DIA 4 - SIEM RIEP - BENG MEALEA
Nos levantamos a las 4:30, aun era de noche pero Bangkok es una ciudad con mucho bullicio a todas horas. Nos dirigimos al lugar desde donde salía nuestra Van a las 5:00 y a esas horas por la calle podías encontrarte cualquier cosa, desde turistas (en su mayoría occidentales) borrachos como una cuba, hasta gente limpiando las calles o abriendo los comercios. Eran las 5:10 y yo ya estaba un poco nervioso, puesto que nuestro vuelo salía a las 7:25 y tardábamos como 1 hora en llegar al aeropuerto, pero, esto es Tailandia, aquí la gente se lo toma todo con muuuuuucha tranquilidad y sin estresarse lo más mínimo. A las 5:15 llega la Van, le digo que se de prisa que vamos tarde. El hombre se queda mirándome con cara de: "que tienes prisa? ahora te vas a enterar?". Cada vez que miraba el marcador no marcaba menos de 140km/h. En 50 minutos estábamos allí. Facturamos maletas y nos sentamos en un banquito a desayunar chocolatinas, galletas y batidos que habíamos comprado en el 7eleven la noche anterior.
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Las vistas desde el avión son preciosas.
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Llegamos a Siem Riep/Camboya a las 8:15.
Angkor lo dejaríamos para los días posteriores, el objetivo de hoy era el Beng Mealea.
El Beng Mealea es un templo situado a unos 70km de Siem Riep, donde la selva practicamente ha reclamado su territorio hasta casi engullir este precioso templo.
Bajamos del avión y justo a la salida hay un lugar donde alquilar un Tuc Tuc para hacer la visita a Beng Mealea. El precio son 45 Dólares. Nos presentan a nuestro conductor: Mr. Kimsan, un gran tipo y que estará con nosotros los días posteriores.
Lo primero es ir al hotel a dejar las maletas.
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Durante el camino vamos comprobando las grandes diferencias de vida entre Tailandia y Camboya. Nuestro Hotel es el Bopha Pollen Hotel donde la noche nos salió por 25 Euros. Totalmente recomendable, hotel económico, bien situado cerca de Pub Street y las zonas de ambiente y la amabilidad del personal de 10.
Tras tomarnos la copa de bienvenida (unas frutas del lugar y un refresco) salimos para tomar el Tuc Tuc y nos damos cuenta de que Mr. Kimsan había desaparecido. Ojalá nos hubiesen echado una foto en ese momento, porque la cara de imbéciles que se nos quedó..... Entramos de nuevo al hotel para hablar con el de recepción y contarle lo sucedido (mi mujer ya estaba marcando el 911). El muchacho de recepción llama al aeropuerto para explicar nuestro caso y en ese momento aparece Mr. Kimsan y nos dice que disculpemos que había ido a su casa a por algo de abrigo que el camino era largo y hacía fresquito (no se para esta gente lo que es "fresquito" pero estábamos a 35 grados con un 90% de humedad y a mi ya no me quedaban más poros de mi cuerpo por los que sudar). Nos sentimos mal por haber dudado del pobre hombre y nos montamos sin rechistar en el Tuc Tuc.
El camino al Beng Mealea era largo (2 horas), pero no nos importó puesto que durante todo el trayecto estabamos con la boca abierta, pasando por pueblecitos diminutos y viendo la vida de la gente local.
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Tras 2 horas de camino paramos en la entrada y pagamos el ticket (5 dólares)
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Lo mágico de este lugar es la libertad que tienes para explorar todo el recinto. Se puede caminar por zonas derrumbadas y hacer pequeñas escaladas entre grandes pedruscos, como un auténtico "Indiana Jones". También podremos ver cómo la selva se ha ido comiendo poco a poco el templo con sus árboles y raíces atravesando los muros.
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Varias horas estuvimos bajo el intenso calor disfrutando de cada palmo de aquella maravilla. Una vez terminados, vuelta al Tuc Tuc y a reponer fuerzas durante el viaje con algunas galletas que nos quedaban del 7eleven. Otras dos horas que se nos hicieron cortas por los maravillosos paisajes que pudimos ir disfrutando.
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Durante todo el camino veíamos puestos ambulantes locales, donde había una especie de troncos de bambú a la barbacoa.
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La curiosidad mató al gato. Se lo preguntamos a Mr. Kimsan y automáticamente paró en el siguiente puesto que encontró. La mujer nos explicó que vaciaban el bambú y lo rellenaban de arroz con unas semillas negras, que aun a día de hoy no tengo ni idea de que son. 1 Dólar nos costó, le quité la parte de arriba, lancé el primer bocado y estuve apunto de vaciarme un ojo!!! La mujer y Mr. Kimsan nos explicaron (entre risas) que había que cogerlo con las manos, no a bocados. Fuera como fuese, la cuestión es que estaba muy muy rico.
Llegamos al hotel y le dijimos a Mr. Kimsan que queríamos estar varios días allí. Le explicamos que queríamos ver en cada uno de los días (se le convirtieron los ojos en el símbolo del dólar, ya que para ellos tener unos días de trabajo seguidos con un turista, era una alta fuente de ingresos) y llegamos a un acuerdo económico.
Entramos al hotel y descansamos un poco. Al caer la tarde nos fuimos andando a Pub Street (es una calle donde se concentran todos los restaurantes y sitios de ambiente de la ciudad) y alrededores.
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Desde el hotel eran 15 minutos caminando. Nos dimos una vuelta por allí y entramos a un restaurante a comer. Nos pedimos un plato de noodle y un pollo al curry con arroz, 1 cerveza y 1 coca cola y todo salió por unos 8 dólares.
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Mientras cenábamos se puso a llover como si se fuese a terminar el mundo. 10 minutos después había parado y el cielo estaba lleno de estrellas. Tras cenar nos dimos una vuelta por las calles adyacentes y nos tomamos un batido de frutas en los puestos locales.
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El día había sido largo, así que acabado el batido, nos fuimos andando al hotel.