De nuevo regresamos a George Town, aunque ya pasamos un par de días en esta ciudad la isla tiene muchas más cosas interesantes y nos apetece seguir conociendo más de sus alrededores. Esta vez nos quedaremos tres noches, para posteriormente partir hacia Kuala Lumpur y seguir nuestro viaje volando hacia el norte de Tailandia.
Pues fue llegar a Georgetown y la historia volvió a repetirse. Esta vez reservamos 3 noches en Guest Inn Muntri a través de Agoda, tenía 7,8 de puntuación, algo que no puedo llegar a entender. La habitación no estaba mal pero al revisar el colchón, sorpresa. Nuestros amigos los chinches estaban esperándonos. Otra vez el mismo cuento, pero esta vez en pleno año nuevo chino, con un montón de alojamientos llenos y los precios por las nubes. Por suerte encontramos habitación en una guesthouse justo al lado por 60rm y sin chinches, pero ahora nos toca pelearnos con agoda para recuperar nuestro dinero.
A la mañana siguiente tomamos el bus 101 que nos lleva hasta la entrada al parque nacional. La entrada al parque es gratuita, pero hay que registrarse allí mismo e indicar la ruta que se va a realizar. Nosotros tomamos el camino que llega hasta Monkey beach, un sendero de unos 3,5km que se abre hueco entre la jungla y que va bordeando la costa norte de Penang. Nos gustó mucho la ruta, vimos monos, langures, mariposas y un par de varanos enormes de más de dos metros.
Otro lugar cercano a la ciudad de Georgetown es el templo chino budista de Kek Lok Si, el templo budista más grande de toda Malasia y uno de los que más nos ha gustado en todo el viaje.
En estas fechas se encuentra especialmente adornado, también está de gente hasta arriba por el mismo motivo. Muy cerca de aquí se encuentra Penang Hill pero hace demasiada calor para hacer otro trekking por la selva.
En nuestras últimas horas por la ciudad nos encontramos con un paseo junto al mar muy agradable en las cercanías del fuerte. Estaba lleno de locales que se relajaban cenando en un food market muy auténtico, mientras los niños correteaban a sus anchas por el paseo marítimo.
Ya en el autobús de regreso a Kuala Lumpur, sentimos que estos días por Malasia han volado fugazmente. Era un país en el que teníamos las expectativas muy altas y puedo afirmar que no me ha defraudado, más bien todo lo contrario. La calidez de sus gentes y lo abiertos que son de cara al visitante nos han hecho sentir muy cómodos. Por ejemplo, mientras escribo estas líneas hemos hecho una parada en un bar de carretera para comer y un hombre nos ha invitado sin conocernos de nada, ha pagado su cuenta y la nuestra, le hemos dicho que no tenía por qué hacerlo y nos ha soltado: don´t worry now we are friends. Nos hemos quedado sin entender muy bien la situación, pero bienvenidos sean estos encuentros.
Aquí termina nuestra etapa de tres semanas por Malasia, pero nuestro viaje continúa. Tomamos un avión desde Kuala Lumpur que nos acercará hasta las montañas del norte de Tailandia, allá vamos.
Pues fue llegar a Georgetown y la historia volvió a repetirse. Esta vez reservamos 3 noches en Guest Inn Muntri a través de Agoda, tenía 7,8 de puntuación, algo que no puedo llegar a entender. La habitación no estaba mal pero al revisar el colchón, sorpresa. Nuestros amigos los chinches estaban esperándonos. Otra vez el mismo cuento, pero esta vez en pleno año nuevo chino, con un montón de alojamientos llenos y los precios por las nubes. Por suerte encontramos habitación en una guesthouse justo al lado por 60rm y sin chinches, pero ahora nos toca pelearnos con agoda para recuperar nuestro dinero.
A la mañana siguiente tomamos el bus 101 que nos lleva hasta la entrada al parque nacional. La entrada al parque es gratuita, pero hay que registrarse allí mismo e indicar la ruta que se va a realizar. Nosotros tomamos el camino que llega hasta Monkey beach, un sendero de unos 3,5km que se abre hueco entre la jungla y que va bordeando la costa norte de Penang. Nos gustó mucho la ruta, vimos monos, langures, mariposas y un par de varanos enormes de más de dos metros.
Otro lugar cercano a la ciudad de Georgetown es el templo chino budista de Kek Lok Si, el templo budista más grande de toda Malasia y uno de los que más nos ha gustado en todo el viaje.
En estas fechas se encuentra especialmente adornado, también está de gente hasta arriba por el mismo motivo. Muy cerca de aquí se encuentra Penang Hill pero hace demasiada calor para hacer otro trekking por la selva.
En nuestras últimas horas por la ciudad nos encontramos con un paseo junto al mar muy agradable en las cercanías del fuerte. Estaba lleno de locales que se relajaban cenando en un food market muy auténtico, mientras los niños correteaban a sus anchas por el paseo marítimo.
Ya en el autobús de regreso a Kuala Lumpur, sentimos que estos días por Malasia han volado fugazmente. Era un país en el que teníamos las expectativas muy altas y puedo afirmar que no me ha defraudado, más bien todo lo contrario. La calidez de sus gentes y lo abiertos que son de cara al visitante nos han hecho sentir muy cómodos. Por ejemplo, mientras escribo estas líneas hemos hecho una parada en un bar de carretera para comer y un hombre nos ha invitado sin conocernos de nada, ha pagado su cuenta y la nuestra, le hemos dicho que no tenía por qué hacerlo y nos ha soltado: don´t worry now we are friends. Nos hemos quedado sin entender muy bien la situación, pero bienvenidos sean estos encuentros.
Aquí termina nuestra etapa de tres semanas por Malasia, pero nuestro viaje continúa. Tomamos un avión desde Kuala Lumpur que nos acercará hasta las montañas del norte de Tailandia, allá vamos.