El martes después de un buen desayuno salimos del hotel y estaba lloviendo bastante, así que fuimos al centro comercial que está al lado de la estación de tren a pillar unos paraguas. Allí nos fijamos en el cambio que ofrecía el kantor y resultó ser el que mejor nos dió. En el barrio judío había 2 que lo daban parecido.
No cambiéis en el centro porque os van a sablar. Nosotros cambiamos a 4,26 y en el centro te daban 3,65.
Por la mañana nos dedicamos a recorrer la Plaza del Mercado, entramos en el mercado de los paños aprovechando que llovía bastante y vimos precios de los típicos regalos. Y de paso también sacamos las primeras fotillos.
Bajamos por otro lado de la colina y cuando nos dimos cuenta estábamos en Kazimier. Y como eran horas de comer decidimos hacerlo allí en el barrio judío. Fuimos al Starka que tanto se ha comentado por aquí y la verdad que muy bien. Unos pieroggi más la sopa típica y codillo por 9 euros cada uno. El codillo buenísimo.
Por la tarde hicimos 2 tours con free walking tour. El primero por el Barrio Judío. Empezando en la Sinagoga Antigua, Matías nos fué contando la historia de los judíos de Cracovia, de como pasaron de ser la segunda ciudad del mundo en cantidad de judíos a los casi 80 que hay en la actualidad.
Pasamos por todas las Sinagogas, donde destacaría la Remuth, por el cementerio que alberga, eso si mucho más ordenado que el de Praga.
Nos llevó a uno de los lugares dónde se rodó La Lista de Schindler
Pedazo del muro original
El monumento de las sillas
El tour acabó en la Fábrica de Schindler, ahora Museo también. Sólo se conserva el edificio administrativo de lo que era. Hicimos también éste tour con Matías. La entrada y el tour nos salió por 100 zlotys los 2, cerca de 20 euros. Mereció la pena porque te cuenta una versión polaca de la guerra. Aquí unas fotos
También comenta Matías que Óscar Schindler no era el angelito que se muestra en la película. Se aprovechó de la mano de obra gratis que le ofrecieron, incluso compró casi regalada la fábrica a un judío con amenazas. Luego le entró pena y fue cuando decidió hacer la lista, los primeros nombres de la lista eran de judíos que pudieron pagar por entrar y luego los demás. Al acabar la guerra reclamó casi 1 millón de dólares por los gastos que le costó salvar a 1000 judíos. También es verdad que nunca fabricó una sóla bala que funcionase y es el único perteneciente al partido nazi que está enterrado en Jerusalén. Muchos de los que salvó le están agradecidos, pero no todos.
Acabamos el tour y nos dirigimos al centro a cenar. Lo bueno que tiene Cracovia es que está todo muy cerca, en 15 minutos llegamos. Paseamos un rato y nos fuimos al hotel, pues ya pesaban las piernas.
El Miercoles más de lo mismo, llovió todo el día. Por la mañana hicimos el tour del Barrio Antiguo con Max. Partimos desde la Barbacana, nos contó la historia de la Barbacana, la Torre del Ayuntamiento, el Mercado de los Paños, todo el Rynek en general. Escuchamos como cada hora el trompetista en la Iglesia de Santa María, muy bonita por dentro también y nos dirigimos a la Universidad Jagelónica, donde, entre otros, estudió Nicolás Copérnico. Terminamos en el Castillo de Wawel, le dimos una propina y fuimos rápido a comer pues a las 15:00 nos íbamos para las minas de sal de Wieliczka.
La excursión en si, a mi personalmente no me gustó mucho. Demasiada turistada, tenías que esperar a que acabase un grupo para pasar a la siguiente sala. Lo más significativo fué la iglesia que está en el centro de la visita. La bajada y la subida fueron otra cosa. Una burrada de escalones para bajar y un ascensor típico de los mineros para subir


Finalizamos el día cenando en el Morela, muy cerca del Rynek, también de maravilla y a descansar que el jueves tocaba un día duro.
Por la mañana, aprovechando el buen día que hizo paseamos por el centro y sacamos algunas fotos.
Torre del Ayuntamiento
Sobre la 1 salimos en bus hacia el Campo de Concentración y Exterminio de Auschwitz I. Durante el trayecto te ponen una película sobre el campo que dura unos 50 minutos y ya se te ponen los pelos de punta. Una vez allí y pasados los controles de acceso empieza todo junto a la famosa puerta, el trabajo os hará libres.
Para mi lo peor era lo que nos iba diciendo el guía durante el recorrido. Formas de castigo, lo que comían etc.
Vallas
Distintos barracones
Después de 2 horas nos dirigimos a Birkenau. Nada más llegar la piel de gallina. Es como 20 veces más grande que el primero. De hecho tiene 2 km de ancho por 2.5 de largo. Aquí ves desde los barracones más antiguos de ladrillo hasta los últimos que como no había dinero eran de madera. En el centro caminas junto a las vías de tren que llegan hasta el final del campo, justo donde están 2 de las 4 cámaras de gas que tenía el campo. Están todas destruidas, pues los nazis no querían dejar huella de lo que hacían allí
Puerta de entrada a Birkenau.
Se dice que murieron más de un millón de personas en éste campo, casi todos judíos. El guía nos contaba los engaños que hacían a la gente, hubo gente que pagó por ir desde el gueto de Cracovia hasta Birkenau, les prometían trabajo y casa. Allí vivían esclavizados diariamente unas 90000 personas. La mayoría moría por enfermedades derivadas de la mala alimentación, el duro trabajo y las condiciones metereológicas.
Nosotros estábamos a 5 grados a las 6 de la tarde con abrigos y teníamos frío, no me quiero imaginar a -20 con un pijama y descalzo.
Cuando llegó La Solución Final, en las cámara llegaban a matar a 2500 personas por turno. Llegaban en vagones como si fueran animales, algunos después de varios días, por supuesto sin comer ni beber y aún tenían que esperar su turno para dirigirse al baño de desinfección, eso era lo que le decían cuando llegaban para que no se alteraran mucho.
Una vez muertos los Sonderkomandos, que eran judíos seleccionados, quemaban los cuerpos y limpiaban las salas para continuar. Cada poco tiempo los Sonderkomandos eran eliminados y sustituidos por otros.
La visita termina fuera de uno de los barracones de mujeres. El olor a cerrado y moho era fuerte. en cada litera dormían hasta 5 personas. Tenían chimeneas en todos los barracones, pero rara vez les daban leña. Al final el guía contestó a todas las preguntas que surgieron y se acabó la visita. Nos fuimos de vuelta a Cracovia, está a unos 45 km, y se acabó ese día.
Todo lo que puedas leer sobre el campo se queda corto. Recomiendo hacer la visita con un guía porque va más allá. Aquí cuento sólo fragmentos de la barbarie, pero el guía no escatima. Es más, en la visita estás tan centrado y queriando guardar tanta información con lo que te dice, que te das cuenta de todo lo que acabas de ver y oir cuando te vas.