A todos...
Thanjavur, 22 agosto 2008
Al final Varkala no estaba nada mal, estuvimos tres noches en el Sea Pearls Chalets y nuestra desangelada chocita redonda de cemento RESULTÓ SER fantástica, con mosquitera rectangular supereficaz, y unas vistas desde el jardín guapísimas, al mar arábigo y a la playa donde los indios no paraban de hacer rituales y cosas.
Por la mañana vino otro señor (menos "socarrón" que el alcoholizado de la noche anterior) a ofrecernos el desayuno en el jardín, y la cosa empezó a tener mejor pinta que cuando llegamos...esta vez era un tipo serio, amable y elegante. El hecho de compartir el desértico "resort" con él, reconfortaba un poco.
La verdad es que el Sea Pearls Chalets es un lugar realmente recomendable, y más por 800 Rp! (11€ la chocita circular). Eso sí, solo para los que prefieran no estar en medio del meollo guiri.
También tengo que decir que la cucaracha más grande que he visto en mi vida -enorme de verdad- la encontré de noche en el lavabo de este "chálet". Pero bueno, al estar el resort en medio del verde, con la chocita rodeada de flores, como que da menos asco que en una pensión guarra de ciudad. Además los cuentos sobre cucarachas tropicales son un clásico, y ya íbamos mentalizados. Pero era enorme. Enorme.
Las vistas desde el jardín eran muy entretenidas. En la playa los hombres se bañan vestidos completamente y las mujeres con sus saris de colores los miraban desde la orilla, de pie.
Gurus diseminados por la arena ofrecían sus "pujas" a grupos y familias con llamitas de fuego en la arena dentro de cáscaras de coco, y al acabar sus rezos y coreografías variadas, la familia entera iba en procession hasta el agua con un montoncito de arroz hervido en la cabeza y tiraba cosas al mar (comida, camisetas, de todo)…
Luego los cuervos ya se encargan de limpiar parte de las sobras que quedan por la playa…
El último día volvimos a encontrar a A.& N. y cenamos con ellos en uno de los múltiples restaurantes del acantilado. Yo estuve a punto de cenar pescado, pero por suerte estuve a tiempo de inspeccionar (atención: entrando en la cocina! al loro!!!) el último pescado que les quedaba para asar y al ver la tétrica pieza de museo de cera me decidí rápidamente por un curry vegetal.
Nos despedimos de Varkala con mejor sabor de boca del que creímos en un principio, y en media horita de tren llegamos a Trivandrum .
Sobre Trivandrum habíamos leído que no tenía nada de interesante y en cambio nos pareció una ciudad muy agradable, sobre 7 colinas como Roma...y con un bonito templo (lleno de miles de murciélagos negros que no paraban de salirle de dentro como en una peli de terror). Estuvimos en un B&B que era el maxilujo de la vida...con limpieza ultraplus (segun canones europeos! O sea, limpio DE VERDAD) y con una terraza que tenía una vista panorámica del bosque tropical keralés apabullante.
Lástima que solo estuvimos una noche! Por la mañana la señora de la casa nos había preparado un desayuno típico para caerse de culo... estofado de hortalizas en leche de coco con unos panes de harina de arroz (appam ) recién hechos deliciosisimos, minibananas de su propio jardín etc
Y el dueño de la casa, que era un indio culto, rico y autodidacta, hablaba muchos idiomas y nos pidió que le escribiéramos el "padrenuestro" y el "ave maría" en castellano y en italiano.. Conseguimos escribirlo medio-bien después de varios lapsus en plan..."¿después de lo del pan de cada día, qué iba?" yo, que fui durante 12 años a un cole de monjas, y no me acordaba de casi nada!
El sitio nos costo 1800 rp, que no es poco. Pero solo por el frescor de vernel de las sábanas de algodón planchadas ya las hubiera pagado. Además, los zumos de mango de bienvenida en la terraza de lujo, el desayuno in-cre-íble y la charla con el tipo... valían cada rupia. Bueno, que es un sitio muy recomendable para otra vez. Se llama Graceful homestay. Maravilloso de verdad, y con un jardin enoooorme lleno de plataneros y mangos y de todo.
De allí nos fuimos hacia Madurai. Tenia que ser un trayecto de 8 horas en autocar llamado ultraDELUX con video y ventiladorcitos. Pues bueno, al cabo de una hora de salir de Trivandrum en la tartana mas guarra que os podáis imaginar, se rompen los frenos. Hora y media de espera en medio de la carretera a pleno sol esperando un nuevo autocar. Lo que tenían que ser 8 horas fueron 10 y pico, soportando pelis de Bollywood y Mollywood bastante insoportables, hasta que llegamos sin comer ni cenar (las 4 ultimas barritas de cereales mercadona nos salvaron la vida) a las 23h de la noche a Madurai.
Nos agenciamos con un rickshaw que nos llevara al "Supreme", el hotel mas selecto segun la guía del trotamundos. Despues del viaje eterno en ese autocar superguarro, sudando y con la espalda destrozada yo no estaba para cucarachas y sábanas con pelos. Pues nada, que estaba completo, y el de al lado que tenía buena pinta, también. Y asi todos hasta que el chico del rickshaw nos llevó al suyo de turno (comisionable) y la verdad es que nos salvo un poco la vida. No estaba mal del todo, muy céntrico, bonita vista, lavabo razonablemente limpio y mobiliario cutre como todos. (Hotel PADMAN, 800 Rp)
A esas horas y en medio de una gran ciudad, no pudimos más que acostarnos en nuestra sabana-sobre, bajo nuestra mosquitera y el estomago cantando rancheras. Madurai prometia aventuras delirantes tipo Delhi. Los espejos retrovisores de los autorickshaws volvían a estar por dentro (porque sino, vuelan, claro) y las vacas comían plásticos compartiendo la calle con coches en ambos sentidos, perros rabiosos, ciclorickshaws a dos por hora, moribundos cubiertos completamente con sacos, personas durmiendo con la cabeza colgando, señoras con las tetas al aire, bueyes tirando de carros enormes, paseantes de piernas de alambre y taxis modelo ambassador. Todo junto y todos pitando. Corroboramos que Tamil Nadu y Kerala, son mundos a parte.
Por la mañana con 40 grados y un sol de morirse nos fuimos a la oficina de turismo donde nos dieron (a buenas horas!) un mapa de India sur y horarios de autobus. Luego comimos en un sitio bastante bueno (restaurante Mahal) y por la tarde empezó la lluvia monzónica. Y con toda la ciudad inundada nos fuimos a ver el gran templo de Madurai. Dejamos los zapatos donde nos indicaron y andamos descalzos bajo la lluvia, sobre charcos, plásticos, excrementos, escupitajos y todo lo que corre por las calles indias hasta la entrada del templo Meenakshi (que también estaba encharcado).
El templo, increíble. Grandioso y precioso. La gente hacía sus rituales y rezos incomprensibles para nosotros (abofetearse las mejillas, untarse toda la cara con cosas, caminar rodeando uno de los dioses cierto numero de veces, sacudirse las manos por encima de los hombros recitando mantras...de todo) y era bastante curioso. Una atmósfera realmente fascinante.
Después de recorrer el templo y alrrededores (yo con una grieta abierta debajo del meñique de esas que duelen a rabiar) nos calzamos y nos fuimos a cenar al restaurante del "Supreme Hotel" que se suponía que tenía "preciosas vistas desde la azotea" pero que con el monzón tuvimos preciosa cena en la planta baja. La verdad es que estaba buenísimo pero no lo disfrutamos mucho porque habíamos comido a las 16h un montón de pollo "chiken 65" y de todo en el Mahal.
A la mañana siguiente volvimos a visitar el templo, esta vez de día, y estaba mucho más lleno y se estaban celebrando bodas apañadas de jóvenes con caras tristes y parientes con caras alegres y muchas flores y fotógrafos y era todo muy colorido y fantástico. (Pero yo si no cojo hongos en este viaje ya no los cojeré en la vida...)
Como el check out del hotel Padman era de 24h (esto es una ventaja con la que nos sorprendieron algunos hoteles indios: por ejemplo si llegas al hotel a las 19h de la tarde, al día siguiente te puedes ir a las 19h y pagas solo una noche...) pudimos pasear un poco más por los alrededores del templo antes de abandonar Madurai. Próximo destino: Thanjavur.
De Madurai a Thanjavur el trayecto en bus no nos asustaba mucho porque eran solo 4 horitas...pero resultó que el bus llevaba el triple de gente de la que cabe en un bus. Y el vehículo en cuestión no era un autocar de largos trayectos sino un bus de esos urbanos (como de los años 50) que pegaba unos botes que nos parecía una atracción de feria. A mí me daban ataques de risa de la histeria. Parecía que iba a volcar en cualquier momento por las fangosas carreteras de Tamil Nadu.
Nos sentamos tres personas, más un niño, más dos mochilas, más un cesto de verduras de la señora, más mi bolsa con mi cámara fotográfica y una bolsita con pakoras en la mano etc en un espacio que hubiese sido normal como mucho para dos personas y una mochilita.
Bueno, que así chafadicos llegamos en 4 horas (sin bollywood ni leches, pero con un precioso paisaje y brisa monzónica) a Thanjavur.
Allí teníamos reservado un hotel que nos sorprendió muy gratamente, el Hotel Gnanam. Limpísimo y de superlujo (para cánones indios), amplia habitación con terracita, el mobiliario casi nuevo a estrenar y las paredes pintadas sin humedades y el armario que daban ganas de colgar toda la ropa de la impolutez que emanaba...una maravilla para India. El servicio de habitaciones supereficiente y solo 1400 rp (=21 euros/habitacion doble).
Hoy con mi pareja nos hemos tomado el dia "por separado"...yo despues de "internet" me iré a mi ritmo a tomar fotos y él que haga lo que quiera...despues de 22 dias las 24 horas del día sin separarnos ni un minuto, supongo que necesitábamos un respiro...
Mañana dejamos este hotel (snif, snif) y vamos a Pondicherry... y esto ya se esta acabando y yo ya quiero volver a venir a India, con furgoneta. Ayer pasamos por unas aldeas pequeñitas y unos parajes que daban ganas de ir en plan rural, dormir en la furgo o en casas de gente, conocer un poco más... no se, un año de éstos.