Como seguía haciendo buen tiempo, continuamos con las excursiones. El billete de tren a Delft con parada en Leiden cuesta unos 25€ por persona ida y vuelta. Hay bastante frecuencia, aproximadamente cada 15 minutos, que se alternan con destino Dordrecht (vía 2) o destino Vlissingen (vía 14). La primera parada del día la hacimos en Delft, a donde tardamos aproximadamente 55 minutos en llegar. El casco antiguo está a un paso, pero como no me apetecía andar, cogimos el tranvía en la parada de la estación. El billete para una hora cuesta 3'5€ por persona y una tarjeta para todo el día 6'5€, así que es el que compramos. No se valida, sólo se enseña si hay revisor.
Nos bajamos en la parada Wateringsevest. Justo al lado de esta parada se encuentra el molino De Roos, construido en piedra en algún momento entre finales del siglo XVII y principios del siglo XIX, que vino a sustituir a otro molino de madera. En sentido contrario al molino se puede observar una Torre del Agua de finales del siglo XIX construida en estilo neogótico y que hoy día parece que funciona como mirador.
Siguiente punto: el canal Oude Delft, en el centro histórico. Había una gran tranquilidad en la ciudad para ser las 11 de la mañana. No se veía a casi nadie. Contemplamos el cruce de los canales Oude Delft, Noordeinde y Kolk, con los edificios más destacados, como una iglesia luterana. Desde la calle se veía el salón de alguna casa y lo que estaban haciendo sus dueños. Esto que supongo que hacen para recibir más luz (lo de no poner cortinas) me parece una completa falta de intimidad. Si hasta en una casa vimos como una mujer estaba echando una siesta en el sofá en una posición poco glamourosa.
Nos bajamos en la parada Wateringsevest. Justo al lado de esta parada se encuentra el molino De Roos, construido en piedra en algún momento entre finales del siglo XVII y principios del siglo XIX, que vino a sustituir a otro molino de madera. En sentido contrario al molino se puede observar una Torre del Agua de finales del siglo XIX construida en estilo neogótico y que hoy día parece que funciona como mirador.
Siguiente punto: el canal Oude Delft, en el centro histórico. Había una gran tranquilidad en la ciudad para ser las 11 de la mañana. No se veía a casi nadie. Contemplamos el cruce de los canales Oude Delft, Noordeinde y Kolk, con los edificios más destacados, como una iglesia luterana. Desde la calle se veía el salón de alguna casa y lo que estaban haciendo sus dueños. Esto que supongo que hacen para recibir más luz (lo de no poner cortinas) me parece una completa falta de intimidad. Si hasta en una casa vimos como una mujer estaba echando una siesta en el sofá en una posición poco glamourosa.
De camino a la Iglesia Antigua u Oude Kerk, que se ve en todo momento mientras se camina por el canal Oude Delft, entramos al recinto de uno de los beguinatos u hospicios que se conservan en esta ciudad: el Hofje van Almonde, en Bagijnhof 10-22.
Una par de cosas destacan en la Oude Kerk: la torre coronada por varios pináculos y su inclinación. En la iglesia venden una entrada conjunta para visitar tanto Oude Kerk como Nieuwe Kerk, que es la Iglesia Nueva. Dicha entrada cuesta 3'75€ y en este caso como poseedor de la tarjeta Holland Pass me pude beneficiar de un 10% de descuento.
Oude Kerk fue iniciada a mediados del siglo XIII. Tras el inicio de la construcción del campanario, debido a que el terreno sobre el que se asentaba la iglesia no era estable, se empezó a desviar y aunque se logró estabilizar, la torre se terminó de construir con una desviación de 2 m sobre la vertical. Aparte de esto, hay varias cosas que destacan en la iglesia:
- El conjunto de vidrieras de los años 60 (del siglo XX), que representan escenas bíblicas fundamentalmente.
- El púlpito de madera del siglo XVI.
- Las sepulturas de diferentes personajes históricos, entre las cuales se puede mencionar la del pintor Johannes Vermer, originario de esta ciudad.
- El artesonado de madera de las bóvedas.
Oude Kerk fue iniciada a mediados del siglo XIII. Tras el inicio de la construcción del campanario, debido a que el terreno sobre el que se asentaba la iglesia no era estable, se empezó a desviar y aunque se logró estabilizar, la torre se terminó de construir con una desviación de 2 m sobre la vertical. Aparte de esto, hay varias cosas que destacan en la iglesia:
- El conjunto de vidrieras de los años 60 (del siglo XX), que representan escenas bíblicas fundamentalmente.
- El púlpito de madera del siglo XVI.
- Las sepulturas de diferentes personajes históricos, entre las cuales se puede mencionar la del pintor Johannes Vermer, originario de esta ciudad.
- El artesonado de madera de las bóvedas.
Esta iglesia posee además la campana histórica más grande de Holanda, que sólo se tañe en eventos específicos de importancia, ya que según se dice, podría dañar la iglesia si se tocase todos los días. Si no recuerdo mal, creo que hay una visita para subir al campanario.
Un poco más abajo de la iglesia, hay varios edificios destacados a cada lado del canal: a un lado la capilla de Sint Hyppolitus y junto a ella un colegio femenino del siglo XVIII; al otro, una casa con decoración renacentista del siglo XVI, de nombre Gemeenlandshuis (Oude Delft 167).
Un poco más abajo de la iglesia, hay varios edificios destacados a cada lado del canal: a un lado la capilla de Sint Hyppolitus y junto a ella un colegio femenino del siglo XVIII; al otro, una casa con decoración renacentista del siglo XVI, de nombre Gemeenlandshuis (Oude Delft 167).
Si hasta aquí no había mucha animación que digamos, desde la plaza de la Oude Kerk y a lo largo del canal que discurre por Voorstraat e Hippolytusbuurt, la situación era bien diferente, porque había un mercado desplegado. Vimos muchos objetos que parecían como de segunda mano en algunos puestos, pero no sé si el mercado era exclusivamente de esto o no. Por supuesto, muchos restaurantes, cafeterías y muchedumbre.
Tomamos el pequeño canal de Voldersgracht y llegamos a la plaza principal o Markt. ¡Impresionante!. Una plaza enorme rodeada de casas antiguas con dos edificios imponentes enfrentados en los extremos: en uno la Iglesia Nueva o Nieuwe Kerk; en el otro, el Ayuntamiento con fachada renacentista del siglo XVI. En el centro de la plaza se puede ver la estatua de un importante abogado del siglo XVI oriundo de Delft.
La Nieuwe Kerk se empezó a construir en el siglo XIV en estilo gótico y tiene un campanario que supera los 100 m de altura. Este campanario tiene un carillón de 48 campanas. La iglesia es de culto protestante y es capilla funeraria de la Casa Real holandesa. De hecho uno de los puntos destacados del interior es el coro, en el que está el mausoleo de Guillermo el Taciturno. Varios son los monarcas de la Casa Orange (la que reina en la actualidad) que están enterrados en la iglesia. La última de ellas fue la reina Juliana, soberana de los Países Bajos hasta la abdicación en su hija Beatriz. En el interior de la iglesia se podía ver un vídeo con el funeral de esta reina (Juliana) y la asistencia de dirigentes de estado de todo el mundo. Como en la Oude Kerk, las bóvedas de la iglesia están cubiertas con artesonado de madera.
Para tomar un piscolabis nos fuimos al edificio De Waag o de la Balanza Pública, en el que hay ahora un restaurante. Tomamos un sandwich de jamón y queso, una sopa de tomate con albahaca y un par de zumos. No conservo la cuenta, pero creo que estuvo alrededor de los 13-14€.
www.de-waag.nl/Stadscafe/Lunch
Hablando de la comida holandesa, creo que fue en este restaurante donde vi a un señor que había pedido un plato consistente en pan de molde con una croqueta encima, partir la croqueta en 2 y untarla por la rebanada de pan de molde como si de paté se tratase.
No nos quedaba demasiado tiempo en Delft lamentablemente, si queríamos visitar Leiden, así que nos dispusimos a regresar hacia la estación de tren, pasando por el Het Prinsenhof. Fue un antiguo convento de franciscanas fundado en el siglo XV, que más adelante se convertiría en residencia de Guillermo I de Orange, más conocido como Guillermo el Taciturno. Allí fue asesinado en 1584. Actualmente es un museo que expone colecciones de cerámica, tapices o pintura holandesa.
www.de-waag.nl/Stadscafe/Lunch
Hablando de la comida holandesa, creo que fue en este restaurante donde vi a un señor que había pedido un plato consistente en pan de molde con una croqueta encima, partir la croqueta en 2 y untarla por la rebanada de pan de molde como si de paté se tratase.
No nos quedaba demasiado tiempo en Delft lamentablemente, si queríamos visitar Leiden, así que nos dispusimos a regresar hacia la estación de tren, pasando por el Het Prinsenhof. Fue un antiguo convento de franciscanas fundado en el siglo XV, que más adelante se convertiría en residencia de Guillermo I de Orange, más conocido como Guillermo el Taciturno. Allí fue asesinado en 1584. Actualmente es un museo que expone colecciones de cerámica, tapices o pintura holandesa.
En principio puede ser suficiente con unas 4 horas para pasear por Delft, pero si se quiere visitar alguno de sus museos dedicados a Johannes Vermeer y otros pintores o a la cerámica de Delft, pues seguro que hace falta casi todo el día.
De Delft a Leiden son 20 minutos escasos de tren.
Leiden es una de las ciudades universitarias más importantes de Holanda. No en vano se fundó en ella la primera universidad del país en 1575. Es la ciudad de importantes pintores, como Rembrandt.
Cogimos un autobús junto a la estación para ir a la parada Korevarstraat (líneas 2, 4, 45, 187), cercana al Ayuntamiento.
Me costó un poco de trabajo orientarme y saber hacia dónde echar a andar, a pesar de llevar mapa. Después de unos minutos de duda, llegamos a orillas del canal Oude Rijn. A lo largo del canal había montado otro mercado al aire libre que tenía pinta de ser normal, quiero decir, donde compra la gente de la ciudad. Llegamos a la iglesia Hooglandse (Hooglandse Kerk), iglesia gótica del siglo XV. Un poco más adelante, De Burcht, los restos de una ciudadela medieval situada sobre una colina.
De Delft a Leiden son 20 minutos escasos de tren.
Leiden es una de las ciudades universitarias más importantes de Holanda. No en vano se fundó en ella la primera universidad del país en 1575. Es la ciudad de importantes pintores, como Rembrandt.
Cogimos un autobús junto a la estación para ir a la parada Korevarstraat (líneas 2, 4, 45, 187), cercana al Ayuntamiento.
Me costó un poco de trabajo orientarme y saber hacia dónde echar a andar, a pesar de llevar mapa. Después de unos minutos de duda, llegamos a orillas del canal Oude Rijn. A lo largo del canal había montado otro mercado al aire libre que tenía pinta de ser normal, quiero decir, donde compra la gente de la ciudad. Llegamos a la iglesia Hooglandse (Hooglandse Kerk), iglesia gótica del siglo XV. Un poco más adelante, De Burcht, los restos de una ciudadela medieval situada sobre una colina.
Cruzamos de nuevo el canal, por el Puente del Grano o Koornbrug. En este punto se realizaba el comercio del maíz. Para protegerlo de las inclemencias del tiempo, se construyó un tejado en el siglo XIX, que todavía se puede ver y bajo el que estaba montado algún puesto. Lamentablemente no pudimos apreciar apenas los edificios a ambos lados del canal, el Koornbrug, la plaza Vismarkt en la que antiguamente tenía lugar el mercado del pescado o el edificio de la Balanza Pública (Waag), pero ya digo que el mercado del sábado lo ocupaba todo. El Ayuntamiento renacentista del siglo XVI se destruyó en los años 20, salvándose sólo la monumental fachada. Posteriormente se reconstruyó y ahora tiene la torre en rehabilitación.
Siguiendo nuestro periplo llegamos a la iglesia de San Pedro o Pieterskerk, iglesia gótica del siglo XIV que actualmente es sede de eventos culturales. Por uno de los lados de la iglesia, en la calle Klogsteeg 21, se encuentra el antiguo hospicio hugonote (denominación de los protestantes franceses de doctrina calvinista durante las guerras de religión de Francia) de Jan Pesijnhof. Este lugar tiene de algún modo cierta importancia histórica, sobre todo con Estados Unidos. El hospicio se edificó a finales del siglo XVII sobre la casa en la que vivió John Robinson en 1609. Este hombre era un pastor protestante de los Puritanos, que llegó a Leiden con un grupo de seguidores huyendo de la persecución religiosa en Inglaterra. En 1620 embarcaría en el Mayflower junto con una parte de la congregación religiosa hacia Estados Unidos, haciéndose llamar los Padres Peregrinos.
En el lado opuesto de la iglesia se encuentra la Gravensteen, una antigua prisión que se empezó a construir en el siglo XIII y que tiene una fachada clásica del siglo XVIII. Actualmente es la Facultad de Derecho. Cerca también está la Escuela Latina, donde estudió Rembrandt en su infancia.
En el lado opuesto de la iglesia se encuentra la Gravensteen, una antigua prisión que se empezó a construir en el siglo XIII y que tiene una fachada clásica del siglo XVIII. Actualmente es la Facultad de Derecho. Cerca también está la Escuela Latina, donde estudió Rembrandt en su infancia.
Desde aquí estábamos a un paso del canal Rapenburg, considerado el más pintoresco de la ciudad. Está rodeado de museos y de otros edificios de gran importancia cultural, como la Academiegebow, que es el edificio de la antigua universidad que fue fundada en 1575. Anexo está el Hortus Botanicus, que fue el jardín botánico de dicha universidad.
Hicimos una pausa para tomar un té en una cafetería que estaba haciendo esquina entre el canal Rapenburg y la calle Klogsteeg, así que cuando fuimos al Hortus Botanicus no pudimos visitarlo porque ya había cerrado. Al menos pudimos leer unos paneles con una interesante historia sobre los tulipanes, que hoy en día estaría de actualidad.
A finales del siglo XVI, el embajador austríaco para el imperio Otomano durante el reinado de Fernando I de Habsburgo, llevó a Viena unos bulbos de tulipán a su amigo Carolus Clusius, que era director del Jardín de Medicina Real. Años más tarde, cuando en 1593 Carolus Clusius viajó a Leiden, contratado como director del Hortus Botanicus de la Universidad, llevó consigo bulbos de tulipán, planta que llevaba varios años cultivando. Desconocida hasta esa época en Holanda y en el resto de Europa occidental, con el paso del tiempo fue despertando interés entre la aristocracia, que pagaba elevadas cantidades de dinero por su adquisición. La clase media vio una oportunidad de enriquecerse rápidamente y sin esfuerzo mediante el comercio de los tulipanes. Los precios subieron enormemente e incluso se llegó a comprar y pagar por bulbos que todavía no habían sido cultivados. La gente vendía sus negocios y joyas familiares para obtener dinero en efectivo para adquirir o invertir en estas plantas. Hasta tal punto llegó la obsesión, que los gobiernos locales intentaron prohibir el comercio de tulipanes, aunque no tuvieron éxito. En 1637 se produjo la crisis, cuando un grupo de comerciantes no pudo obtener los precios demandados por su colección de bulbos. El acontecimiento se expandió entre la gente y el mercado quebró, llevando a la ruina en menos de 2 meses a un gran número de personas.
¡Toma burbuja económica!. De plena actualidad .
Esta historia está explicada en varias páginas. Se puede encontrar por ejemplo en la siguiente:
es.wikipedia.org/ ...man%C3%ADa
Leiden es una ciudad con gran actividad cultural y cuenta con 15 museos de arte, algunos de los cuales se encuentran a lo largo del canal Rapenburg. Dos de ellos son el Rijksmuseum van Oudheden (Museo Nacional de Antigüedades) o el Japanmuseum Sieboldhuis, dedicado a arte antiguo y moderno japonés. También se puede ver en Rapenburg 21 una casa en la que vivió el filósofo Descartes.
A finales del siglo XVI, el embajador austríaco para el imperio Otomano durante el reinado de Fernando I de Habsburgo, llevó a Viena unos bulbos de tulipán a su amigo Carolus Clusius, que era director del Jardín de Medicina Real. Años más tarde, cuando en 1593 Carolus Clusius viajó a Leiden, contratado como director del Hortus Botanicus de la Universidad, llevó consigo bulbos de tulipán, planta que llevaba varios años cultivando. Desconocida hasta esa época en Holanda y en el resto de Europa occidental, con el paso del tiempo fue despertando interés entre la aristocracia, que pagaba elevadas cantidades de dinero por su adquisición. La clase media vio una oportunidad de enriquecerse rápidamente y sin esfuerzo mediante el comercio de los tulipanes. Los precios subieron enormemente e incluso se llegó a comprar y pagar por bulbos que todavía no habían sido cultivados. La gente vendía sus negocios y joyas familiares para obtener dinero en efectivo para adquirir o invertir en estas plantas. Hasta tal punto llegó la obsesión, que los gobiernos locales intentaron prohibir el comercio de tulipanes, aunque no tuvieron éxito. En 1637 se produjo la crisis, cuando un grupo de comerciantes no pudo obtener los precios demandados por su colección de bulbos. El acontecimiento se expandió entre la gente y el mercado quebró, llevando a la ruina en menos de 2 meses a un gran número de personas.
¡Toma burbuja económica!. De plena actualidad .
Esta historia está explicada en varias páginas. Se puede encontrar por ejemplo en la siguiente:
es.wikipedia.org/ ...man%C3%ADa
Leiden es una ciudad con gran actividad cultural y cuenta con 15 museos de arte, algunos de los cuales se encuentran a lo largo del canal Rapenburg. Dos de ellos son el Rijksmuseum van Oudheden (Museo Nacional de Antigüedades) o el Japanmuseum Sieboldhuis, dedicado a arte antiguo y moderno japonés. También se puede ver en Rapenburg 21 una casa en la que vivió el filósofo Descartes.
Pasado el canal Rapenburg vimos dos molinos: el Molen de Put y el Molen de Valk. El Molen de Valk estuvo en funcionamiento durante más de 200 años, de 1743 a 1964, como molino de grano. Ahora sólo funciona en verano y en sus 7 plantas hay habitaciones. No lo pudimos visitar porque cierra a las 5 de la tarde, pero está en un parque por el que se puede dar un agradable paseo. El Molen de Put lo vimos desde bastante lejos (gracias al zoom de la cámara de fotos) y se trata de la reconstrucción de un molino que hubo en el mismo lugar y que se destruyó unos años antes de 1820.
Llegamos a la estación de tren en 10 minutos y cogimos el tren de vuelta a Amsterdam. Pensábamos ir a cenar al restaurante indonesio Blauw, por la zona de Amstelveenseweg, que nos quedaba de camino al hotel, pero no llevaba reserva. Fuimos al restaurante y preguntamos, pero estaba lleno y no había ninguna mesa disponible, por lo que hice una reserva para el día siguiente. Una parada de tranvía antes de llegar al hotel, nos bajamos para ir al restaurante libanés Cedars, a orillas de un canal, pero entre que no era muy barato y no que llevábamos un aspecto demasiado curioso después de todo un día de excursión, acabamos cenando de supermercado como en noches anteriores.