Este dia queriamos ir a bañarnos a las playas de Baska y Stara Baska pero el día, por el viento, no invitaba mucho al baño. Hacía un sol estupendo así que decidimos ver el pueblo de Baska. Baska es un pueblo turístico con una gran playa y un puerto de unas dimensiones también razonables para una pequeña localidad. El pueblo en si, como digo es eminentemente turístico con callejuelas, tiendas y gran oferta gastronómica. Aquí también te cuesta el parking antes de entrar en el pueblo 7 kunas la hora. En Baska se encuentra en lo alto de una montaña la ermita donde se halló la primera piedra con escritura glagolítica que se convierte en un lugar de peregrinación de la zona. No llegamos a subir aunque imagino que las vistas del litoral deben ser espectaculares.

Nuestra próxima parada era Stara Baska, y viendo que había bajado la intensidad del viento y el mar ya no estaba tan picado aparcamos el coche en la cuneta de la carretera donde vemos otras decenas de coches imaginando que bajando por el monte nos encontraremos con una cala. Efectivamente, accedimos a una hermosa cala de guijarros con agua cristalina y varias decenas de bañistas. Bañito y comida de bocata y para arriba. Comprobamos que al lado había otra cala y la vista de la variedad de colores azulados del mar es preciosa. Apuntar que justo antes de entrar a Stara Baska hay un camping enorme que seguramente tenga acceso a varias playas.

De aquí nos dirigimos a ver Vrbnik. Otro pueblo que nos gustó mucho, con un encanto especial y con la historia de los monumentos del pueblo ilustrada en placas en cada uno de ellos, cosa que hemos echado de menos en varios pueblos y ciudades croatas. Vrbnik también se encuentra en una especie de montículo que hace que desde las playas aledañas se divise la torre que domina todas las vistas. En este pueblo podrás encontrar varías inscripciones en escritura glagolítica y también podrás pasar por su calle más estrecha que en su tramo más pequeño no llega a los 50 cm. Vrbnik es un pueblo con una gran tradición vinicola y eso se nota en la gran oferta existente entre tiendas y bodegas.
Visto Vrbnik nos dirijimos a la capital con los colores del atardecer sobre nosotros. Queriamos entrar en la catedral pero estaba cerrada y es que tienen unos horarios un tanto complicados para los turistas.
Decidimos hacer la visita del castillo Frankopanski que si no recuerdo mal nos costó unos 2 o 3 euros al cambio. No tiene gran cosa la visita al castillo excepto el subir por la muralla y la torre de la misma para ver la ciudad y el puerto, y si es al atardecer mucho mejor. Cenita de dos doradas, ensalada y agua 225 kunas.