Nuestro vuelo a Krabi sale a las 11:00 de la mañana del aeropuerto de Don Mueang, como aquí nunca se sabe lo que puede pasar con el tráfico reservamos un taxi con el hotel por 550THB para las 7:30. Hicimos bien en ir con tiempo, pues nos pilló un atasco de los gordos, estuvimos unos 30 minutos en la misma calle casi sin movernos, por lo visto estábamos cerca de uno de los edificios más importantes del gobierno y la policía cortaba la calle para dejar pasar a los trabajadores que a esa hora entraban y salían de su jornada laboral. Todo esto nos lo contó nuestro taxista, el tío hablaba inglés muy bien y era un cachondo. El tiempo que estuvimos en el atasco no paramos de reírnos. Entre risa y risa también soltó alguna perla sobre el poder que tenía la monarquía en el país y la corrupción que había en la policía. Nos estuvo enseñando una tarjeta que él llevaba siempre encima con el nombre de un conocido que era un alto cargo de la policía, por si tenía algún problema que lo dejaran marchar rápido.
Llegamos al aeropuerto sobre las 9:15, volamos con Thai Lion Air con la que tuvimos una media hora de retraso, cosa de la que ninguna aerolínea se salva. Cuando llegamos al aeropuerto de krabi teníamos dos opciones para llegar a la ciudad, autobús o taxi. El taxi costaba 350THB y el autobús 90THB por persona, nos dijeron que nos dejaba en nuestra guesthouse, así que tomamos el autobús. Era gracioso porque desde el autobús uno no podía ver al conductor, ya que iba rodeado de maletas por todos lados, como para pegar un frenazo.
Tras unos 20 minutos de viaje llegamos a Krabi town, el autobús paró en una garaje/estación en el que todos los pasajeros descendimos, a partir de aquí dependiendo de cual fuera tu destino continuabas el viaje en camioneta, furgoneta o tuk tuk, todo esto estaba incluido en el precio que pagabas por el ticket en el aeropuerto. A nosotros nos llevaron en un tuk tuk a nuestra guest house que estaba a un par de kilómetros del garaje/estación. Finalmente el traslado nos llevó una hora hasta el Sweet Home guest house pero fue más barato que el taxi y mucho más divertido.
Dejamos las mochilas en nuestra habitación y preguntamos en la pequeña recepción cómo podíamos ir a visitar el Tiger Temple, entre el retraso del avión más la hora del traslado en autobús eran ya casi las 15:30 y no queríamos perder más tiempo. Cerca de la zona del City Market salían unas camionetas rojas que te llevan por 50THB por persona al templo, así que eso fue lo que hicimos.
En menos de 5 minutos se llenó la camioneta, y en una media hora nos dejaron a las puertas del Templo del Tigre. El templo está abajo, antes de comenzar la subida, y se veía muy bonito, pero no entramos en su interior.
Tras un paseo por los edificios que veíamos nos pusimos a subir los 1237 escalones que te llevan a la cima de una de las montañas para contemplar las vistas desde lo alto, junto al gran buda. Por el camino hay que tener cuidado con los monos que intentarán robarte todo lo que tengas en la mochila, hasta la botellita de agua que llevas en la mano te la quieren quitar.
Cuando volvimos de regreso de las escaleras comenzamos a buscar las camionetas rojas para regresar pero sólo encontramos moto-taxis que nos llevaban a krabi town por el mismo precio, eso sí, de tres en una moto. Yo me moría de ganas por subirme, pero a Vanesa la idea no le gustaba ni un pelo, por lo que comenzamos a caminar cuesta abajo por la carretera a ver si encontrábamos a alguien que nos acercase a la ciudad. Cuando ya se terminó la cuesta llevaríamos andado un kilómetro más o menos, entonces vimos una camioneta del estilo de la que nos había subido al templo aparcada en la puerta de una casa, nos paramos junto a la camioneta y al momento se acercó el dueño a nosotros y nos dijo que nos llevaba a Krabi por 150THB, nos pareció un precio justo ya que el hombre tendría que hacer el camino de vuelta a su casa sin pasajeros así que aceptamos sin dudarlo.
Por la noche nos fuimos a contratar alguna excursión para visitar algunas islas y playas al día siguiente, ya que Krabi está muy cerca del mar pero no tiene playa. Reservamos una excursión en long-tail a las 5 islas, de entrada la excursión costaba 1500THB por persona, tras una breve negociación el precio se quedó en 800THB por persona con la comida incluida y recogida en la puerta de nuestra guesthouse.
Paseando por el río llegamos a la zona del Night Market, nos quedamos sorprendidos porque la comida tenía mucha mejor pinta que en Bangkok y los precios estaban igual o hasta más bajos.
Nos pegamos un buen lote de comer, satay de pollo, rollitos de primavera, langostinos a la barbacoa, arroz con pollo y una cerveza grande para compartir y un par de crepes de nutella como postre fue nuestra cena, todo esto nos costó 325THB, hay que decir a nuestro favor que prácticamente no habíamos comido nada en todo el día.
Llegamos al aeropuerto sobre las 9:15, volamos con Thai Lion Air con la que tuvimos una media hora de retraso, cosa de la que ninguna aerolínea se salva. Cuando llegamos al aeropuerto de krabi teníamos dos opciones para llegar a la ciudad, autobús o taxi. El taxi costaba 350THB y el autobús 90THB por persona, nos dijeron que nos dejaba en nuestra guesthouse, así que tomamos el autobús. Era gracioso porque desde el autobús uno no podía ver al conductor, ya que iba rodeado de maletas por todos lados, como para pegar un frenazo.
Tras unos 20 minutos de viaje llegamos a Krabi town, el autobús paró en una garaje/estación en el que todos los pasajeros descendimos, a partir de aquí dependiendo de cual fuera tu destino continuabas el viaje en camioneta, furgoneta o tuk tuk, todo esto estaba incluido en el precio que pagabas por el ticket en el aeropuerto. A nosotros nos llevaron en un tuk tuk a nuestra guest house que estaba a un par de kilómetros del garaje/estación. Finalmente el traslado nos llevó una hora hasta el Sweet Home guest house pero fue más barato que el taxi y mucho más divertido.
Dejamos las mochilas en nuestra habitación y preguntamos en la pequeña recepción cómo podíamos ir a visitar el Tiger Temple, entre el retraso del avión más la hora del traslado en autobús eran ya casi las 15:30 y no queríamos perder más tiempo. Cerca de la zona del City Market salían unas camionetas rojas que te llevan por 50THB por persona al templo, así que eso fue lo que hicimos.
En menos de 5 minutos se llenó la camioneta, y en una media hora nos dejaron a las puertas del Templo del Tigre. El templo está abajo, antes de comenzar la subida, y se veía muy bonito, pero no entramos en su interior.
Tras un paseo por los edificios que veíamos nos pusimos a subir los 1237 escalones que te llevan a la cima de una de las montañas para contemplar las vistas desde lo alto, junto al gran buda. Por el camino hay que tener cuidado con los monos que intentarán robarte todo lo que tengas en la mochila, hasta la botellita de agua que llevas en la mano te la quieren quitar.
Cuando volvimos de regreso de las escaleras comenzamos a buscar las camionetas rojas para regresar pero sólo encontramos moto-taxis que nos llevaban a krabi town por el mismo precio, eso sí, de tres en una moto. Yo me moría de ganas por subirme, pero a Vanesa la idea no le gustaba ni un pelo, por lo que comenzamos a caminar cuesta abajo por la carretera a ver si encontrábamos a alguien que nos acercase a la ciudad. Cuando ya se terminó la cuesta llevaríamos andado un kilómetro más o menos, entonces vimos una camioneta del estilo de la que nos había subido al templo aparcada en la puerta de una casa, nos paramos junto a la camioneta y al momento se acercó el dueño a nosotros y nos dijo que nos llevaba a Krabi por 150THB, nos pareció un precio justo ya que el hombre tendría que hacer el camino de vuelta a su casa sin pasajeros así que aceptamos sin dudarlo.
Por la noche nos fuimos a contratar alguna excursión para visitar algunas islas y playas al día siguiente, ya que Krabi está muy cerca del mar pero no tiene playa. Reservamos una excursión en long-tail a las 5 islas, de entrada la excursión costaba 1500THB por persona, tras una breve negociación el precio se quedó en 800THB por persona con la comida incluida y recogida en la puerta de nuestra guesthouse.
Paseando por el río llegamos a la zona del Night Market, nos quedamos sorprendidos porque la comida tenía mucha mejor pinta que en Bangkok y los precios estaban igual o hasta más bajos.
Nos pegamos un buen lote de comer, satay de pollo, rollitos de primavera, langostinos a la barbacoa, arroz con pollo y una cerveza grande para compartir y un par de crepes de nutella como postre fue nuestra cena, todo esto nos costó 325THB, hay que decir a nuestro favor que prácticamente no habíamos comido nada en todo el día.