25 ida y vuelta. No nos viene bien así que descartado.
- Bus National Express: hace varias paradas en la ciudad, la 4ª de ellas en Victoria y tarda unos 90 min. Precio: 10 libras ida y 16 ida y vuelta. Tampoco.
- Easybus: va a Baker Str., cuesta desde 2 libras el trayecto según cuando lo compres, hasta 7 directamente en el bus si es que hay libres al llegar. No habíamos leído muy buenos comentarios, como que se perdían y daban 80 vueltas. Descartado.
- Terravisión: directo a Victoria en 75 min., por 8,5 libras ida y 14 ida y vuelta. Éste sí, reservado desde España y con nuestro bono en la boca vamos a las dársenas 13 y 14 en el exterior del aeropuerto (en el bono te ponen un plano by allí está constantemente indicado por los pasillos con carteles publicitarios enormes, no tiene pérdida). A la ida sale cada media hora a las en punto.
Llegamos a Victoria algo antes de las 11h. El hotel lo tenemos muy cerca, en una calle del lateral de la estación, así que nos lo topamos casi sin buscarlo. Llegamos como cubitos de hielo a pesar del poco trayecto, ¡Dios santo, cómo puede hacer este frío?! :x Entramos y la primera impresión no puede ser mejor. El hotel es muy chulo, no demasiado grande pero decorado con mucho gusto, muy bonito. La recepcionista que nos atiende es un encanto, amabilísima y, encima, se esfuerza en hablar español, cosa que hace divinamente facilitándonos en todo lo posible el check-in. Nos recibe con una galletaza enorme de pepitas de chocolate y frutos secos riquísima e hipercalórica que dudo si comer o dejarme en las manos porque estaba recién salida del horno y calentita.

Ya con los bártulos guardados nos volvemos a apertrechar de abrigo y salimos a dar una vuelta. Lo habíamos planeado de forma que el primer y último día lo dedicaríamos a hacer zonas más cercanas al hotel para evitarnos coger transporte. Los otros dos sacaríamos la Day Travelcard. Habíamos visto otras opciones, como la Oyster Card, una tarjeta que compras por 5 libras de depósito recuperable y que puedes recargar en función de lo que uses. Luego te va restando dinero al pasarla por un círculo amarillo al coger el autobús o el metro hasta llegar a un tope diario del que ya no te cobra más. A nosotros nos pareció más práctica la otra, que cuesta 9 libras y te permite coger de todo todo el día. Se sacan en las máquinas de la estación, hay que marcar para qué zonas las quieres. Para el turista todo lo habitual que hay que ver está comprendido en las zonas 1-2.
Total que para la mañana de hoy tenía pensado dar una vuelta por el barrio de Wetsminster, así que desde la fachada principal de la estación, tomamos la Buckingham Palace Road y echamos a andar, cuando empieza a caer la típica lluvia londinense. Y nosotros sin paraguas! La verdad es que con lo previsores que somos para unas cosas para otras somos un desastre, pero bueno tampoco es torrencial así que ya veremos algo donde comprar un paraguas.
Salimos a las Royal Mews, caballerizas reales donde se cuidan las monturas (a las que a todas se pone nombre) y los pomposos carruajes de la familia real, entre los que destacan el usado para las ceremonias de coronación y el de las bodas reales. Nosotros no entramos pero cuesta como unas 8 libras y está abierto de 10 a 16h. Ésto es algo que nos llamó la atención, con lo bien que nos creemos que vivimos en España, y es verdad, por aquí el horario de cierre de todo es bastante tempranero y sin embargo no por ello abren antes, las 10, como unos señores!.
Seguimos andando hacia Buckingham Palace
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*** Imagen borrada de Tinypic ***
Así que allí bajo la lluvia nos encontramos con la guardia haciendo el cambio entre los gritos con los que dirigen la perfecta coreografía, imperturbables aún llevando esos sombrerazos imposibles, creo que de piel de oso según la tradición. Nos fijamos en la bandera, todos hemos oído que dependiendo de si está ondeando se sabe si la reina está o no. Pero ésto no es del todo correcto. Lo cierto es que de siempre la que había ondeado era la Royald Standard, la oficial de la reina Isabel II, nunca a media hasta, o estaba no. Pero cambió con la muerte de Lady Di. La reina no estaba, estaba en el palacio de Balmoral, y a la gente le pareció una ofensa que no se mostrase alguna señal de luto desde el palacio. Por éso desde 1997 se cambió el protocolo y se puso a media hasta la Union Jack osea, la del Reino Unido, que desde entonces es la que se pone si no está la reina, manteniéndose la suya cando la señora está en casa. Ésta es amarilla y roja con unos dibujos y en el cuarto inferior izquierdo es de color azul con un arpa dorada decoradacon una figura alada.
El palacio en sí es de 1705 y residencia fija oficial de la familia real desde que así lo decidió la reina Victoria en 1837. El monumento que preside la fachada es el dedicado a esta primera huésped, coronado por una figura dorada. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras todo el desfile del cambio salen del patio de palacio una par de carruajes y un cochazo que dan la vuelta junto al monumento y se disponen a entrar otra vez y, cuando nos fijamos vemos que dentro de la segunda carroza va la reina. No es que nos vaya la vida en ello, pero como que nos da buen rollo, parece una buena señal nada más poner pie en la ciudad. Tampoco sabemos si es lo habitual o fue casualidad, pero sí es cierto que había bastante despliegue de seguridad cerrando el perímetro. De hecho habíamos comentado que vaya trastorno para el tráfico un día sí y otro también para la parafernalia ésta.
Desde los años 90 se quiso hacer un guiño a la pobre "plebe", abriendo el palacio y permitiendo asomar el hociquillo a 19 salas de las 775 que hay, siempre en Agosto y Septiembre ,mientras la reina está de vacaciones en Escocia, previo pago éso sí de 18 libras. Por la mitad y durante todo el año se puede visitar la Queen´s Galery, colección de pinturas, cerámica, muebles, joyas, etc.
Después de hacer unas fotos y conseguir pasar el cerco de seguridad para cruzar a la otra acera de la plaza, nos vamos a pesar de la lluvia al parque frente al palacio, St.James´s Park. Desde allí mirando a un lado, la fachada del palacio y, justo en el opuesto, el London Eye, la gran noria panorámica que se inauguró a orillas del Támesis para ver las vistas de la ciudad. Estanques, riachuelos cruzados por puentes, patos, cisnes, pelícanos y, estrellas indiscutibles del parque, las ardillas. Hoy no venía preparada y en cuanto veían que no tenía nada que ofrecerles se subían escopetadas a los árboles, pero ya os pillaré ya. El último día sí conseguí fotos con una, ya os las enseñaré. Cruzando el parque llegamos hasta la trasera de un edificio que atravesamos por un arco.*** Imagen borrada de Tinypic ***
Con ésto lo que hemos hecho es salir a Whitehall, paseo de edificios oficiales, desfiles y demás, paralelo ya al río. En el nº 10 de Downing Street, un callejoncillo prohibido que se abre en perpendicular a esta calle, está desde 1902 la residencia oficial del Primer Ministro. Como curiosidad decir que Tony Blair, que tiene 4 hijos, se la intercambió por el nº 11 al entonces ministro de Hacienda Gordon Brawn, ya que esa es bastante más amplia. Luego éstos volvieron y fueron bastante polémicas unas fotos en las que se veía la reforma de la casa, entre otras cosas de la cocina, que costó 28.000 libras. En la misma calle más abajo está la Banqueting House, lo poco que queda del enorme palacio que había aquí hasta que se quemó a finales del s.XVII. En su interior Rubens pintó unos techos con alegorías del "derecho divino" de los reyes, encargo de Carlos I. Todavía hace honor a su nombre usándose para banquetes de Estado y cosas así.
Un poco más abajo se llega al Cenotafio, dedicado a los caídos británicos y de la Commonwealth en la I y la II Guerra Mundial. Es tradición que la reina y otras personalidades lleven amapolas el segundo domingo de Noviembre. Debe ser costumbre porque en otros monumentos conmemorativos por otros rincones de la ciudad veríamos también flores de este tipo, siempre amapolas.
Por detrás están las Cabinet War Rooms, museo dedicado a sir Winston Churchill, instalado en las salas del gabinete de guerra tipo búnker donde, por suerte no acertó a caer ninguna de las bombas que sí asolaron otras zonas de la ciudad porque por lo visto ahora, de haberlo hecho, se hubiera destruido totalmente.
En nuestro paseo vamos viendo los famosos autobuses rojos de dos pisos de la ciudad, que son todo un emblema como las cabinas o los "bobbys". Los chulos de verdad, los antiguos "Routemaster", se fueron sustituyendo por otros con motores híbridos, más modernos, más ecológicos y menos ruidosos a partir de 2005 y a pesar de las quejas de los propios londinenses que los querían como un icono más de su ciudad. Se mantuvieron en dos líneas, las que pasan por prácticamente todos los monumentos destacables de la ciudad, la 9 y la 15 (que si cogéis hacen las veces de bus turístico sólo que sin auriculares con explicaciones, pero con todo el encanto). En verano de 2014 quitaron los de la línea 9, pasándolos a la 15, donde seguirán funcionando hasta 2018, cuando ya sólo se podrán ver en museos o algo así. Los nuevos son los "Borismaster", una versión más moderna y más psicodélica pero que mantiene los dos pisos y el característico color rojo, por supuesto.*** Imagen borrada de Tinypic *** La cosa es que yo con la novedad andaba loca queriendo hacerles una foto, pero claro en movimiento no era fácil, cuando nos damos cuenta de que los conductores se frenaban al vernos con la cámara para darnos tiempo a echarla!!
La primera vez nos pareció algo puntual y pensamos "qué majete!", pero luego nos dimos cuenta que era habitual y llegamos a la conclusión de que ellos entienden que es un emblema de la ciudad y parecen orgullosos de conducirlos poniéndonos fácil lo de las fotos a los turistas.
Y, ya por la orilla del, río vemos enfrente el London Eye", la noria del año 2000 de 135m con 32 cápsulas de cristal con capacidad para 28 personas. Va dando la vuelta muy despacio para poder ver las vistas y sacar fotos, tarda como media hora. El precio no es un regalo, son como 19 libras, y la cola normalmente tremenda, a no ser que pagues 10 más para tener preferencia o se saquen las entradas por internet reservando hora. Nosotros pasamos de subir, para la próxima tal vez, pero es una de las cosas para las que se pueden sacar los tickets 2x1 que os comentaba al principio.*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y con ésto llegamos a las Casas del Parlamento y el famoso Big Ben. El Palacio de Westminster (fue residencia real hasta 1512, cuando sufrió un incendio y Erique VIII se trasladó) aloja la Cámara de los Comunes y la de los Lores, que siguen llevando sus pelucas y suspuñetas (sin broma, se llaman así). En un panel ponen lo que toca debatir cada día y se puede entrar a verlo. Dicen que cuando más ambientillo hay son los miércoles, que es cuando tocan las preguntas al Primer Ministro. Ahora se ven desde detrás de una pantalla antibalas, desde que en 2004 un grupo protesta lanzó a Tony Blair un condón lleno de polvos de color morado.
El Westminster Hall es la parte más antigua, del s.XI. En él se celebraban los banquetes de coronación en la Edad Media y luego, hasta el s.XIX, fue el tribunal donde se procesó, entre otros, a William Wallace, el de "Brave Heart", en 1305, o Tomás Moro en 1535. También
ha servido para ser capilla ardiente de alguna personalidad importante para la ciudad, como Churchill.
Pero sin duda lo más reconocible del complejo es la torre del reloj, de estilo gótico victoriano y levantada en el s.XIX. Con algo más de 96m de altura sus relojes marcan la hora desde 1859. El nombre le viene por Benjamín Hall, al frente de las obras cuando se terminó, de donde lo toma la campana del interior que, con sus 13 toneladas, marca el fin de año. Otros dicen que es en honor de un campeón de los pesos pesados que se retiró por entonces, Ben Canut. El caso es que el nombre se le puso a la campana, de ahí al reloj y hoy ya a la torre. Recomiendo si no se llega a cruzar del todo a la otra orilla, avanzar al menos un poco por el puente que hay a esa altura para poder apreciar la altura de la torre y el bonito edificio mejor.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Seguimos dando un paseo conra viento y marea viendo las esculturas de distintos personajes importantes en la historia de Inglaterra y en la del mundo (una de las últimas ha sido la de Mandela) en la plaza que hay al lado, hasta ver asomar otra de las maravillas del barrio de la realeza, la Abadía de Westminster . En ella fue coronada Isabel II en 1952 en la primera de estas ceremonias que se retransmitió en directo por la tele. Fue el rey Eduardo el Confesor quien ordenó erigirla a mediados del s.XI, aunque no se terminó hasta el XVI. Lugar de coronaciones, regias ceremonias y de descanso para decenas de figuras, como Charles Darwin, Isaac Newton, el dr.Livingstone o, en el llamado "Rincón del Poeta", Shakespeare, Jane Austen o Handel. Guarda montones de tesoros y además ya desde el s.XII da educación a escolares y tiene un coro de mucha solera. En 1540 Enrique VIII separó la Iglesia inglesa de la católica y, desde ése momento, él fue la cabeza de la Iglesia anglicana y la abadía adquirió el rango de "royal peculiar", quedando fuera de la jurisdicción eclesiástica y bajo la administración directa de la Casa Real (motivo éste por el que no entra en el chollo de los 2x1
, con lo que para visitarla hay que pagar 18 libras por persona, con audioguía gratis). El interior es absolutamente impresionante, lleno de capillas y tumbas de reyes, políticos, reinas "sanguinarias" y otras decapitadas. La última vez que vimos la abadía engalanada fue probablemente para la boda en 2011 del príncipe Guillermo y Catalina Middleton, cuando decidieron decorarla con arbolitos. Eligieron casarse aquí y no en la catedral de San Pablo como sus padres, porque esta es mas íntima, el coro tapó la visión de 3/4 partes de los 1.900 invitados. Abre de lunes a viernes de 9:30 a 16:30, hasta las 19 los miércoles y hasta las 14:30 los sábados y cierra los domingos.
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Así que allí bajo la lluvia nos encontramos con la guardia haciendo el cambio entre los gritos con los que dirigen la perfecta coreografía, imperturbables aún llevando esos sombrerazos imposibles, creo que de piel de oso según la tradición. Nos fijamos en la bandera, todos hemos oído que dependiendo de si está ondeando se sabe si la reina está o no. Pero ésto no es del todo correcto. Lo cierto es que de siempre la que había ondeado era la Royald Standard, la oficial de la reina Isabel II, nunca a media hasta, o estaba no. Pero cambió con la muerte de Lady Di. La reina no estaba, estaba en el palacio de Balmoral, y a la gente le pareció una ofensa que no se mostrase alguna señal de luto desde el palacio. Por éso desde 1997 se cambió el protocolo y se puso a media hasta la Union Jack osea, la del Reino Unido, que desde entonces es la que se pone si no está la reina, manteniéndose la suya cando la señora está en casa. Ésta es amarilla y roja con unos dibujos y en el cuarto inferior izquierdo es de color azul con un arpa dorada decoradacon una figura alada.
El palacio en sí es de 1705 y residencia fija oficial de la familia real desde que así lo decidió la reina Victoria en 1837. El monumento que preside la fachada es el dedicado a esta primera huésped, coronado por una figura dorada. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras todo el desfile del cambio salen del patio de palacio una par de carruajes y un cochazo que dan la vuelta junto al monumento y se disponen a entrar otra vez y, cuando nos fijamos vemos que dentro de la segunda carroza va la reina. No es que nos vaya la vida en ello, pero como que nos da buen rollo, parece una buena señal nada más poner pie en la ciudad. Tampoco sabemos si es lo habitual o fue casualidad, pero sí es cierto que había bastante despliegue de seguridad cerrando el perímetro. De hecho habíamos comentado que vaya trastorno para el tráfico un día sí y otro también para la parafernalia ésta.
Desde los años 90 se quiso hacer un guiño a la pobre "plebe", abriendo el palacio y permitiendo asomar el hociquillo a 19 salas de las 775 que hay, siempre en Agosto y Septiembre ,mientras la reina está de vacaciones en Escocia, previo pago éso sí de 18 libras. Por la mitad y durante todo el año se puede visitar la Queen´s Galery, colección de pinturas, cerámica, muebles, joyas, etc.
Después de hacer unas fotos y conseguir pasar el cerco de seguridad para cruzar a la otra acera de la plaza, nos vamos a pesar de la lluvia al parque frente al palacio, St.James´s Park. Desde allí mirando a un lado, la fachada del palacio y, justo en el opuesto, el London Eye, la gran noria panorámica que se inauguró a orillas del Támesis para ver las vistas de la ciudad. Estanques, riachuelos cruzados por puentes, patos, cisnes, pelícanos y, estrellas indiscutibles del parque, las ardillas. Hoy no venía preparada y en cuanto veían que no tenía nada que ofrecerles se subían escopetadas a los árboles, pero ya os pillaré ya. El último día sí conseguí fotos con una, ya os las enseñaré. Cruzando el parque llegamos hasta la trasera de un edificio que atravesamos por un arco.*** Imagen borrada de Tinypic ***
Con ésto lo que hemos hecho es salir a Whitehall, paseo de edificios oficiales, desfiles y demás, paralelo ya al río. En el nº 10 de Downing Street, un callejoncillo prohibido que se abre en perpendicular a esta calle, está desde 1902 la residencia oficial del Primer Ministro. Como curiosidad decir que Tony Blair, que tiene 4 hijos, se la intercambió por el nº 11 al entonces ministro de Hacienda Gordon Brawn, ya que esa es bastante más amplia. Luego éstos volvieron y fueron bastante polémicas unas fotos en las que se veía la reforma de la casa, entre otras cosas de la cocina, que costó 28.000 libras. En la misma calle más abajo está la Banqueting House, lo poco que queda del enorme palacio que había aquí hasta que se quemó a finales del s.XVII. En su interior Rubens pintó unos techos con alegorías del "derecho divino" de los reyes, encargo de Carlos I. Todavía hace honor a su nombre usándose para banquetes de Estado y cosas así.
Un poco más abajo se llega al Cenotafio, dedicado a los caídos británicos y de la Commonwealth en la I y la II Guerra Mundial. Es tradición que la reina y otras personalidades lleven amapolas el segundo domingo de Noviembre. Debe ser costumbre porque en otros monumentos conmemorativos por otros rincones de la ciudad veríamos también flores de este tipo, siempre amapolas.
Por detrás están las Cabinet War Rooms, museo dedicado a sir Winston Churchill, instalado en las salas del gabinete de guerra tipo búnker donde, por suerte no acertó a caer ninguna de las bombas que sí asolaron otras zonas de la ciudad porque por lo visto ahora, de haberlo hecho, se hubiera destruido totalmente.
En nuestro paseo vamos viendo los famosos autobuses rojos de dos pisos de la ciudad, que son todo un emblema como las cabinas o los "bobbys". Los chulos de verdad, los antiguos "Routemaster", se fueron sustituyendo por otros con motores híbridos, más modernos, más ecológicos y menos ruidosos a partir de 2005 y a pesar de las quejas de los propios londinenses que los querían como un icono más de su ciudad. Se mantuvieron en dos líneas, las que pasan por prácticamente todos los monumentos destacables de la ciudad, la 9 y la 15 (que si cogéis hacen las veces de bus turístico sólo que sin auriculares con explicaciones, pero con todo el encanto). En verano de 2014 quitaron los de la línea 9, pasándolos a la 15, donde seguirán funcionando hasta 2018, cuando ya sólo se podrán ver en museos o algo así. Los nuevos son los "Borismaster", una versión más moderna y más psicodélica pero que mantiene los dos pisos y el característico color rojo, por supuesto.*** Imagen borrada de Tinypic *** La cosa es que yo con la novedad andaba loca queriendo hacerles una foto, pero claro en movimiento no era fácil, cuando nos damos cuenta de que los conductores se frenaban al vernos con la cámara para darnos tiempo a echarla!!


Y, ya por la orilla del, río vemos enfrente el London Eye", la noria del año 2000 de 135m con 32 cápsulas de cristal con capacidad para 28 personas. Va dando la vuelta muy despacio para poder ver las vistas y sacar fotos, tarda como media hora. El precio no es un regalo, son como 19 libras, y la cola normalmente tremenda, a no ser que pagues 10 más para tener preferencia o se saquen las entradas por internet reservando hora. Nosotros pasamos de subir, para la próxima tal vez, pero es una de las cosas para las que se pueden sacar los tickets 2x1 que os comentaba al principio.*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y con ésto llegamos a las Casas del Parlamento y el famoso Big Ben. El Palacio de Westminster (fue residencia real hasta 1512, cuando sufrió un incendio y Erique VIII se trasladó) aloja la Cámara de los Comunes y la de los Lores, que siguen llevando sus pelucas y suspuñetas (sin broma, se llaman así). En un panel ponen lo que toca debatir cada día y se puede entrar a verlo. Dicen que cuando más ambientillo hay son los miércoles, que es cuando tocan las preguntas al Primer Ministro. Ahora se ven desde detrás de una pantalla antibalas, desde que en 2004 un grupo protesta lanzó a Tony Blair un condón lleno de polvos de color morado.


Pero sin duda lo más reconocible del complejo es la torre del reloj, de estilo gótico victoriano y levantada en el s.XIX. Con algo más de 96m de altura sus relojes marcan la hora desde 1859. El nombre le viene por Benjamín Hall, al frente de las obras cuando se terminó, de donde lo toma la campana del interior que, con sus 13 toneladas, marca el fin de año. Otros dicen que es en honor de un campeón de los pesos pesados que se retiró por entonces, Ben Canut. El caso es que el nombre se le puso a la campana, de ahí al reloj y hoy ya a la torre. Recomiendo si no se llega a cruzar del todo a la otra orilla, avanzar al menos un poco por el puente que hay a esa altura para poder apreciar la altura de la torre y el bonito edificio mejor.
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Seguimos dando un paseo conra viento y marea viendo las esculturas de distintos personajes importantes en la historia de Inglaterra y en la del mundo (una de las últimas ha sido la de Mandela) en la plaza que hay al lado, hasta ver asomar otra de las maravillas del barrio de la realeza, la Abadía de Westminster . En ella fue coronada Isabel II en 1952 en la primera de estas ceremonias que se retransmitió en directo por la tele. Fue el rey Eduardo el Confesor quien ordenó erigirla a mediados del s.XI, aunque no se terminó hasta el XVI. Lugar de coronaciones, regias ceremonias y de descanso para decenas de figuras, como Charles Darwin, Isaac Newton, el dr.Livingstone o, en el llamado "Rincón del Poeta", Shakespeare, Jane Austen o Handel. Guarda montones de tesoros y además ya desde el s.XII da educación a escolares y tiene un coro de mucha solera. En 1540 Enrique VIII separó la Iglesia inglesa de la católica y, desde ése momento, él fue la cabeza de la Iglesia anglicana y la abadía adquirió el rango de "royal peculiar", quedando fuera de la jurisdicción eclesiástica y bajo la administración directa de la Casa Real (motivo éste por el que no entra en el chollo de los 2x1

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Desde aquí y ya por Victoria Str. nos encaminamos hacia el hotel que, como primera incursión ya hemos dado una buena vueltecilla, además de que va tocando buscar algo para comer y cambiarnos de ropa, que vamos como sopas!!
Nos llevamos una alegría al haber reservado este hotel, la habitación es fantástica, con un ventanal enorme desde el que vemos el sky line de Belgravia tras la estación, con una de las camas más cómodas que hemos probado nunca, enorme y confortable, una tele gigante donde, éso sí, nada de canales en español, en fin un acierto.
Ya comidos, cambiados y algo descansados nos volvemos a poner en marcha. Sigue nublado pero ya no llueve y ha quedado un cielo tormentoso con sol a la vez muy chulo. Decidimos ir dando un paseo dirección al palacio pero por otras calles viendo la vidilla de la ciudad y, desde ahí cogemos la avenida the Mall a Trafalgar Square. Por ésta es por donde se hacen los desfiles y se van pasando algunas dependencias privadas de la familia real. Nos cruzamos con algún cochazo blindado y de cristales tintados que suponemos llevará a algún personajillo de la familia. Y atravesando el Admiralty Arch, cuya puerta central sólo se abre para que pase la reina o para visoitas de Estado, llegamos a Trafaalgar Square.
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Está dedicada a la victoria de los británicos en la batalla del mismo nombre en la que en 1805 ganaron a las tropas francesas y españolas contra Napoleón. En el centro está la famosa columna de 52m sobre la que el almirante Nelson controla todo lo que pasa por aquí, que no es poco. Está flanqueada por cuatro enormes leones fundidos con el hierro de los cañones incautados (así que un poco nuestros son). En las esquinas de la plaza hay tres esculturas de militares británicos y, en la cuarta, que quedó libre, se van rotando diferentes cosas cada ve. Cuando nosotros estuvimos había un gallo enorme de color azul añil muy llamativo. *** Imagen borrada de Tinypic ***
El motivo de haber decidido venir aquí hoy, aparte de lo que os comenté de evitarnos tomar transporte, es que aquí está una de las estrellas de mi viaje, la National Galery. Normalmente abre de 10 a 18h, pero los viernes alarga su horario hasta las 21h, con lo que nos da más cuartelillo. Pensamos que en las fechas que estamos que anochece pronto y hoy que está lluvioso es una opción ideal para regalarnos la vista bajo techado. Además la entrada es gratuita. Sólo hay una especie de urnas en las que se puede dejar un donativo voluntario, que recomiendan creo que de 4 libras. Yo no es por ser buitre pero me escuece un poco el tema de todas las riquezas artísticas que acabaron en Inglaterra un poco por rapiñeo en sus países de origen. Así que no suelto ni un duro!. En este caso la verdad es que la colección empezó por la compra de la colección de un banquero por aprobación de la Cámara de los Comunes a cambio de 57.000 libras. En principio eran 38 pinturas. Hoy son más 2.300 y dicen que 2/3 de ellas vienen de donaciones privadas. Una vez dentro me acerco a un mostrador donde veo que hay planos en distintos idiomas (hay que dejar una libra en otra huchita). y nos disponemos a disfrutar de una de las pinacotecas más importantes del mundo. Boticelli (venía loca con él después del viaje a Florencia y quería ver su "Venus y Marte"), Tiziano, Miguel Ángel, el Greco, Rubens, Caravaggio, Velázquez (aquí esstá su "Venus del espejo"), Van Gogh ("Los girasoles") o Degás. Busco y busco como una loca una de las pinturas que más recuerdo de mis clases de arte "El matrimonio Arnolfini" de Van Eyck y al no encontrarlo pregunto a una de las vigilantes de sala que me dice que está cedido en una exposición temporal. Vaya chasco! Pero aún así la visita me encanta y he disfrutado como una loca de las maravillas que fueron capaces de hacer estos artistas. A la vuelta está la National Portrait Galery, la mayor colección de retratos del mundo, sobre todo de británicos célebres desde la Edad Media hasta hoy. Pero ya nos parece demasiado atracón para la misma tarde y lo dejamos estar. También gratuita y mismos horarios.
Y en la plaza, cerrando unos de sus laterales, la iglesia de St.Martin in the Fields. Entre clásica y barroca y muy ligada a la realeza. Celebran conciertos a la luz de las velas y misas en chino y cantonés dada la cercanía del barrio chino. Nos chocó mucho también que en la cripta bajo la iglesia hay un restaurante donde comes ahi, acompañado por las lápidas. Un bar donde se hacen conciertos de jazz, un centro de ayuda a los necesitadas... London is different!

Seguimos nuestro pateo y salimos por detrás de la Galery a Leicester Square. Centro de ocio por excelencia del barrio, con restaurantes, discotecas y teatros. También está aquí una de las taquillas centrales donde se compran las entradas para las distintas obras y musicales de la amplia cartelera londinense, una ciudad con mucha tradición y muy buena escuela en estos temas. Mucha vida, mucha gente, artistas callejeros, chicos bailando break-dance que tienen al público entregado (la verdad es que son alucinantes), pero empieza a llover y hay que buscar refugio. Nos damos cuenta de que estamos al lado de la tienda de M and M´s. Así que allí que nos metemos a echar un vistazo. Desde que entras por la puerta de esta tienda de varias plantas, todo huele a chocolate. Además de vender los caramelos en toda su gama de colores, hay de todo con sus muñecajos, ropa, tazas, paraguas, figuras...de todo. Muñecos gigantes emulando distintos personajes, la verdad es que es una horterada pero muy graciosa.
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No podemos evitar comprar alguna chorradita y salimos a ver si ha escampado. Afloja un poco y, ya que va siendo algo tarde y cansados del pateo y el viaje vamos pensando en volver al hotel. La verdad es que el aguacero aconseja buscar un autobús, y lo intentamos pero no pasa ninguno que nos vega bien, así que vamos bajando, bajando por Whitehall pendientes de si pasa alguno. Vamos sin paraguas porque el que conseguimos esta mañana no aguantó el aguacero y se nos descuajaringó. No sólo llueve a manta, es que encima hace aire. Nos vamos refugiando en algunos soportales que vamos encontrando por el camino y al final nos metemos el pateo completo de vuelta hasta la zona de la estación, donde llegamos molidos, empapados, pero riéndonos de nuestra desgracia. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Entramos en la estación, calentito y bajo techo, y nos sentamos a cenar algo en una terracilla de un pub donde ofrecen pintas de cerveza con algo de comer. Por cierto que cuando fui a pedir a la barra poniendo a prueba mi inglés, la camarera me contestó en perfecto español. Miro su chapa y veo que se llama Toñi, es de Chiclana y me hace muy maja algunas recomendaciones. Ahora entiendo a toda esa gente que se fue a Londres a aprender inglés y lo único que consiguió es volver hablando peor el español, jajaja!! Aquí es de todos los sitios donde hemos estado en el que menos he podido hablarlo, todo el mundo me contesta en español.
Felices de nuestro primer día nos vamos al hotel, justo al lado, a preparar el de mañana y a descansar, que ya está bien!
