Desayunamos scottish breakfast. Como en muchos alojamientos en Escocia, la tarde anterior nos pasan una nota para detallarles la comida que queríamos desayunar. El pescado que nos ponen estaba buenísimo y las vistas desde el comedor son espectaculares! Desde Fort William se puede ver el Ben Nevis, el pico más alto de Escocia, con 1344 metros.
Nos dirigimos a Glenfinnan a ver el famoso viaducto donde pasa un antiguo tren. Primero paramos en el parking del visitors centre, y aunque pone que se debe pagar 2£, vamos en un momento a sacar unas fotos al monumento en conmemoración de Bonnie Prince Charlie, que está en frente.
Volvemos a coger el coche y lo aparcamos a 200 metros, en un parking gratuito, pasando el puente del río a mano derecha. Desde allí emprendemos la caminata hasta los pies del viaducto. No vemos ninguna señal de como ascender a la zona de la montaña para poder verlo desde arriba, y vemos la misma cara de desorientación en todos los turistas que llegan. Aclarar que justo debajo del viaducto, hay un camino a mano izquierda que pasa por debajo de el, se debe abrir una valla de madera con un cartel y ascender por el camino.
De camino a Edimburgo, el plan inicial de hoy era realizar alguna parada en la zona de Glencoe, llena de parajes espectaculares, para disfrutar de sus miradores y posibilidades de caminatas. Pero decidimos pasar por Glencoe, sin realizar parada alguna, y conducir directamente a la zona de las abadías, situadas una hora al sur de Edimburgo.
Tras cuatro horas de carretera llegamos a la primera de ellas: Melrose Abbey (E.P.), donde está enterrado el corazón de Robert the Bruce. La audio-guía era en castellano. Inicialmente fue un monasterio del siglo VII, dando paso a la abadía para monjes cistercienses en el año 1.136.
Decidimos realizar la ruta de las abadías por orden de prioridad, siendo conscientes de que no teníamos tiempo suficiente para verlas todas abiertas, y queriendo disfrutar de las que íbamos a ver. Melrose Abbey fue la que más nos gusto por su estética e historia.
A continuación, nos dirigimos a Jedburgh Abbey (E.P.). La audio-guía era también en castellano y había un pequeño museo explicando la vida diaria de los monjes agustinos.
Ya eran las 18:00 y habían cerrado todas las abadías. Entre Dryburgh Abbey y Kelso Abbey, nos decantamos por Kelso, la más antigua de las cuatro.
Nos preguntamos porqué todas las abadías se encuentran en ruinas, y leímos en nuestra guía que en 1545, el reinado de Enrique VIII y su política destructiva tuvieron la culpa.
El pueblo de Kelso con su plaza adoquinada tiene su encanto y damos un paseo. Estamos muy hambrientos y vemos un fish & chips en el pueblo, donde no para de entrar gente... ahí que vamos! Los chicos eran encantadores y estaba buenísimo!
Tuvimos la tentación (sobretodo yo) de ir a St Abb's Head, una reserva natural repleta de aves. Mi pareja me comentó que llevaba muchas horas al volante y que el tiempo no acompañaba... le hago caso y se ríe!
Vamos directos al alojamiento: The NorthField House Hotel Edimburgo 74£ A/D. El recibimiento de diez, tiene parking privado, autobús en frente que lleva al centro, la habitación muy cómoda, también tienen restaurante cervecería...muy bien!
Nos dirigimos a Glenfinnan a ver el famoso viaducto donde pasa un antiguo tren. Primero paramos en el parking del visitors centre, y aunque pone que se debe pagar 2£, vamos en un momento a sacar unas fotos al monumento en conmemoración de Bonnie Prince Charlie, que está en frente.
Volvemos a coger el coche y lo aparcamos a 200 metros, en un parking gratuito, pasando el puente del río a mano derecha. Desde allí emprendemos la caminata hasta los pies del viaducto. No vemos ninguna señal de como ascender a la zona de la montaña para poder verlo desde arriba, y vemos la misma cara de desorientación en todos los turistas que llegan. Aclarar que justo debajo del viaducto, hay un camino a mano izquierda que pasa por debajo de el, se debe abrir una valla de madera con un cartel y ascender por el camino.
De camino a Edimburgo, el plan inicial de hoy era realizar alguna parada en la zona de Glencoe, llena de parajes espectaculares, para disfrutar de sus miradores y posibilidades de caminatas. Pero decidimos pasar por Glencoe, sin realizar parada alguna, y conducir directamente a la zona de las abadías, situadas una hora al sur de Edimburgo.
Tras cuatro horas de carretera llegamos a la primera de ellas: Melrose Abbey (E.P.), donde está enterrado el corazón de Robert the Bruce. La audio-guía era en castellano. Inicialmente fue un monasterio del siglo VII, dando paso a la abadía para monjes cistercienses en el año 1.136.
Decidimos realizar la ruta de las abadías por orden de prioridad, siendo conscientes de que no teníamos tiempo suficiente para verlas todas abiertas, y queriendo disfrutar de las que íbamos a ver. Melrose Abbey fue la que más nos gusto por su estética e historia.
A continuación, nos dirigimos a Jedburgh Abbey (E.P.). La audio-guía era también en castellano y había un pequeño museo explicando la vida diaria de los monjes agustinos.
Ya eran las 18:00 y habían cerrado todas las abadías. Entre Dryburgh Abbey y Kelso Abbey, nos decantamos por Kelso, la más antigua de las cuatro.
Nos preguntamos porqué todas las abadías se encuentran en ruinas, y leímos en nuestra guía que en 1545, el reinado de Enrique VIII y su política destructiva tuvieron la culpa.
El pueblo de Kelso con su plaza adoquinada tiene su encanto y damos un paseo. Estamos muy hambrientos y vemos un fish & chips en el pueblo, donde no para de entrar gente... ahí que vamos! Los chicos eran encantadores y estaba buenísimo!
Tuvimos la tentación (sobretodo yo) de ir a St Abb's Head, una reserva natural repleta de aves. Mi pareja me comentó que llevaba muchas horas al volante y que el tiempo no acompañaba... le hago caso y se ríe!
Vamos directos al alojamiento: The NorthField House Hotel Edimburgo 74£ A/D. El recibimiento de diez, tiene parking privado, autobús en frente que lleva al centro, la habitación muy cómoda, también tienen restaurante cervecería...muy bien!