Sábado 12 de Septiembre
Si llegar desde Nicaragua a Monteverde es realmente lioso, desde aquí desplazarse a la capital no tiene problema. Se tarda unas cuatro horas (5€) y se puede hacer a diario a las 6:30 y a las 14:30. Yo lo he hecho a las 14:30 por petición expresa de mi host de CouchSurfing en San José, Pedro.
El autobús llega con un adelanto de unos 20' (es sábado por la tarde y se nota) a la nueva terminal 3·10 de San José. Está ubicada en un Centro Comercial de reciente apertura (menos de un mes). Se agradece, porque está en una zona un tanto cutre de la ciudad (por supuesto, el paraíso si lo comparas con otros barrios de Managua o San Salvador).
Pedro, mi anfitrión, es un joven estudiante de medicina de la universidad pública de Costa Rica (la más importante del país). Desde el minuto uno ha habido un feeling especial (como no podía ser de otra manera). Por cierto, por comentarlo, es el primer anfitrión de CS que no es homosexual... más bien es un auténtico casanova.
Vive a las afueras de la ciudad, en el barrio de Guadalupe. Antes de ir para allá me enseña en coche las partes más representativas de la San José.
Una vez dejada la mochila nos vamos a tomar algo con otra estudiante de medicina que conoce. A lo tonto se nos dan las 2 de la madrugada.
Domingo 13 de Septiembre
En verdad que no tengo plan alguno para San José, salvo agarrar el vuelo a Bilbao. Así que el día siguiente duermo como un bendito hasta las 10:00 y decidimos acercarnos al Parque Nacional del volcán Poás, a una hora de la capital.
Como en otros sitios de CentroAmérica nos toman por Euros con patas y pagamos ocho (8) veces más que los locales. Eso que lo hemos intentado... el pasar los dos como locales, se entiende. Pero muy sutilmente nos han dicho que les mostráramos las cédulas... en mi caso la tarjeta mastercard para que me cobren los 15$ de rigor
Lo bueno que tiene este volcán, más allá del inmenso cráter y del lago azul sulfuroso que se haya en la base del mismo, es que se puede acceder directamente en coche. Teniendo que recorrer sólo 700 metros a pie.
También hay un pequeño sendero que se recorre en escasos 30'.
Desde allí nos hemos bajado a un restaurante típico que Pedro conocía, en la propia carretera del Poas. No recuerdo el nombre, pero no tiene pérdida, porque está señalizado cada menos de un kilómetro con banderolas. Allí he probado el "casado". Vamos, lo de siempre... frijoles, arroz, plátano frito, picadillo de ayote y a elegir entre bistec o carne en salsa. Ciertamente, estoy en disposición de afirmar que la cocina costarricense no es especialmente original ni variada.
A la tarde nos hemos acercado a la capital otra vez, donde Pedro tenía una pequeña prueba para un corto de un amigo. Ha sido curioso.
Hemos aprovechado para cenar con este otro amigo chifrijo. Sí, has acertado... chicharrón y frijoles, de ahí el nombre. Vamos, más de lo mismo.
A la noche, Pedro me ha acercado a un hotel-zulo (8'5€/noche habitación individual), que estaba a una cuadra de la terminal de autobuses que pasan por el aeropuerto. Desde su casa el taxi me hubiera costado unos 50€, mientras que el autobús te lleva por 1'10€ y en media hora. Yo tenía que agarrar el primero en salir, a las 4:30 am, ya que mi vuelo sale finalmente (me lo habían cambiado) a las 6:30 desde San José.
Sin problemas, puntual, ha salido y llegado a Houston, desde donde estoy escribiendo esto, ya que tengo una escala de 4 horas. Esta vez sí he tenido que sacar la maleta y volver a facturarla, a diferencia del vuelo de ida en el mismo aeropuerto.
Espero que mi vuelo a Frankfurt se haga liviano y desde allí (mañana ya) vuele a Bilbao, que ya toca trabajar.
Así que, sin más, un saludo a los que me habéis seguido en mis dos diarios de este verano.
Si llegar desde Nicaragua a Monteverde es realmente lioso, desde aquí desplazarse a la capital no tiene problema. Se tarda unas cuatro horas (5€) y se puede hacer a diario a las 6:30 y a las 14:30. Yo lo he hecho a las 14:30 por petición expresa de mi host de CouchSurfing en San José, Pedro.
El autobús llega con un adelanto de unos 20' (es sábado por la tarde y se nota) a la nueva terminal 3·10 de San José. Está ubicada en un Centro Comercial de reciente apertura (menos de un mes). Se agradece, porque está en una zona un tanto cutre de la ciudad (por supuesto, el paraíso si lo comparas con otros barrios de Managua o San Salvador).
Pedro, mi anfitrión, es un joven estudiante de medicina de la universidad pública de Costa Rica (la más importante del país). Desde el minuto uno ha habido un feeling especial (como no podía ser de otra manera). Por cierto, por comentarlo, es el primer anfitrión de CS que no es homosexual... más bien es un auténtico casanova.
Vive a las afueras de la ciudad, en el barrio de Guadalupe. Antes de ir para allá me enseña en coche las partes más representativas de la San José.
Una vez dejada la mochila nos vamos a tomar algo con otra estudiante de medicina que conoce. A lo tonto se nos dan las 2 de la madrugada.
Domingo 13 de Septiembre
En verdad que no tengo plan alguno para San José, salvo agarrar el vuelo a Bilbao. Así que el día siguiente duermo como un bendito hasta las 10:00 y decidimos acercarnos al Parque Nacional del volcán Poás, a una hora de la capital.
Como en otros sitios de CentroAmérica nos toman por Euros con patas y pagamos ocho (8) veces más que los locales. Eso que lo hemos intentado... el pasar los dos como locales, se entiende. Pero muy sutilmente nos han dicho que les mostráramos las cédulas... en mi caso la tarjeta mastercard para que me cobren los 15$ de rigor
Lo bueno que tiene este volcán, más allá del inmenso cráter y del lago azul sulfuroso que se haya en la base del mismo, es que se puede acceder directamente en coche. Teniendo que recorrer sólo 700 metros a pie.
También hay un pequeño sendero que se recorre en escasos 30'.
Desde allí nos hemos bajado a un restaurante típico que Pedro conocía, en la propia carretera del Poas. No recuerdo el nombre, pero no tiene pérdida, porque está señalizado cada menos de un kilómetro con banderolas. Allí he probado el "casado". Vamos, lo de siempre... frijoles, arroz, plátano frito, picadillo de ayote y a elegir entre bistec o carne en salsa. Ciertamente, estoy en disposición de afirmar que la cocina costarricense no es especialmente original ni variada.
A la tarde nos hemos acercado a la capital otra vez, donde Pedro tenía una pequeña prueba para un corto de un amigo. Ha sido curioso.
Hemos aprovechado para cenar con este otro amigo chifrijo. Sí, has acertado... chicharrón y frijoles, de ahí el nombre. Vamos, más de lo mismo.
A la noche, Pedro me ha acercado a un hotel-zulo (8'5€/noche habitación individual), que estaba a una cuadra de la terminal de autobuses que pasan por el aeropuerto. Desde su casa el taxi me hubiera costado unos 50€, mientras que el autobús te lleva por 1'10€ y en media hora. Yo tenía que agarrar el primero en salir, a las 4:30 am, ya que mi vuelo sale finalmente (me lo habían cambiado) a las 6:30 desde San José.
Sin problemas, puntual, ha salido y llegado a Houston, desde donde estoy escribiendo esto, ya que tengo una escala de 4 horas. Esta vez sí he tenido que sacar la maleta y volver a facturarla, a diferencia del vuelo de ida en el mismo aeropuerto.
Espero que mi vuelo a Frankfurt se haga liviano y desde allí (mañana ya) vuele a Bilbao, que ya toca trabajar.
Así que, sin más, un saludo a los que me habéis seguido en mis dos diarios de este verano.