Este día no lo tenía planificado de antemano y estuve dudando entre acercarnos al mar o bajar hacia el sur de Siena. Ya habíamos visto todo lo que estaba a una hora de distancia y tocaba pasar algo más de tiempo en el coche. Finalmente decidimos acercarnos al valle de Orcia.
Primero fuimos a visitar la Abadia de Sant Antimo. Desde nuestro alojamiento, primero hay que ir hasta Siena, por lo que repetimos la ruta del día anterior, y luego hay otra hora de camino por carreteras estrechas. Aunque es un viaje un poco largo en coche, el paisaje es el típico de la Toscana, con viñedos, campos de cereal y muchas villas en lo alto de una colina con su carretera rodeada de cipreses. Para los que nos gusta hacer fotos, es como estar dentro de las postales típicas de la Toscana, pero ya os aviso que las carreteras son muy estrechas y no tienen arcén, así que hay muy pocos sitios donde poder pararse para hacer fotos.



La Abadía de Sant Antimo, la verdad es que es bonita y por dentro tiene un ambiente muy especial, con música gregoriana y un altar muy sobrio con un Jesús crucificado de madera.


En cualquier caso, yo soy de Navarra y en España hay muchas iglesias y monasterios románicos similares. Más que por la abadía en si, merece la pena ir hasta allí por el paisaje, tanto del camino como de los viñedos que rodean la abadía y toda la zona de Montalcino.

Para comer fuimos a Montalcino. La verdad es que me decepcionó un poco. Es un pueblo antiguo, con muralla y calles de piedra, como también hay muchos en España, pero no es tan espectacular como Volterra o San Gimignano, aunque también es cierto que hay mucha menos gente. La mayoría de restaurantes eran vinotecas y ofrecían catas de vino de la región, pero nosotros somos más cerveceros, así que optamos por la birra y no puedo deciros si son buenos vinos.
Después de comer, nos fuimos a las termas de San Filippo. Había visto en internet fotos muy chulas de las termas de Saturnia, pero había leído que ir en agosto era una locura. En el caso de estas de San Filippo, no están muy concurridas, al menos cuando fuimos nosotros, que ya era el 2 de septiembre y fuimos por la tarde. Las termas están en medio de un bosque, rodeadas de naturaleza y no hay ningún tipo de infraestructura, ni vestuarios ni nada por el estilo. El agua está super caliente, aunque la temperatura cambia de unas pozas a otras, y tienen ese olor sulfuroso de las termas. Mis hijos nunca se habían bañado en aguas termales y la experiencia les encantó, a la pequeña la tuvimos que sacar porque se estaba quedando arrugada, buceaba y todo.

De aquí otras dos horas en coche hasta el apartamento, viendo anochecer en esas colinas típicas de la Toscana.