Nos levantamos a desayunar tras despertarnos con los ruidos de la cocina. El desayuno muy completo.
El tren con dirección a Roma lo teníamos a las 16:25 así que teníamos tiempo de ver otras zonas de la ciudad.
Para ver Venecia es suficiente con un día, a nosotros se nos hizo hasta mucho, hubiéramos preferido estar más tiempo en Florencia.
El recorrido que hicimos de vuelta a la estación fue atravesando el interior de la ciudad en lugar de rodear el Canale Grande como hicimos a la ida al hotel (lo más rápido y sencillo).

Comimos en Brek ristorante situado en la Lista de Spagna junto al Ponte degli Scalzi. Es un autoservicio que tiene menús. El menú básico compuesto por una ensalada pequeña, un plato de espaguetis con tomate, un pan y una botella de agua fueron 6.90€, algo muy barato para ser un lugar turístico. Esta zona es la mejor para comer, la más barata.

Una vez en Términi, nos fuimos con dirección a nuestro hotel, el hotel Taormina, situado a 1200 metros de la estación y a unos 20 metros del mejor sitio donde os podéis comer un helado, el Palazzo del Freddo en la Vía Principe Eugenio 65. La mejor heladería de toda Roma y a un precio muy bueno.
En Roma un helado pequeño puede costar al rededor de 2,50-3 € y a veces la calidad deja mucho que desear, en la heladería que comentaba antes, la calidad es impresionante y el precio va desde 1,6 el pequeño, 2 € el mediano y 3 € el grande con 4 bolas y nata

Esa noche quería enseñarle algo de la ciudad a mi pareja y la llevé a la fontana di Trevi. Tuvimos mala suerte porque estaba cerrada



Después de dar una vuelta hasta la Piazza Navona, nos dirigimos hasta el hotel para recuperar fuerzas para el día siguiente.