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Cuarto día de nuestro viaje por tierras madrileñas. En el día de hoy, visitaríamos el estadio Santiago Bernabéu por la mañana. Por la tarde, conoceríamos el Barrio de las Letras, Huertas, recorreríamos la Gran Vía y acabaríamos el día en el Templo de Debod.
Para poder llegar al estadio Santiago Bernabéu, tomamos el metro, bajándonos en la parada del mismo nombre.
Para comprar la entrada había un poco de cola, por lo que no nos quedo más remedio que esperarla. Las entradas se adquieren en la ventanilla 10 (junto a la puerta 7). Tienen un precio de 19€ por persona adulta.
El estadio Santiago Bernabéu es el estadio del Real Madrid, un templo consagrado para inolvidables noches de futbol. Tiene un aforo de 81 044 espectadores.
El recorrido empieza desde las gradas, desde donde se tiene una vista completa de todo el estadio.
Tras hacernos unas cuantas fotos, continuamos el tour por la sala de trofeos, donde se exponen todos los títulos ganados por el club madrileño.
También cuenta con imágenes, camisetas, videos relacionados con el club.
En esta misma sala sobresalen las 10 Champions League.
Entre los trofeos expuestos por el Real Madrid, destaca un Teresa Herrera (hay que presumir de mi Depor).
El recorrido continúa por el terreno de juego y por el palco residencial, donde uno se puede sentar en las gradas.
Se accede a los vestuarios de los jugadores, pasando por el túnel, banquillo y zona técnica, donde uno se puede sentir como los propios jugadores sentándote en el banquillo.
La visita sigue por la sala de prensa.
El tour finaliza, como no, en la tienda del Real Madrid. Cuenta con 3 plantas de superficie comercial, y con unos elevados precios: la camiseta de Cristiano Ronaldo vale 101€.
Hacer todo el tour del Bernabéu nos llevaría aproximadamente sobre 3 horas. En modo de resumen, me gustó más el Santiago Bernabéu que el Camp Nou, ya que la visita al estadio del Barça es más limitada, al no permitir conocer determinadas zonas.
Salimos del estadio y tomamos el metro bajándonos en la Puerta de Sol. Como iba siendo hora de comer, fuimos dando un paseo a ver si encontrábamos restaurante. Nos decantamos por el Restaurante Riazor, en las inmediaciones de la Plaza Mayor, en la C/Toledo.
Os dejo mi valoración del restaurante expuesta en Triapdvisor: decidimos comer en este restaurante por su cercanía a la Plaza Mayor, en pleno centro de Madrid. Pedimos el menú (16€), y en principio tenía buena pinta, con un local bastante agradable. La comida resultó ser poco abúndate y el trato de los camareros deficiente, ya que un camarero le quitó un plato de las manos a un comensal mientras estaba terminando de untar la salsa del plato.
Salimos del restaurante y nos dirigimos al Palacio de Santa Cruz. Este edificio barroco albergó la Cárcel de la Villa, donde fueron prisioneros de esta cárcel personajes tan célebres como Francisco de Quevedo, Lope de Vega o el general Riego. Actualmente es la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y por eso no está abierto al público.
Desde la Plaza de Santa Cruz, yendo en dirección norte por la C/del Espartero llegamos de nuevo a la Puerta del Sol. La atravesemos en dirección este situándonos en la Carrera de San Jerónimo.
Paseamos un poco por esta calle, y tras pasar por la Plaza de Canalejas, llegamos al Congreso de los Diputados.
La Cámara Baja española ocupa un edificio de 1850 proyectado por Narciso Pascual y Colomer, el primero de la nueva arquitectura monumental que llenaría Madrid en la segunda mitad del s. XIX y principios del s.XX.
Los dos famosos leones de la entrada fueron fabricados con el bronce de los cañones capturados a los marroquís en una batalla de 1860. Fueron bautizados en memoria de los héroes del 2 de mayo: Daloíz y Velarde.
Enfrente se abre la Plaza de las Cortes, donde se sitúa una estatua a Cervantes.
A partir de ahora, nos adentramos en el barrio de las letras, llamado así por los numerosos escritos que residieron en este barrio. Está delimitado por la Plaza de Santa Ana al oeste, la carrera de San Jerónimo al norte, el paseo del Prado al este y la calle Atocha al sur.
Tomando una de las calles de la Plaza de las Cortes en dirección a la Plaza de Santa Ana, nos encontramos con el ateneo Científico y Artístico de Madrid. Se trata de una sociedad de intelectuales fundada en 1835 con fines didácticos y de estudio científico, que paso por varias sedes hasta ocupar este edificio modernista en 1884. Uno de sus integrantes, Benito Pérez Galdós, lo definió como el “templo intelectual” más importante de Madrid.
Finalmente llegamos a la Plaza de Santa Ana, el corazón del barrio de las Letras. Nació en 1810 durante el reinado de José Bonaparte, para descongestionar uno de los barrios más claustrofóbicos del Madrid de la época. Pronto se convirtió en la vida intelectual de entonces y en sus cafés y se reunían escritores para establecer tertulias literarias.
Los ecos de esta historia sobreviven en las estatuas de Calderón de la Barca y de Federico García Lorca.
Otro ejemplo más de esta labor cultural es el Teatro Español, situado en un lado de la plaza.
Desde la Plaza tomamos la C/Huertas para acercarnos al Convento de las Trinitarias, donde se encuentra enterrado Miguel de Cervantes.
En esta misma calle encontramos pintado en el suelo pequeños trozos de alguno de los autores más importantes de la literatura española: Federico García Lorca, Francisco de Quevedo, Miguel de Cervantes, Jose Zorrilla...
Yendo hacia el norte y después girando a la izquierda llegamos a la Casa-Museo Lope de Vega. En esta convivió durante 25 años el genial dramaturgo barroco, con una amante y cuatro hijos suyos de tres madres distintas. Es una vivienda común a principios del siglo XVII, restaurada en los años cincuenta y ahora destinada como casa-museo.
Desgraciadamente no pudimos visitar la casa-museo; porque la visita solo se puede realizar con reserva de visita guiada. Únicamente pudimos visitar un patio con árboles.
Salimos del museo, y volvimos de nuevo a la Plaza de las Cortes, donde está el Congreso de los Diputados. Giramos a la derecha por la C/San Jerónimo, en dirección al Paseo del Prado.
De camino nos encontramos con el Museo Thyssen-Bornemisza, uno de las 3 pinacotecas que forman parte del llamado “Triangulo del Arte”. Cuenta con cuadros de la talla del Greco, Tiziano, Caravaggio, Van Goagh, Dalí...
El museo se encuentra pegada a la Plaza de Neptuno), y fuimos por el bulevar del Paseo del Prado hasta llegar a la Plaza de Cibeles, donde nos adentramos primero por C/Alcalá y después por la Gran Vía (para más info sobre esta zona ver etapa anterior).
A la entrada de la Gran Vía se halla el Círculo de Bellas Artes, uno los edificios de estilo art-decó más emblemáticos de Madrid (1926), construido por Antonio Palacios, arquitecto de grandes obras en la capital (como el Palacio de Telecomunicaciones).
Otro de los edificios más destacados es el Edificio Metrópolis, también de estilo modernista.
Destaca su cúpula con la figura de su Victoria Alada.
Continuamos por la Gran Vía, donde nos volvimos a encontrar con edificios destacados como el Edificio Telefónica, la Plaza de Callao, Edificio Carrión...
Como iba siendo hora de descansar un poco, estuvimos un poco en una terraza. Tras un merecido descanso, seguimos por la avenida y llegamos a Plaza de España. La cruzamos en dirección noroeste, y tras cruzar de calle, llegamos al Templo de Debod.
El Templo de Debod fue un regalo del presidente Egipto Gamal Abdl Nasser al Gobierno Español como agradecimiento por la ayuda de sus arqueólogos para rescatar los monumentos ante las obras de la segunda presa de Asuán. Fue trasladado en 1968 piedra por piedra hasta este parque.
Su construcción empezó en el 2200 a.C. y terminó varios siglos después. El templo estaba consagrado al dios Amón de Tebas y se hallaba a unos 20 km al sur de File, en el desierto del sur de Egipcio.
Es un logar muy bonito para las puestas de sol; había numerosos fotógrafos reunidos para hacer bonitas fotogrías del lugar.
Desde el parque se obtienen buenas vistas del Palacio Real y de la zona oeste de Madrid.
Tras unas cuantas fotos en el Templo de Debod, dimos una vuelta por el parque. Como iba siendo noche nos acercamos al Centro Comercial Príncipe Pio, para ello bordeando los jardines de Sabatini y caminado por la Cuesta de San Vicente.
Al lado del CC Príncipe Pio se sitúa la Puerta de San Vicente.
Príncipe Pío es una antigua estación de tren (la del Norte), transformada hoy en día en un centro comercial donde podemos encontrar diversas tiendas de moda, ocio y restauración.
También es un importante intercambiador de metro, autobús y cercanías.
Tras un paseo por el CC, tomamos el metro de y nos dirigimos al alojamiento.
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