Día 27 abril 2015 –Nápoles– ✏️ Diarios de Viajes de Mediterráneo

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Nos despertamos y desde la ventana del camarote ya vemos Nápoles.
Lo malo es que llueve y llueve y llueve.
Desayunamos en el bufete del Panorama (Nosotros y miles de pasajeros más) No hay sitio, tenemos que tomar el desayuno de pie.
Cola para salir del barco, como siempre.
Desde el barco, hasta la terminal del puerto se va andando. Y Nápoles está ahí mismo, no hace falta bus, ni taxi para llegar al centro. Nosotros teníamos una excursión contratada con “la reina”. Salimos de la terminal pero no vimos a la guía con el papelito de la excursión. Lo que si había era cientos de personas vendiendo paraguas (3 y 5 euros) y lluvia, lluvia y lluvia. Tras un mal-entendido con la localización de la guía y tras mojarnos a base de bien y llamar por teléfono a S2S conseguimos encontrar al grupo y salimos a nuestra excursión!!! Bien!!!!
La guía de S2S súper simpática. Como no paraba de llover y jarrear tuvimos que ver Nápoles desde el bus. Están restaurando media ciudad y un montón de edificios están tapados en restauración. Vimos lo que pudimos y tomamos rumbo a Pompeya.
Pompeya fantástica!!! Por fin dejó de llover y pudimos callejear por Pompeya muy bien. El foro, las termas, el lupanar, la casa del fauno…
Recorrimos todo con la guía y la excursión me pareció muy interesante. Mucha gente, cola para ver el lupanar…pero eso forma parte de todo viaje que se precie.
De Pompeya volvimos al barco. La guía nos indicó varios bares y restaurantes por si queríamos quedarnos en Nápoles para comer, pero nosotros decidimos subir al barco comer y bajar otra vez para dar una vuelta. Los niños estaban cansados y prefirieron quedarse en el barco. Nosotras comimos rápidamente y bajamos para callejear.

Bajamos andando desde el barco y fuimos al Castillo nuevo (Castel Nuovo), desde allñi llegamos a las Galleria Umberto I y luego callejeamos por Via Toledo. Pero comenzó a llover y decidimos volver al barco. La lluvia comenzó a ser muy intensa y para cuando llegamos al Sovereign ya estábamos completamente empapadas. Justo al llegar a la puerta del barco para poder subir se puso en marcha el crucero MSC que estaba junto a nosotros y para poder pasar por la pasarela con seguridad nos prohibieron embarcar hasta que el otro barco no se había marchado definitivamente. Estábamos tan mojados que a todos nos dio un ataque de risa, bueno, entre risa y querer matar a los de seguridad para poder subir YA!!!
Por fin nos dejaron embarcar y directamente nos fuimos a dar una ducha calentita y a tender la ropa empapada.
Luego nos tomamos algo con vistas al puerto mientras el barco zarpa. Ya con ropa seca y un mojito en la mano. Un lujo!!!
Cenamos en El Duero. Nuestro camarero es muy serio, pero muy profesional y atento. Acierta siempre en los platos que nos recomienda, una buena opción el preguntarle a el.
Esta noche toca espectáculo Rock. Merece mucho mucho la pena. La gente de animación son buenos, pero este día en especial lo dan todo. Un recorrido por la música rock. Un montón de artistas en el escenario. Es de los espectáculos que no hay que perderse.
Luego unas copas en el piano-bar 360 (allí no entran adolescentes así que es un lugar muy tranquilo). Mañana día intenso en Roma, hay que descansar.

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