Nos levantamos hacia las 9 y cuarto para disfrutar del desayuno gratuito del hostel, que acaba a las 10. Es suficiente para afrontar el día con fuerza. Después de comprar en el super de al lado el hotel (abre también los domingos) y asaltar una tienda de souvenirs para comprar diversas pijadas para familia y amigos nos dirigimos al Hrad (Castillo), justo encima del hostel. Este castillo se empezó a construir en el siglo X y lleva más de un milenio dominando y controlando la ciudad y los territorios circundantes (desde su ubicación se ven Austria y Hungría); tiene 4 torres que son el símbolo de la ciudad. Una de ellas es un poco más alta que el resto, la Torre de la Corona, donde se guardaba el tesoro de la corona húngara entre los siglos XIII y XV.
El castillo es precioso e imponente, y al estar justo encima de la ciudad da una sensación de seguridad muy fuerte.
Hacemos caso al consejo de la guía y decidimos no entrar al interior, que acoge el Museo Nacional de Eslovaquia (sin mucho interés según ella) y nos quedamos un buen rato en los jardines que tiene delante. La Torre de la Corona es la que se ve a la izquierda en la foto.
Las vistas de la ciudad son buenas, sin llegar a ser las de Slavín claro. Está encima del Danubio, uno de los ríos más bonitos del mundo al recorrer ciudades e la talla de Viena, Bratislava, Budapest o Belgrado. Al fondo en la primera foto podemos ver ya Austria.
Frente a la entrada principal del castillo tenemos una estatua ecuestre de Svátopluk (846-894), quien pasó de ser Gobernador del Principado de Nitra al segundo rey de la Gran Moravia (un pequeño imperio medieval que aunaba Chequia, Eslovaquia, Hungría, todo el Sur de Polonia y el Norte de Croacia y partes de Alemania, Austria, Serbia y Ucrania y que desapareció en el siglo X con la llegada de los magiares) Él fue quien inició la construcción de este castillo como una pequeña fortaleza que sería ampliada el siglo siguiente ya como castillo y que ahora es el emblema de la ciudad.
Seguimos por delante del castillo para ir a los jardines, y aquí llegó la anécdota del viaje. Nos estábamos haciendo fotos y demás (como buenos españoles a voces) y pasó un grupo de jubilados, una de ellas se paró y nos preguntó que de donde éramos (eran de Alicante), cuando un amigo le dijo que de Córdoba la señora empezó a cantar una saeta y a (intentar) bailar flamenco mientras intentaba que la siguiéramos con palmas y al acabar dijo olé y se fue sin más. Flipamos, nos tiramos riendo un buen rato después de que se fueran a visitar el castillo.
A la derecha del castillo se abren unos preciosos y tranquilos jardines, con una entrada preciosa que nos invita a cruzarla (son los que nos recomendó la guía del Free Tour)
Están justo encima del centro y las vistas son increíbles, con la catedral en primer término y los tejados de las calles más céntricas detrás.
Y tras esto nos separamos, es ya casi la 1 y un amigo y yo nos vamos al fútbol, los otros 3 compañeros van a ver el parque de la ciudad y a echar el rato por el Danubio. Nos cogemos el tranvía 4 hasta Popus City Center y entramos como media hora antes al Pasienky Stadion, el estadio del Slovan Bratislava. No es muy grande (puede acoger a 13.000 espectadores pero por ser superabierto con pista de atletismo.
Y es superraro, no tiene absolutamente nada de ambiente, unos 15 niños ocupan la esquina de los ultras y cantan de vez en cuando y los ultras son los empleados de seguridad del club (suena raro, pero es así, las pintas que tenían les delataban) Nada que ver con lo que vemos por la tele de fútbol del Este, ni en Hungría (ya estuve en un partido) ni aquí en Eslovaquia. Creo que por Croacia y Serbia la cosa es totalmente diferente, habrá que intentar catarlo... Pero bueno, el partido estuvo bien, el Slovan Bratislava recibía al líder (Trencin) y por 6€ disfrutamos un partido vibrante, con muchas ocasiones y que acabó 0-0 por la mala puntería de los delanteros.
Salimos a las 4, y tras una parada técnica en el centro comercial de al lado a llevarnos algún recuerdo de la tienda del equipo cogimos el 4 al centro para tratar de ir al Castillo de Devin, y es que nuestros amigos nos dijeron que el parque no tenía nada y que seguramente se acercaran. Pero en el centro había una marcha antiaborto y el tranvía se desvió, avisaron, pero en eslovaco claro. Así acabamos en la estación de tren y tras unos momentos de desconcierto nos subimos a otro tranvía que debía ir en otra dirección, había chavales dentro y uno se acercó a decirnos que eran amigos del conductor y que iba a estar media hora parado por la marcha, que tomáramos el bus 93 al centro. Entre pitos y flautas nos dieron las 5 y algo cuando llegamos al centro y decidimos ir a descansar a los sofás del hostel, donde vi ganar a mi Sporting en Coruña mientras mi amigo se echaba una cabezadita.
Y de ahí a la estación de autobuses, la salida estaba programada a las 19:45 y estábamos media hora antes ahí, el bus llegó un cuarto de hora tarde y tardaron 20' en meternos (lo hacen eterno, son estúpidos en este sentido) para estar otros 20 metidos en el bus esperando no sé qué, que también tuvimos que esperar justo en la frontera con Hungría. Conclusión hora y pico tarde sin ninguna explicación y casi perdemos el último metro para volver a casa, pero bueno, al final quedó todo en nada y fue un buen finde conociendo una preciosa ciudad.
		El castillo es precioso e imponente, y al estar justo encima de la ciudad da una sensación de seguridad muy fuerte.


Hacemos caso al consejo de la guía y decidimos no entrar al interior, que acoge el Museo Nacional de Eslovaquia (sin mucho interés según ella) y nos quedamos un buen rato en los jardines que tiene delante. La Torre de la Corona es la que se ve a la izquierda en la foto.

Las vistas de la ciudad son buenas, sin llegar a ser las de Slavín claro. Está encima del Danubio, uno de los ríos más bonitos del mundo al recorrer ciudades e la talla de Viena, Bratislava, Budapest o Belgrado. Al fondo en la primera foto podemos ver ya Austria.


Frente a la entrada principal del castillo tenemos una estatua ecuestre de Svátopluk (846-894), quien pasó de ser Gobernador del Principado de Nitra al segundo rey de la Gran Moravia (un pequeño imperio medieval que aunaba Chequia, Eslovaquia, Hungría, todo el Sur de Polonia y el Norte de Croacia y partes de Alemania, Austria, Serbia y Ucrania y que desapareció en el siglo X con la llegada de los magiares) Él fue quien inició la construcción de este castillo como una pequeña fortaleza que sería ampliada el siglo siguiente ya como castillo y que ahora es el emblema de la ciudad.

Seguimos por delante del castillo para ir a los jardines, y aquí llegó la anécdota del viaje. Nos estábamos haciendo fotos y demás (como buenos españoles a voces) y pasó un grupo de jubilados, una de ellas se paró y nos preguntó que de donde éramos (eran de Alicante), cuando un amigo le dijo que de Córdoba la señora empezó a cantar una saeta y a (intentar) bailar flamenco mientras intentaba que la siguiéramos con palmas y al acabar dijo olé y se fue sin más. Flipamos, nos tiramos riendo un buen rato después de que se fueran a visitar el castillo.

A la derecha del castillo se abren unos preciosos y tranquilos jardines, con una entrada preciosa que nos invita a cruzarla (son los que nos recomendó la guía del Free Tour)

Están justo encima del centro y las vistas son increíbles, con la catedral en primer término y los tejados de las calles más céntricas detrás.

Y tras esto nos separamos, es ya casi la 1 y un amigo y yo nos vamos al fútbol, los otros 3 compañeros van a ver el parque de la ciudad y a echar el rato por el Danubio. Nos cogemos el tranvía 4 hasta Popus City Center y entramos como media hora antes al Pasienky Stadion, el estadio del Slovan Bratislava. No es muy grande (puede acoger a 13.000 espectadores pero por ser superabierto con pista de atletismo.


Y es superraro, no tiene absolutamente nada de ambiente, unos 15 niños ocupan la esquina de los ultras y cantan de vez en cuando y los ultras son los empleados de seguridad del club (suena raro, pero es así, las pintas que tenían les delataban) Nada que ver con lo que vemos por la tele de fútbol del Este, ni en Hungría (ya estuve en un partido) ni aquí en Eslovaquia. Creo que por Croacia y Serbia la cosa es totalmente diferente, habrá que intentar catarlo... Pero bueno, el partido estuvo bien, el Slovan Bratislava recibía al líder (Trencin) y por 6€ disfrutamos un partido vibrante, con muchas ocasiones y que acabó 0-0 por la mala puntería de los delanteros.

Salimos a las 4, y tras una parada técnica en el centro comercial de al lado a llevarnos algún recuerdo de la tienda del equipo cogimos el 4 al centro para tratar de ir al Castillo de Devin, y es que nuestros amigos nos dijeron que el parque no tenía nada y que seguramente se acercaran. Pero en el centro había una marcha antiaborto y el tranvía se desvió, avisaron, pero en eslovaco claro. Así acabamos en la estación de tren y tras unos momentos de desconcierto nos subimos a otro tranvía que debía ir en otra dirección, había chavales dentro y uno se acercó a decirnos que eran amigos del conductor y que iba a estar media hora parado por la marcha, que tomáramos el bus 93 al centro. Entre pitos y flautas nos dieron las 5 y algo cuando llegamos al centro y decidimos ir a descansar a los sofás del hostel, donde vi ganar a mi Sporting en Coruña mientras mi amigo se echaba una cabezadita.
Y de ahí a la estación de autobuses, la salida estaba programada a las 19:45 y estábamos media hora antes ahí, el bus llegó un cuarto de hora tarde y tardaron 20' en meternos (lo hacen eterno, son estúpidos en este sentido) para estar otros 20 metidos en el bus esperando no sé qué, que también tuvimos que esperar justo en la frontera con Hungría. Conclusión hora y pico tarde sin ninguna explicación y casi perdemos el último metro para volver a casa, pero bueno, al final quedó todo en nada y fue un buen finde conociendo una preciosa ciudad.