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Nuestro vuelo salía a las 8:50 e hicimos noche en Madrid, así que sobre las 5:30 nos levantamos para meter la maleta en el coche y llevarlo al parking de larga estancia de la t4. El parking nos salió por unos 31€ de sábado a martes.
En escasos 20 minutos habíamos aparcado y estábamos sentadas en el bus que nos llevaría a la T4.
Habíamos realizado en check-in on line por lo que teníamos mucho tiempo hasta el vuelo (siempre preferimos llegar con tiempo a los sitios
, ¿qué le vamos a hacer?).Desayunamos y dimos unos paseos por la terminal hasta que anunciaron nuestra puerta de embarque y para allá que nos fuimos.
Como siempre que vuelo con Iberia, empiezan a llamar a la gente para que embarque por grupos, y como siempre también, la gente hace lo que le apetece y es la ley de la jungla y ni se respetan tipos de billete ni nada. Creo que sólo la gente que tiene priority embarque cuando le toca
En fin, conseguimos embarcar pronto porque tenemos grupo 1 por lo que podemos subir la maleta a cabina y no la envían a bodega
Despegamos sin ningún incidente y el vuelo se hace corto gracias a las cabezaditas que voy dando y a las vistas cuando sobrevuelas los Alpes. ¡Son magníficas! En algunos sitios ya tenían una buena capa de nieve como podéis ver en una foto de la etapa anterior.
A las 11 aterrizamos y a las 11:15 estábamos sentadas en el bus para llegar a Milano Centrale. El viaje en bus son 5€ y tarda muy poquito en llegar.
Llegamos al hotel un poquito antes de las 12, después de dar un rodeo
como veríamos al día siguiente, y tuvimos que esperar un poco por la habitación. Os he dejado fotos en la etapa anterior con información del hotel, el cual, vuelvo a recomendar por su relación calidad-precio.Por la hora que era y porque el hambre apretaba, decidimos comernos un bocata en la terraza. Por cierto, deciros que hay un super frente al hotel, que siempre viene muuuuuy bien.
Y ahora si, con fuerzas repuestas nos dirigimos a explorar la bella desconocida que es Milán.
Nuestra primera parada sería el Cementerio Monumental. Fuimos paseando desde el hotel y pasamos por lo que podría ser la parte "financiera" de Milán. Hay edificios muy bonitos y bastante espectaculares.
Como dato curioso, deciros que el edificio con los árboles en las terrazas se conoce como "Bosco Verticale" y sus plantas crean un microclima que protege a las viviendas de la contaminación.
A mi me pareció precioso.
Continuamos nuestro agradable paseo hasta la plaza Gae Aulenti. Muy original también. Nos hubiese gustado verla de noche e iluminada, pero no pudo ser. De aquí no tengo fotos. Creí que las había hecho con la réflex, pero va a ser que no
Desde aquí nos dirigimos finalmente al Cementerio Municipal. De verdad, que no tengo palabras. Sólo la fachada es espectacular, y el interior, aunque pueda sonar macabro, es una maravilla. Juzgad vosotros mismos.
Después de esta visita no dispusimos a visitar el parque Sempione. No lo recorrimos entero ya que queríamos llegar a tiempo a visitar el duomo antes de que cerrara. Paseamos durante un rato por allí. La tarde era muy agradable y estaba lleno de gente. Un verdadero pulmón verde en la ciudad que hubiese merecido disfrutarlo con más profundidad, pero el tiempo del que disponíamos era poco.
Vimos un puestecito al otro lado de la calle para comprar agua y allá que nos fuimos. Una botellita de agua creo que fue 1,35 o algo así, por lo que los precios no me parecieron tan elevados como me los imaginaba.
Continuamos hacia una iglesia que queríamos ver, pero hicimos una parada técnica para comer un helado
¡Qué ricos los helados italianos! Este, como no, no podía ser menos. El sitio donde lo compramos se llama Van Bol & Feste www.tripadvisor.es/ ...bardy.html
No tiene excesivas buenas críticas, pero os aseguro que el helado estaba delicioso. Nos compramos un cucurucho de dos bolas cada una y el precio de cada helado fue 3,5€.
Ahora que ya habíamos repuesto fuerzas ya podíamos seguir con nuestro itinerario
Continuamos hacia San Maurizio Maggiore y he de decir que es impresionante. Merece la pena una visita. Cuando fuimos había mucha gente por lo que las fotos no son muy bonitas que digamos
. Sale gente en todas, lo siento.
Ahora nuestra idea era llegar al Duomo pasando por la Piazza Mercanti. Así lo hicimos. No sin tener que esquivar a un montón de gente en todos los sitios. De verdad que hacía mucho tiempo que no visitaba una ciudad y había tanta gente en ella.
La Piazza Mercanti me gustó mucho, pero creo que las pedazo sombrillas que había en las terrazas de los bares desmerecía mucho la bonita plaza. Tiene unos rincones preciosos y muy llamativos.
Ahora si, por fin llegamos al magnifico Duomo de Milán. La primera toma de contacto con él. La primera palabra que se me viene a la mente es MAJESTUOSO. Es una construcción inmensa y con un montón de vida en sus alrededores. La plaza está llena de gente; turistas, milaneses, familias, gente leyendo,... una gozada disfrutar del ambiente.
Estuvimos un rato fotografiando la fachada desde la plaza hasta que decidimos comprar las entradas para poder subir a la terraza y visitar su interior.
Hay varios puntos de venta. Nosotras fuimos a la caseta situada a la izquierda del edificio porque en la otra había colas de bordeaban la plaza. Así que si vais mirad los mapas que hay para indicaros donde estáis y ahí podréis ver los sitios donde se venden las entradas. Nosotras hicimos cola como 15 minutos o así.
Decidimos coger la entrada más completa aunque suponíamos que dos de las cosas que incluía no las podríamos ver. Por 15€ podíamos visitar todo y subir en el ascensor a la terraza.
De allí nos fuimos a hacer la cola para subir a la terraza y estuvimos otros 25 minutos o así. Cuando por fin llegamos a arriba nos quedamos sin palabras. Las vistas desde allí son simplemente maravillosas, y si encima tienes la oportunidad de ver la puesta de sol... pues ya ni te cuento!!!
Después de estar un buen rato disfrutando de las vistas y contemplando el atardecer, bajamos para poder visitar el interior del Duomo antes de que cerrasen. Pensamos que después de haber visto Milán desde la terraza podría decepcionarnos un poco el interior, pero... nada más lejos de la realidad. Cuando entras y ves esa inmensidad te quedas con la boca abierta. Pareces insignificante bajo esos techos tan altos
Perdón por la calidad de las fotos del interior, pero están sacadas con el móvil y tenía el objetivo sucio y no me di cuenta.
Estuvimos un rato sentadas, disfrutando de aquel espectáculo. Además estaban oficiando una misa (no es que yo vaya a misa...) y nos quedamos un rato escuchando cómo tocaban el órgano y cantaban. Fue algo bonito, la verdad.
Desde allí cruzamos a las Galerías Vittorio Emanuele. y paseamos un poco por ellas, para salir e ir a ver La Scala.
Las galerías están bien, con sus luces, la gente, los restaurantes... pero el teatro me decepcionó bastante. Cierto es que no lo visitamos por dentro, pero el exterior no me dijo nada. Después de ver otros como el de París o Budapest, este no me llamó demasiado la atención.
Dábamos por finalizado el día, no sin antes pasear un poco ante los escaparates de las tiendas inaccesibles para nuestros bolsillos mientras emprendíamos la vuelta al hotel.
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