El lago de Atitlan cuenta con muchos pueblos donde alojarse. De hecho, la gente del trekking ha elegido gran variedad de ellos.
A pesar de haber recibido una confirmación de CouchSurfing para San Lucas, he optado por reservar una noche en San Pedro, en el hotel Mikazu. La noche en dormitorio de 6 literas sale por 60Q. Se encuentra a la orilla del lago, pero al otro lado de la zona más ruidosa del pueblo. La habitación es espartana, pero con baño propio. Sin embargo el hostel está muy, pero que muy, bien. Cuenta con tres pisos. En el último hay un restaurante y terraza donde contemplar unas vistas muy bonitas del lago y las montañas; cuenta también con hamacas, bar propio (nada caro, refresco 10Q) y dos jacuzzis de diferente temperatura. Sí, todo eso, por unos 7€ la noche.
San Pedro es un pueblo relativamente pequeño, pero bullicioso. De hecho, destaca por ser el más juerguista del lago. Tiene dos zonas claramente diferenciadas: la que da al lago, bastante concurrida, con todo tipo de servicios hosteleros (bares, restaurantes, puestos callejeros, lavanderías, agencias de viajes a todos los puntos imaginables de Guatemala...). Ésta zona, muy turística, se va diluyendo a medida que te alejas del embarcadero destino Panajachel y San Marcos, hacia el embarcadero destino Santiago (donde me alojo). La otra parte de la ciudad es la que está en la falda del volcán San Pedro. Es una zona en la que apenas verás turistas. Sobre todo hay gente autóctona, con sus vestidos tan vistosos. También cuenta con un montón de servicios, además del mercado, una plaza central muy chula y la parada de autobuses que van a Guate y a Xela.
Después de tomar una ducha y descansar un buen rato en la terraza del tejado, me acerco a la zona turística a merendar algo (aquí también se cena pronto, sobre las 19:30).
En el camino me he cruzado con las chicas israelíes (salom) y con la pareja alemana (Michel y Julia). Bueno, más bien me han visto ellos y me han llamado a gritos (llevaba cascos). Son encantadores (ya lo habían sido en el trekking; de hecho Julia enseña español, lo que ha facilitado la comunicación).
Como estaban buscando algún sitio para cenar, nos hemos ido juntos. En Guatemala, a diferencia de El Salvador, no es fácil encontrar cocina autóctona. Es parecida a la salvadoreña, pero sobre todo, está muy influenciada por la mexicana. Hemos acabado en un bar-restaurante junto al lago, poco concurrido, donde las camareras tenían que poner una denuncia por obligarles a llevar semejantes atuendos. Un bikini tapa más. Allí hemos estado casi dos horas (tampoco es que tengan mucha prisa en cocina) charlando de todo tan a gustito.
Se alojan relativamente cerca de mi albergue, así que vamos juntos. No obstante, cuando les dejo, no puedo aguantarme y me voy a comprar un licuado de frutas con leche (5Q), lo que podría ser mi bebida nacional de este viaje, de tantos y tantos que me estoy tomando.
Viernes 14 de Agosto
He dormido como un niño pequeño, otra vez. Hoy es el día que tenía pensado acercarme a Santiago, donde me quedaría a dormir. Sin embargo, ayer a la noche, en el hostel, estuve buscando habitación en Santiago y no encontré NADA por debajo de los 20€ (ya es que me he acostumbrado a los precios de CentroAmérica y hasta eso me parece demasiado caro). Por lo que pedí otra noche en el albergue donde me alojo. Pero es finde, y están completos. Por suerte, me dejan dormir en la habitación del gerente (50Q)
El embarcadero de los botes a Santiago está al lado del hotel y viene a haber uno cada hora
Cojo el barquito a motor de las 8:15. Bueno, en realidad lo cojo, por los pelos, a las 8:22. Menos mal que aquí la puntualidad no es condición natural. El hecho es que a las 7:00 he salido del hostel a dejar la ropa en una lavandería (30Q) y de paso a desayunar como Dios manda. Granola con miel, un montón de fruta riquísima, café con leche, licuado espectacular... Con lo que no contaba es con la tranquilidad con que andan por aquí... casi una hora he tardado en desayunar (y a todo correr).
Santiago es un pueblo con menos turistas que San Pedro, pero cuenta con un mercado los viernes que es una delicia. De hecho, ahora puedo decir que NO voy a acercarme finalmente al de Chichicastenango (orientado al turista exclusivamente). Como consejo, id prontito. Las nueve es buena hora para estar allí, pero a las 13:00 ya no queda casi nadie.
Para llegar al mercado, se sube por la calle principal una vez llegas al muelle. No tiene pérdida, pues está llena de tiendas turísticas (éstas siguen abiertas todo el día), donde la gente local vende sobre todo telas, bolsos y bisutería artesanal. Algo ha caído para mis sobrinitas y para mi exmujer. Eso no es el mercado, sigue subiendo unos cinco minutos más y a mano izquierda verás calles abarrotadas de gente (mayormente mujeres) vestidas con colores chillones y preciosos. No me canso de contemplarlo, si bien no me atrevo a hacer fotos de manera directa por respeto
En el mercado predominan los productos agrícolas, pero también tendrás remedios para curar todo lo imaginable y más, productos de limpieza, de aseo, gallinas vivas,... Cuesta andar de tanta gente como hay, pero es de los mejores recuerdos que te puedes llevar de Guatemala. Es simplemente una delicia. Además, no hay turistas (a esa hora sólo he visto a una pareja entre los cientos y cientos de paseantes del mercado. Recomendable, no, absolutamente imprescindible.
En Santiago hay varias atracciones turísticas. Una de ellas es el maximon (también lo hay en otras zonas de guatemala). Un muñeco de santería que custodian anualmente en una casa, siendo ésta rotada cada año. Cuando llegas al muelle, te asaltarán chiquillos para llevarte, pues no sabes dónde se encuentra. En mi caso, prefería ir al mercado, asi que pasé.
Santiago sufrió, como tantas partes del país, la guerra civil. En este caso, en las proximidades a la ciudad (tal vez esto fuese lo más novedoso) se produjo una masacre de indígenas hacia 1990 por parte de paramilitares ultraconservadores. El barrio de CARACAJ, está situado a unos 30 minutos andando del centro, fue el lugar elegido. Hoy en día, allí mismo, se ha levantado un parque de la paz conmemorativo.
Aunque fui andando hasta allí (no está señalizado, hay que ir preguntando) la vuelta al centro la hice en tuktuk (5Q), porque quería que me dejara en donde sale la pickup (5Q, 25 minutos) con destino al Cerro de Oro.
El Cerro de oro es un promontorio entre Santiago y San Lucas. Para llegar a él te bajas en el barrio de Cerro del oro, donde te mirarán y saludarán continuamente, extrañados de ver un turista. En este sentido, tened en cuenta que el idioma no coincide con el de otras regiones del país. Desde este barrio se retrocede por el camino durante unos diez minutos y se sube por una zona muy escarpada llena de cafetales. Si no preguntáis, no vais a saber llegar, pues no está señalizado. La ascensión es corta pero muy intensa. El camino os llevará (con suerte) hasta una gran roca, donde parece que desaparece. Ten paciencia y sigue por su derecha unos cinco minutos más. Llegarás a la cima. Ésta se encuentra poblada de árboles que dificultan un poco la típica foto de postal, pero permite ver una perspectiva muy bella del lago. En el camino, igual ves un mirador, a menos altura, pero con unas vistas más amplias y sin nada delante.
Ya hacia las 13:00 me bajo otra vez a Santiago en Pick up y compruebo que del mercado casi no queda nada. Me paso casi tres cuartos de hora buscando un bar que den deporte por TV, ya que hoy se juega el primer partido de la Supercopa (Athletic-Barça) a las 14:00 hora local. Tengo que desistir y cojo el barco de las 14:15 a San Pedro. Cuando llego, por whatsapp, me entero que vamos ganando 1-0 Hostias, no jodas! Por una vez que no nos mete el barça una goleada...
Por fin, en San Pedro, encuentro un pub donde me ponen el partido. Allí, en una terraza toda para mí, con una pantalla gigante voy disfrutando de mi enésimo licuado (1€, qué caro), ojiplático y casi ronco cuando termina el partido 4-0. Creo que el 14 de agosto será una fecha para recordar por años y años...
Me vuelvo al hotel a descansar en la terracita, contemplando las vistas (del lago, mal pensados). Hasta que se va el sol
Es la hora de seguir comiendo Hoy toca parrilla y, por supuesto, otro licuado de piña y leche.
Sábado 15 de Agosto
Me ha tocado dormir en recepción, en la habitación del gerente. Por supuesto, lo he hecho como un niño, para variar.
Como no me fiaba del horario de autobuses que ayer me dijeron, he subido hacia las 9:45 a consultar el horario final. Así me han dicho que el último bus a Xela es a las 12:00, no a las 14:00. Vaya, cambio de planes.
Hoy sábado hay una promoción el el hostel por la que entre las 9:30 y las 14:00 puedes comer todo lo que quieras por 40Q. Evidentemente, se lo van a pensar para la próxima vez. No creo que sea capaz de enumerar todo lo que he comido: papaya, piña, sandía, dos perolos de granola con yogourt, salchichas, creppes con mermelada y mantequilla, plátanos fritos,... y repitiendo. Con la excusa del portátil he estado 1hora y cuarto aproximadamente.
Seguido he ido a la estación de buses, donde ya estaba el de las 12:00. Eso sí, no iba a Xela, sino a Guate. Y me han dicho que sí sale otro directo a las 14:00. Como no me fío una mierda de lo que me digan, esto es un caos, no me he arriesgado y he tomado el bus a Guate, haciendo parada en el km148 (15Q, 1 hora). Es un nudo de comunicaciones. En diez minutos han pasado dos buses a Xela (15Q, 1'5 horas). Al menos esta vez el conductor no era tan kamikaze como hace cinco días.