Aterrizando en TOKYO
Después de pasarnos una semana preparando maletas y revisando que no se nos olvidara nada, pusimos rumbo al aeropuerto del Prat, donde aún no había empezado la huelga del personal del control de seguridad oficialmente, pero donde ya se formaban buenas colas para pasar por el arco. Fuimos muy pronto, por si acaso, e hicimos el chek in y el control sin problemas y sin mucho tardar. Otra historia fue el primer vuelo, con la compañía LUFTHANSA, que nos debía llevar desde Barcelona hasta Frankfurt, el cual se retrasó prácticamente dos horas debido al mal tiempo, y sufrimos mucho por no saber si podríamos coger el vuelo de ANA que nos iba a llevar a Tokyo o tendríamos que pasar la noche en Frankfurt, con lo cual perdíamos al menos un día de viaje. De hecho nos dijeron que esa era una posibilidad, lo que nos cabreó bastante.
Por suerte, esto no fue así, y aún a pesar del retraso, al bajar del avión en Frankfurt a los que volábamos hacia Tokyo nos esperaba un autobús que nos iba a dejar directamente en la puerta de embarque, porque si no, nadie hubiese llegado a tiempo a coger el vuelo. El vuelo con ANA fue muy bien, más cómodo que la vuelta con LUFTHANSA, que tampoco es que estuviera mal. Como volábamos de noche (para nosotros) el vuelo fue bastante llevadero, y después de la cena apagaron todas las luces, y a dormir un rato; eso el que pudiera, porque yo en los aviones como mucho cabezadas y gracias. Después de la cena y la 'siesta' vino el desayuno. En las comidas había como dos versiones, una de ellas con comida más occidental y otra de estilo más 'oriental', en la cual siempre había algo de arroz, encurtido, etc. De la comida no puedo decir casi nada bueno, porque no me gustó casi nada, excepto los yogures que estaban muy buenos
Comentar que durante el vuelo nos repartieron para rellenar el documento conforme declaramos que no llevamos nada que no está permitido a Japón. En él tienes que poner tu nombre, fecha de nacimiento, los días que vas a estar y el hotel donde nos alojaremos. Es importante llevar anotado el número de teléfono del hotel, porque lo vamos a necesitar para rellenar el documento. Lo entregaríamos al llegar, al pasar el control de inmigración, justo antes de recoger las maletas.
El vuelo lo pasamos viendo películas (peliculones como El bebé jefazo ), series, documentales... y en unas horas ya estábamos aterrizando en Haneda. Pero se hizo largo, largo. Después de tantas horas y nervios y tantos meses planificando, como que llegas y hasta que no pasa un ratito no te lo crees. Después de pasar controles fuimos a recoger maletas y a cambiar algo de dinero para pasar las primeras horas en Japón, puesto que la mayoría de dinero lo iríamos a cambiar a Akihabara (al famoso Ninja) y otros tantos pagos los haríamos con tarjeta (la bendita Revolut). Después de cambiar unos eurillos, compramos en el mismo aeropuerto las tarjetas de metro -una de 24 horas y otra de 72- y compramos también los billetes de tren para llegar a nuestro hotel, el Mystays Asakusa (luego al final del viaje ya haré un resumen de los hoteles).
Por cierto, comentar que nos aclaramos muy bien en el aeropuerto de Haneda. Todo está súper bien indicado y a mano. Por lo cual, desde que bajamos del avión hasta que cogimos el metro no nos perdimos. Seguro que en cualquier otro aeropuerto europeo nos perdemos veinte veces entre que hacemos una cosa y otra...pero aquí fue todo fácil y rápido de verdad. Desde pasar los controles, comprar los tickets, cambiar el dinero, coger el metro, etc.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tokyo Subway Ticket 72h - ¥1500
Tokyo subway Ticket 48h - ¥1200
Tokyo Subway Ticket 24h - ¥800
Los tickets para el metro los compramos en la oficina de información del aeropuerto. Es muy fácil de encontrar.
Sirven para TODAS las líneas de metro (Tokyo Metro y también Toei).
Duran 24, 48 o 72 horas desde el momento de la activación. Es decir, no va como el JR Pass, que es por días naturales.
Cogimos la Keikyu line, que al cabo de unas cuantas paradas se transforma en una línea de metro de la compañía Toei (Asakusa Line) por lo cual nos venía muy bien. El primer contacto con el transporte público, ya lo sabéis los que habéis estado (y los que no, lo habréis leído xD), nada que ver. Un silencio y tranquilidad envidiables; con razón se pegan las siestas que se pegan. Antes de salir del metro buscamos al número de salida que mejor se ajustaba a dónde queríamos ir (otra cosa es que lo hiciéramos bien) y salimos a la calle.
En cuanto al metro, por internet y en esta misma página, en el foro y en diarios se explica muy bien cómo se tienen que comprar los billetes, cómo son las máquinas, por dónde se mete el dinero y por dónde sale el ticket y todo eso. Por no repetirme, sólo decir que antes de ponerte en la cola para comprar el ticket y liarla parda, lo importante es fijarse en los paneles superiores dónde tienes que bajar y qué precio le corresponde, porque lo primero que hay que hacer (después de poner la máquina en idioma inglés ) es elegir el precio en función del sitio en el que te vas a bajar. Si te equivocas y pagas de menos, no pasa nada, porque pagarás la diferencia al salir de metro. Básicamente que cuando metas el billete para salir, la máquina no se lo tragara, no se abrirá y tendrás que ir a pagar la diferencia en unas máquinas que tienen especialmente para eso. Lo tienen todo controlado.
Otra cosa importante es que os fijéis en los numeritos de las salidas del metro, para salir por la que os interese, porque os pueden ahorrar unos cuantos metros andando...lo digo por experiencia En alguna ocasión no le dimos importancia a ésto y realmente es todo MUY GRANDE. Así que el numerito importa.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una foto que hicimos un día en el metro
Pusimos rumbo al hotel, que estaba bastante cerca de la parada de metro, y cruzamos por uno de los puentes del río Sumida. Desde allí divisamos ya la Tokyo Skytree y el edificio Asahi y su mondongo dorado, por llamarlo de alguna forma. Se supone que el 'mondongo' es la espuma de la cerveza. Muy bonito y peculiar conjunto, por cierto, especialmente de noche cuando pasan los barquitos iluminados por el río.
Después de una breve caminata y de empezar a vislumbrar una todavía tímida invasión de máquinas de bebidas en las calles de Japón, llegamos a nuestro hotel. Dejamos las cosas, más o menos en orden porque íbamos a pasar unas cuantas noches en el hotel, nos dimos una reparadora ducha y salimos a dar nuestro primer paseo nipón. Cuando salimos ya estaba oscureciendo y nuestra intención fue acercarnos al templo Senso-ji, dar una vuelta por allí y cenar alguna cosa.
Vistas nocturnas de la Tokyo Skytree y el edificio Asahi
Volvimos a pasar frente a la Skytree, donde nos paramos a observarla y a echarle unas fotos desde el otro lado del río y continuamos muy bien sin saber por dónde, hasta el templo. Entramos por un lateral, por lo cual no vimos aún la puerta Kaminarimon (que por cierto, estaba en obras) y fuimos a parar a la calle Nakamise, donde evidentemente estaban echadas todas las persianas de las tiendas, porque ya era una hora considerable.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Así 'lucía' la puerta Kaminarimon
Había muy poca gente por la calle. Empezamos a ver las luces rojas a lo lejos y cuánto más nos acercábamos a la puerta del templo más maravillada me quedaba del conjunto tan precioso que estaban viendo mis ojos. En ese momento fue cuando pensé: 'este país me va a gustar más de lo que creía'. No me equivoqué. Me parecía un lugar mágico, como si estuviera en una película.
Anduvimos alrededor del templo, de la pagoda, de la puerta, e hicimos muchas fotos. Verlo de noche es espectacular, porque además hay muy poca gente y la atmósfera es fantástica. Sólo había unos pocos turistas tan embelesados como nosotras, echando fotografías a todo. Es una visita súper recomendable, no os lo perdáis de noche.
Al día siguiente teníamos pensado volver para verlo todo con la luz del día.
Vista nocturna puerta y pagoda templo Sensoji
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hondo o salón principal
Aquí es donde se recogían los papelitos de la fortuna
Aquí es donde se colgaban los omikuji o papelitos de la fortuna cuando nos presagiaban mala fortuna
A esas horas teníamos ya más hambre que un perrete chico así que buscamos por los alrededores nuestro primer encuentro con la gastronomía japonesa en el país. Pasamos por varios locales de comida, pero como había tantos, nos costó decidirnos, además de que por la cabeza nos rondaba la eterna pregunta de ¿nos vamos a enterar de algo? No hemos salido nunca de Europa y la inexperiencia viajera tiene estas cosas. Luego fue tan sencillo que me sentí hasta mal por haber dudado entrar. Es tan facil como entrar, te dan la bienvenida, te dicen dónde sentarte, te traen carta en inglés o señalas dibujito, te traen la comida y la cuenta, comes, pagas y te vas. Muy misterioso, como podéis ver. Pero creo que es normal sentir un poco de canguelo con estas cosas. Comimos unos Ramen y unas gyoza que acabamos a reventar, y de beber, ya tienen preparadas en las mesas jarras con agua y hielo. Cenamos por un precio más que económico y emprendimos la vuelta hacia el hotel.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Antes de llegar, entramos en nuestro primer Seven Eleven, hecho que se iba a repetir todos los días del viaje porque esas tiendas son un puñetero vicio, ya sea para comprar la cena, una lata de cualquiera de las mil variedades de bebida o cualquier aperitivo que no tienes ni pajolera idea de qué es pero que como te gusta sentir el riesgo en el paladar, compras. Los mejores y peores descubrimientos empiezan por ahí. No es que sean las tiendas más económicas del mundo, pero para salir del paso están bien y como hay miles y abren a todas horas, siempre tienes alguna, o más de una, a mano.
Con el desayuno comprado para el día siguiente en nuestro poder volvimos al hotel a descansar, que ya era hora de dormir en condiciones. Al día siguiente queríamos ir por la mañana a Asakusa, esta vez a verlo todo de día, y por la tarde Akihabara nos esperaba!