Nos levantamos temprano para poder ir a desayunar en el hotel y después dirigirnos al Parque Nacional de Cahuita. Para entrar en Cahuita puedes hacerlo por los dos lados (o por Playa Blanca o por Puerto Vargas). Por la primera entrada solo tienes que pagar la voluntad, por la segunda hay una tarifa fija más alta por persona. Debido a que nos esperaban varios días de viaje en el que tendríamos que pagar muchas entradas a parques, nos decidimos a entrar por la primera y dar la voluntad. Ahora que hemos vuelto igualmente os recomiendo entrar por Playa Blanca, ya que para mi es más bonito el trozo de playa blanca hasta la punta que el de Puerto Vargas hasta la punta.
Antes de entrar pero, tuvimos el primer problemilla (y último) del viaje!! cuando llegamos a un parking que encontramos, el chico que controlaba el parking nos comentó que teníamos una rueda pinchada.. y efectivamente, primera ruta, primera rueda pinchada

Para poder visitar el parque decidimos recorrer el sendero Punta Cahuita. Todo el sendero está señalizado y va muy cerca de la orilla del mar. Decidimos darnos un baño cuando volviéramos, aunque viendo la playa era difícil esperar...


Durante los primeros metros del recorrido no vimos ningun animal, pero cuando empezamos a verlos ya no pararon de aparecer. Los primeros animales que vimos fueron los monos. Había unas mujeres extranjeras en la playa tomando el sol que tenían una bolsa colgada en un árbol. Ellas no se daban cuenta, pero vimos como un mono intentaba abrir la bolsa para ver que tenían




Durante todo el recorrido vimos muchísimos monos, cangrejos, reptiles, aves de todos tipos. Os pongo a continuación algunas de las fotos que pudimos hacer:





Cuando acabamos fuimos a buscar un sitio para comer en Cahuita. Acabamos en el restaurante Sobre las Olas, donde pudimos comer en la terraza que tenían al lado del mar. Des de allí nos dejaron llamar a Adobe para preguntar donde podíamos ir a arreglar la rueda. Yo comí un pollo con salsa de curry y coco buenísimo



100% recomendable el sitio (por la comida y por su situación).
Cuando acabamos de comer nos fuimos a buscar algun sitio donde pusiera que reparaban llantas

Una vez reparada la rueda, conducimos hasta Punta Uva y Playa Manzanillo, donde había visto por este foro que mucha gente las recomendaba. Aparcamos cerca de Playa Manzanillo y estuvimos allí un rato relajándonos y descansando.



Cuando vimos que ya estaba anocheciendo, nos fuimos a buscar un sitio para cenar en Puerto Viejo de Talamanca (en el hotel solo hacían comida vegetariana, y aunque mi pareja es vegetariana y a mi me gusta mucho también la comida vegetariana, era bastante escasa y decidimos no repetir). Puerto Viejo nos pareció un pueblo con mucha vida y con un rollo jamaicano que lo hace único. La verdad es que si hubiéramos podido nos habría encantado estar más tiempo allí.
Encontramos un sitio donde pudimos cenar con la compañía de un perezoso (no lo sabíamos al entrar) pero se ve que por las noches dejan salir a un perezoso que vive en su finca. Cenamos bien (aunque empezábamos a notar el ritmo caribeño.... van muy muy lentos a la hora de servir los platos.. pero estábamos de vacaciones!




