Los romanos diferenciaban claramente entre la ciudad de los vivos y la ciudad de los muertos. A los muertos se les enterraba a las afueras de la ciudad, alejados del centro urbano. Y hay un área donde abundan estos enterramientos de época imperial:
LA VIA APIA
La Via Apia (Antica) era una calzada que partía de Roma y llegaba hasta Brindisi, en la costa oriental de Italia. Debe su nombre al censor Apio Claudio Ceco, quien la mandó construir en el siglo IV a.C.
Una de las tumbas más monumentales que nos encontramos en la Via Apia Antica es la de la aristócrata CECILIA METELLA, enorme edificio circular siguiendo la moda inaugurada por el emperador Augusto (es de la misma época). Hay otras más modestas, pero no menos interesantes, con formas de casas con tejados a 2 aguas, siguiendo la tradicion etrusca.
Pero en la Via Apia lo que más turismo atrae son LAS CATACUMBAS: inmensas áreas donde fueron enterrados los primeros cristianos entre los siglos I y V d.C. Se han contabilizado mas de 500.000 tumbas en ellas.
Hay 3 catacumbas que pueden ser visitadas: La de San Calixto, la más grande, la de San Sebastián y la de Santa Domitila.
LAS CATACUMBAS DE SAN CALIXTO resultan imponentes: casi 20 kms. de enterramientos en 4 niveles distintos y con una profundidad de 20 mts.
Nichos excavados sobre piedra TUFA, un tipo de roca volcánica que existe en esa zona fácil de trabajar pero muy resistente.

Llegó a contar con la tumba de 16 papas y algunos santos, como Santa Cecilia, patrona de la música. En el siglo VI d.C., ante los continuos saqueos por parte de las tribus bárbaras, los cuerpos de estos papas y santos fueron trasladado a iglesias.
Destacar que en el primer cristianismo también estaba bien marcada la línea entre ricos y pobres. Los enterramientos de los cristianos "pudientes" tienen espacios más amplios del tipo de grandes arcosóleos (arcos ciegos) e incluso habitaciones reservadas para su familia, con frecuentes e interesantes pinturas murales de iconografía típica de los inicios del cristianismo: El Buen pastor, La Oferente, El Pez , etc.
La entrada cuesta 8 € con visita guiada por un recorrido de apenas 1 km. El horario es de 9:00 a 12:00 h y de 14:00 a 17:00 h. Cierra los miércoles ¡Y está totalmente prohibido sacar fotos en su interior!

La segunda mitad del siglo III d.C. fue bastante problemática para Roma, con contínuas guerras civiles y amenazas de los pueblos bárbaros que llegaron incluso a asediar la ciudad.
Para defenderse de esta amenaza, en tiempos del emperador AURELIANO (270 - 275 d.C.) se construyeron unas nuevas y enormes murallas de 20 kms. de longitud y 18 puertas principales. Hoy en día aún se conservan en buen estado ciertos tramos de estas murallas y algunas de las puertas, como la PORTA APIA o la PORTA SAN PAOLO.
Fue a finales de este siglo III d.C. cuando se consiguió alcanzar un período de relativa calma y estabilidad con el original sistema de la TETRARQUIA, un modo de gobierno compartido entre 4 personas, resultando así más fácil controlar el vasto Imperio Romano.

Se nombraron 2 "Augustos": DIOCLECIANO para la zona Oriental y MAXIMIANO para la zona Occidental. Igualmente se nombraron 2 "Césares" (los 2ºs de abordo): GALERIO para la zona Oriental y CONSTANCIO CLORO para la zona Occidental.
DIOCLECIANO
Fue bajo el mandato de Diocleciano (284-305 d.C.), de origen ilirio (en la actual Croacia), cuando se construyeron en Roma otras TERMAS imponentes, similares a las de Caracalla, con capacidad para 3.000 personas.

El interior, por supuesto, también ricamente decorado con mármoles, estucos, mosaicos, pinturas y esculturas.
El el Renacimiento, ya en estado ruinoso y bajo el papado de Pío V, MIGUEL ANGEL se encargó de reconvertir parte de estas termas - en concreto la zona del TEPIDARIUM -en la Iglesia de Santa María de los Angeles y Mártires.

Decir que Diocleciano fue el primer emperador romano que abdicó voluntariamente (vamos, como nuestro Juan Carlos I), en el 305 d.C., retirándose con 60 años al estupendo palacio que se mandó construir cerca de la actual Split (Croacia), su ciudad natal. En realidad, Roma le atrajo muy poco, residiendo la mayor parte de los 20 años de su reinado en Nicomedia, en la costa occidental de la actual Turquía. Como podemos ver, por esa época Roma ya iba perdiendo atractivo para los emperadores romanos, tirando más hacia el este del Imperio.
CONSTANTINO EL GRANDE
Y ya nos vamos acercando al final de nuestro recorrido por la Roma Imperial.
Tras el retiro de Diocleciano y Maximiano, el Imperio pasa a ser controlado por MAJENCIO, hijo de Maximiano, y por CONSTANTINO, hijo de Constancio Cloro. Como suele pasar en estas situaciones, al poco tiempo ambos se enfrentaron por conseguir el poder único.
Constantino, conocido desde entonces como CONSTANTINO EL GRANDE, derrotó a su rival en la famosa batalla del PUENTE MILVIO, en las afueras de Roma, el 28 de octubre del 312 d.C.
Constantino fue, sin duda, el último gran emperador romano, ocurriendo bajo su reinado (312-337 d.C.) acontecimientos muy importantes: autorizó la libertad del culto cristiano mediante el decreto de Milán del 313 d.C.; ordenó la construcción de las Basílicas de San Juan de Letrán y San Pedro del Vaticano; desplazó el peso del Imperio hacia Oriente, pasando la capitalidad del mismo a la antigua ciudad de Bizancio, fundada por los griegos 1.000 años antes, y llenándola de nuevos edificios y esculturas. Desde entonces pasó a llamarse CONSTANTINOPLA (la actual Istambul).
En Roma, no obstante, Constantino actuó del mismo modo que los grandes emperadores de épocas pasadas, poniendo gran interés en la edificación de construcciones para uso y disfrute del pueblo romano. Así, mandó levantar unas grandes TERMAS IMPERIALES en la zona del Quirinal (hoy en día desaparecidas) o el mal llamado TEMPLO DE MINERVA MEDICA ya que en realidad era un gran pabellón de planta circular de 25 mts. de diámetro y cúpula semiesférica con grandes arcadas de medio punto. Este interés de la arquitectura en la época de Constantino por las plantas centralizadas y nichos semicirculares supuso un claro antecedente de la arquitectura bizantina posterior (Santa Sofía, etc.).
También en Roma se encargó de finalizar la BASÍLICA NOVA o BASÍLICA DE MAJENCIO, mandada hacer por su rival en el 306 d.C., muy próxima al Coliseo.

Se trata de una enorme construcción de hormigón recubierta al exterior de ladrillo, con extensos muros desmaterializados por enormes ventanales. Tiene (o más bien tenía, ya que poco queda de ella) 3 grandes naves cubiertas por bóvedas de aristas la central y de cañón las laterales. Curiosamente no sigue el esquema tradicional de las basílicas romanas sino el de los frigidarium de las termas imperiales. El interior, una vez más, estaba recubierto por ricos mármoles procedentes de diversos puntos del Imperio. Fue la última y más grande basílica del Imperio Romano.
Constantino modificó la orientación de esta basílica, con la entrada al Sur. Al final de la nave central, de 80 mts. de largo y 35 mts. de alto, situó en el ábside una colosal estatua sedente de él mismo de casi 10 mts. de altura, hecha con mármol y bronce dorado.
Hoy en día aún se conservan algunos fragmentos de esta monumental escultura en el patio de los Museos Capitolinos.

En los retratos de Constantino podemos ver como fue evolucionando la escultura romana en esta última fase del Imperio. Por un lado vemos que abandonan la barba (instaurada por Adriano), muy bien afeitados, y se muestran con grandes ojos abiertos; el peinado vuelve al estilo de los primeros emperadores, mas corto. Formalmente también se aprecia - ya desde época de Diocleciano - una tendencia a la geometrización y esquematización, comenzando a hablarse de un período de decadencia de las artes escultóricas y pictóricas (no así en la arquitectura que fue magnífica).
De las 8 columnas de su interior (que por cierto eran meramente decorativas, ya que no eran necesarias para sostener el gran edificio) aun se conserva una: la que posteriormente se instaló en la plaza de la Basílica de Santa María la Mayor.
Pero, sin duda, la construcción más conocida de este gran emperador es EL ARCO DE CONSTANTINO.
Lo mandó levantar en el año 313 d.C. para conmemorar la victoria sobre Majencio en la Batalla del Puente Milvio. Se terminó en el 315 d.C.

Al igual que el arco construído por Septimio Severo, consta de 3 vanos, siendo más grande el del medio. Lo llamativo de este magnífico Arco del Triunfo está en la composición de sus relieves y esculturas.
Realmente, de la época de Constantino únicamente corresponden las victorias aladas en los intradós de los arcos, el friso que rodea toda la construcción y los pedestales de la columna.
Tal y como he comentado antes, nos parecen figuras rechonchas, poco estilizadas y poco reales. Es como si la escultura romana hubiese sufrido una involución en el tiempo.
El resto del programa escultórico no es de su época, tomándolo "prestado" de otros monumentos mandados construir por los que fueron sus emperadores más admirados: Trajano, Adriano y Marco Aurelio.
Así, del Foro de Trajano tomó 8 imponentes estatuas de guerreros dacios hechos prisioneros, de otra construcción de Adriano incorporó 8 relieves circulares con temas de caza y de un Arco del Triunfo de Marco Aurelio (hoy desaparecido) se apropió de 8 paneles cuadrangulares donde este emperador imparte justicia y entrega pan a los pobres

Un detalle: las cabezas de los emperadores Trajano, Adriano y Marco Aurelio fueron reemplazadas por el retrato de Constantino.