Vamos a por otro día en Moscú empezando por el Kremlin. Como sabéis, este complejo es la sede del gobierno ruso, pero hay que tener en cuenta que alberga varios edificios civiles y religiosos y que no todos se pueden visitar. Las entradas a todos ellos son independientes, así que nosotros decidimos visitar por un lado la Amería y por otro, la Plaza de las Catedrales.
Los horarios a la Armería son bastante restringidos y fijados cada dos horas, así que para asegurar disponibilidad a la hora que queríamos lo compramos por internet (700R/persona) y ya que estábamos, también adquirimos las entradas para la Plaza de las Catedrales (350R/persona). No obstante, la cola no te la quita nadie, porque aunque te ahorres la mayor de la taquilla principal tienes que ir a las taquillas Nº 9,10,11 ó 12 con el resguardo para retirar las oficiales aunque la espera aquí sin duda es mucho menor.
Lo que me cabreó es que reservamos para el acceso a las 10:00, llegamos antes de esa hora y no entramos hasta las 12:00, es decir, en el acceso siguiente. El caso es que todos los que estábamos en la cola no nos movimos durante esas 2 horas cuando deberíamos haber entrado a las 10:00. No entendemos muy bien qué pasa con las colas en Rusia, debe ser algo inherente a su propia existencia.
Cuando entramos, se nos pasó el cabreo porque pudimos contemplar impresionante colección de armas, joyas, cuberterías, y trajes que los zares fueron acumulando a lo largo de la Historia, destacando por encima de toda la impresionante exposición de carruajes.
Para quitar el hipo.
Una vez terminada la visita, pasamos a la Plaza de las Catedrales. No hace falta salir del recinto, se puede acceder directamente desde la armería, pero os pedirán la entrada para esa sección porque está vallada.
En esta plaza se sitúa la Catedral de la Anunciación, lugar de coronación de los zares; La Catedral de la Asunción, su necrópolis; La Catedral del Arcángel Miguel, que alberga la tumba de Iván el Terrible; La Catedral de los Doce Apóstoles, utilizada por el patriarca Nikon que intentó rivalizar con el zar en autoridad y La Iglesia de la Deposición del Manto, que era la utilizada por los ciudadanos.
A esas alturas tuvimos que hacer un pequeño alto y es que tanto caminar le había jugado una mala pasada a mi novio, que encima había estrenado zapatillas hacía poco y tenía unas ampollas bastante incómodas.
A menor ritmo, visitamos también la Campana del Zar y el Cañón Zar Pushka para cerrar el recorrido.
Al salir por la Plaza Roja, no pudimos evitar pararnos de nuevo a echar unas fotos. A la salida por el lado del Museo Estatal de Historia, está la Plaza Menége, que como ya os dije tiene un centro comercial subterráneo. En las plantas más cercanas a la superficie, está la zona de restauración y nosotros íbamos en busca del restaurante My-My, uno de los que llevábamos anotados pero que aún no habíamos tenido la oportunidad de probar porque no habíamos dado con ninguno. Unas españolas de la cola nos indicaron donde estaba, así que de ese día no pasaba.
Se trata de una cadena de comida típica rusa tipo self-service que se cobra por plato o por peso. Mi novio se quedó sentado guardando mesa y yo fui llenando dos bandejas con lo que me iba entrando por los ojos y la verdad es que se me fue un poco de las manos…. O no. Los de las mesas de al lado se conformaban con una sopita y un sushi para compartir… y yo cogí sushi, carne, ensalada, champiñones gratinados, blinis… de todo….. y bueno, no dejamos apenas nada. El total fue de 1750, pero aseguro que por la mitad os quedaríais servidos.
Con el estómago lleno, tocaba poner rumbo al Cementerio y al Convento de Novodevichy en la estación de Sportivnaya. Para ir al convento, es necesario hacer un giro de unos 90 grados a la derecha al salid del metro y después seguir en línea recta. Poco a poco, os iréis acercando al Convento de Novodevichy.
Paseamos por los alrededores antes de adentrarnos en el lugar que nos había llevado hasta allí: El Cementerio de Novodevichy, un peculiar lugar plagado de lápidas que podrían ser consideradas obras de arte, muchas pertenecientes a personajes célebres de la historia rusa y miembros de la alta sociedad.
Me considero una de esas personas “raras” a las que les gusta visitar cementerios cuando viaja, pero mi novio no comparte para nada esta afición conmigo (aunque la respeta y me acompaña) y admitió que es un sitio digno de ver.
A la salida del cementerio, pudimos ver de lejos la Universidad de Moscú, considerada una de las “7 Hermanas” de Stalin, aunque ya habíamos visto a las otras diseminadas por la ciudad. No nos acercamos porque el sol ya empezaba a caer y por respeto a los pies de mi novio.
Regresamos al hotel y después de un rato de descanso y aseo, cerramos el día de nuevo en My-My, como si no hubiéramos tenido suficiente al medio día, aunque esta vez el homenaje fue mucho “menor “ (carne, blini de pollo, filetes rusos con patatas, triángulos de queso y dos tartas) por 1300R.
Como an día siguiente nos tocaba madrugar de lo lindo, nos fuimos a la cama muy pronto y el cuerpo nos lo agradeció. Me encanta patear las ciudades cuando viajo pero os prometo que no recuerdo haber andado jamás tanto como en Rusia.
GATOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS
- Entrada a la Armería del Kremlin (por intentet): 1400R
- Entrada a la Plaza de las Catedrales: 700R
- Comida: 1750R
- Cena: 1300R
Total Gastos: 5150R
Los horarios a la Armería son bastante restringidos y fijados cada dos horas, así que para asegurar disponibilidad a la hora que queríamos lo compramos por internet (700R/persona) y ya que estábamos, también adquirimos las entradas para la Plaza de las Catedrales (350R/persona). No obstante, la cola no te la quita nadie, porque aunque te ahorres la mayor de la taquilla principal tienes que ir a las taquillas Nº 9,10,11 ó 12 con el resguardo para retirar las oficiales aunque la espera aquí sin duda es mucho menor.
Lo que me cabreó es que reservamos para el acceso a las 10:00, llegamos antes de esa hora y no entramos hasta las 12:00, es decir, en el acceso siguiente. El caso es que todos los que estábamos en la cola no nos movimos durante esas 2 horas cuando deberíamos haber entrado a las 10:00. No entendemos muy bien qué pasa con las colas en Rusia, debe ser algo inherente a su propia existencia.
Cuando entramos, se nos pasó el cabreo porque pudimos contemplar impresionante colección de armas, joyas, cuberterías, y trajes que los zares fueron acumulando a lo largo de la Historia, destacando por encima de toda la impresionante exposición de carruajes.


Para quitar el hipo.
Una vez terminada la visita, pasamos a la Plaza de las Catedrales. No hace falta salir del recinto, se puede acceder directamente desde la armería, pero os pedirán la entrada para esa sección porque está vallada.
En esta plaza se sitúa la Catedral de la Anunciación, lugar de coronación de los zares; La Catedral de la Asunción, su necrópolis; La Catedral del Arcángel Miguel, que alberga la tumba de Iván el Terrible; La Catedral de los Doce Apóstoles, utilizada por el patriarca Nikon que intentó rivalizar con el zar en autoridad y La Iglesia de la Deposición del Manto, que era la utilizada por los ciudadanos.


A esas alturas tuvimos que hacer un pequeño alto y es que tanto caminar le había jugado una mala pasada a mi novio, que encima había estrenado zapatillas hacía poco y tenía unas ampollas bastante incómodas.
A menor ritmo, visitamos también la Campana del Zar y el Cañón Zar Pushka para cerrar el recorrido.

Al salir por la Plaza Roja, no pudimos evitar pararnos de nuevo a echar unas fotos. A la salida por el lado del Museo Estatal de Historia, está la Plaza Menége, que como ya os dije tiene un centro comercial subterráneo. En las plantas más cercanas a la superficie, está la zona de restauración y nosotros íbamos en busca del restaurante My-My, uno de los que llevábamos anotados pero que aún no habíamos tenido la oportunidad de probar porque no habíamos dado con ninguno. Unas españolas de la cola nos indicaron donde estaba, así que de ese día no pasaba.
Se trata de una cadena de comida típica rusa tipo self-service que se cobra por plato o por peso. Mi novio se quedó sentado guardando mesa y yo fui llenando dos bandejas con lo que me iba entrando por los ojos y la verdad es que se me fue un poco de las manos…. O no. Los de las mesas de al lado se conformaban con una sopita y un sushi para compartir… y yo cogí sushi, carne, ensalada, champiñones gratinados, blinis… de todo….. y bueno, no dejamos apenas nada. El total fue de 1750, pero aseguro que por la mitad os quedaríais servidos.

Con el estómago lleno, tocaba poner rumbo al Cementerio y al Convento de Novodevichy en la estación de Sportivnaya. Para ir al convento, es necesario hacer un giro de unos 90 grados a la derecha al salid del metro y después seguir en línea recta. Poco a poco, os iréis acercando al Convento de Novodevichy.

Paseamos por los alrededores antes de adentrarnos en el lugar que nos había llevado hasta allí: El Cementerio de Novodevichy, un peculiar lugar plagado de lápidas que podrían ser consideradas obras de arte, muchas pertenecientes a personajes célebres de la historia rusa y miembros de la alta sociedad.

Me considero una de esas personas “raras” a las que les gusta visitar cementerios cuando viaja, pero mi novio no comparte para nada esta afición conmigo (aunque la respeta y me acompaña) y admitió que es un sitio digno de ver.


A la salida del cementerio, pudimos ver de lejos la Universidad de Moscú, considerada una de las “7 Hermanas” de Stalin, aunque ya habíamos visto a las otras diseminadas por la ciudad. No nos acercamos porque el sol ya empezaba a caer y por respeto a los pies de mi novio.

Regresamos al hotel y después de un rato de descanso y aseo, cerramos el día de nuevo en My-My, como si no hubiéramos tenido suficiente al medio día, aunque esta vez el homenaje fue mucho “menor “ (carne, blini de pollo, filetes rusos con patatas, triángulos de queso y dos tartas) por 1300R.
Como an día siguiente nos tocaba madrugar de lo lindo, nos fuimos a la cama muy pronto y el cuerpo nos lo agradeció. Me encanta patear las ciudades cuando viajo pero os prometo que no recuerdo haber andado jamás tanto como en Rusia.
GATOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS
- Entrada a la Armería del Kremlin (por intentet): 1400R
- Entrada a la Plaza de las Catedrales: 700R
- Comida: 1750R
- Cena: 1300R
Total Gastos: 5150R