Este día nos levantamos muy temprano. Lo bueno es que los madrugones en Japón no cuestan tanto, porque amanece muy temprano y te habitúas a moverte según las horas del sol. Cogemos todas nuestras cosas, que ya habíamos dejado preparadas la noche anterior y bajamos a hacer el check out. Como es tan temprano solamente tenemos que dejar la llave en un buzón de recepción.
Para llegar a Takayama teníamos un viajecito de aproximadamente cuatro horas. Primero tuvimos que ir desde nuestra estación de metro a la estación de Tokyo y allí cogimos un shinkansen a las 6.30 de la mañana dirección Nagoya. Por el camino nos compramos algo de desayunar para comer en el tren. En Nagoya tuvimos que hacer transbordo y coger otro tren dirección Takayama (un limited express). Este tren tarda bastante en llegar hasta Takayama pero el paisaje durante todo el camino es precioso, así que a mí no se me hizo pesado, porque todo el rato vas viendo el río y los bosques, las casitas...

Un rato antes de llegar a Takayama pasamos por un pueblo llamado Gero. Vaya pintaza de sitio. Ya lo tengo fichado para el próximo viaje a Japón (porque por supuesto yo también me apunto al club de los que vuelven a Japón). Es un pueblo en las montañas que vive básicamente de sus aguas termales.
Al cabo de un rato llegamos a Takayama. Al lado de la estación de tren se encuentra la estación de autobuses (Nohi). De allí salen diferentes autobuses, los que hacen excursiones y los que te dejan por las afueras de Takayama. Nuestro alojamiento estaba un poco retirado, a las afueras de la ciudad. Es un ryokan que está al lado de Hida Folk Village, así que tenemos que subir en bus, porque andando hay un trozo (unos 30 minutos a pie) y vamos con maletas, aunque una vaya casi vacía, pero hace bulto xD.
Mientras esperábamos al bus podríamos haber entrado en la oficina, que estaba justo detrás y haber reservado la excursión a Shirakawago, pero no lo hicimos y claro, obviamente al día siguiente no pudimos ir porque cuando se nos encendió la bombilla ya estaban todos los autobuses reservados. Pero bueno, eso ahora no viene al caso.

El autobús no tardó mucho en venir y nos montamos con nuestros trastos. El camino hasta el ryokan dura unos 10 minutos en autobús, pero es cuesta arriba, así que hacerlo con maletas no mola.

www.nouhibus.co.jp/ ...161001.pdf
El autobús nos deja al lado del ryokan. La zona es muy chula, porque está más alta y rodeada de bosques. Al entrar al ryokan nos descalzamos y nos dejan unas zapatillas para andar por allí. En las zonas de tatami tienes que andar descalzo o con calcetines. Los propietarios y trabajadores del ryokan nos reciben súper bien (hablan inglés muy bien), nos ayudan a cargar nuestras cosas y nos llevan a nuestra habitación. Está súper bien, es de estilo japonés, con tatami, futones, etc. Y como no, tenemos en la habitación unos yukatas con los que me hago mil trillones de fotos. La típica cosa que mientras estás aquí piensas 'esto es la típica turistada que hace un poquillo de gracia'. PUES NO. Cuando estés allí no te hará un poquillo de gracia, TE ENCANTARÁ.
También nos enseñan las zonas de aseo y wc (lo tenemos fuera de la habitación, pero muy cerca, y además son muy nuevos y están muy limpios), y abajo, la zona de los baños. Tienen tres baños (sento), que es el típico baño interior, en el cual hay una hilera de duchas con taburetes, donde tienes que ducharte propiamente. Te dejan gel para el cuerpo y champú. Y luego está el baño grande en el suelo, con el agua muy caliente, donde ya tienes que meterte bien limpito y sin restos de jabón. Evidentemente todo esto es en pelotas, pero hay un baño para mujeres, otro para hombres y otro para parejas, amigos, etc. Que este último lo puedes usar un rato en privado. No hace falta que lo reserves, bajas al baño y si está libres te encierras por dentro y listo. Tienes un límite de tiempo para usarlo pero como el agua está muy caliente lo usas lo justo para ducharte y relajarte un poco. Estos baños son la leche, eso sí, tienes que usarlos en el horario que tienen ellos, pero creo que era un horario lo bastante amplio.
Después de ver las instalaciones y dejar nuestras cosas en la habitación, nos vamos a dar una vuelta y a ver si comemos algo, pero antes reservamos la cena en el mismo ryokan (se puede reservar siempre antes de las 6 de la tarde, más tarde no te dejan). Nos pillamos un menú que lleva carne de waygu, para al menos poder probarla un poco y darnos un capricho.
Salimos del ryokan y nuestra intención es ir a Hida Folk Village, que está al lado, pero antes intentar comer alguna cosa por el camino. No es que haya mucha oferta de aquí al museo (más bien es que sólo había un par de locales para comer) pero encontramos un restaurante que llevaban una señora y un señor muy mayores, donde daban boles de fideos. Como no hablamos nada de japonés ni ellos de inglés, toda la comunicación fue por señas, pero nos vino genial que tuvieran los platos de cera. La comida estaba estupenda y nos costó muy barato. Después fuimos a otro local, donde vendían un montón de dulces y souvenirs, y nos cogimos de postre unos helados de te verde. Ya teníamos energía suficiente para afrontar la visita a Hida Folk Village.
Hida Folk Village es un museo que recrea una aldea típica de la región de Hida durante el período Edo (esto es, según Wikipedia, desde 1603 hasta 1868). La entrada nos cuesta 700¥ y cierran a las cinco de la tarde, por lo que tenemos todavía un buen rato para disfrutarlo. Esta visita me encantó. Al entrar te encuentras un lago, donde hay cisnes, patos, enormes carpas...por pocos yenes podíamos comprar pan para alimentar a los animalitos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Detrás del lago ya se ven algunas de las edificaciones típicas de la aldea: casas, granjas, molino, granero, etc. Y detrás nuestro, nada más entrar, hay una serie de casetas con juegos típicos tradicionales para que la gente pueda probar su habilidad. También tienen sellos para estampar la entrada con unos dibujos muy monos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El museo al aire libre contiene hasta treinta edificios o puntos de interés. Destacan algunas de sus altas casas de madera con los asombrosos tejados de paja. Detrás del museo todo es bosque y te avisan con letreros de que si te internas por esos caminos te puedes encontrar con osos

En todas las casas y edificios podréis entrar, eso sí, hay que descalzarse porque son suelos de tatami, lo que significa que os estaréis poniendo y quitando los zapatos cada dos por tres (yo lo hice por lo menos veinte veces, sin exagerar, así que ya sabéis, zapatos muy fáciles de poner, y ya no os digo nada si vais con niños pequeños). Podéis entrar en todas las estancias de la casa y explorarlas. Los fuegos a tierra suelen estar encendidos y hay cartelitos explicando que en esa estancia de la casa es donde se reunía toda la família, porque durante el invierno, en la región, atiza el frío que no veas.
Dentro de muchas de las casas hay exposiciones de varias cosas típicas de la región de Hida (herramientas, telas, trajes...antiguas) y en algunas de ellas podéis subir hasta los pisos superiores que sujetan el techo para verlo de cerca. Para construir este tipo de tejado a dos aguas ayudaba todo el pueblo y les llevaba un esfuerzo considerable.
Los edificios que forman Hida Folk Village fueron traídos aquí de varios lugares de la región para que estuvieran todos juntos y tuvieran una mejor preservación. Y les quedó un museo muy completo e interesante. Lo bonito es que al ser diferentes edificios y construcciones (casas, molino, granero, pozo...) es como una aldea de la época.
Cerca de la salida hay un edificio donde hay un señor tallando figuras de mandera, preciosas. Te deja entrar a verlo mientras él trabaja. Los precios de las tallas...una pasada. Pero claro, tiene un curro impresionante hacer eso.
Hida Folk Village



Después de pasar un buen rato viendo la aldea fuimos a ver las tiendas de recuerdos que había al lado del museo, para comprar algún recuerdito gastronómico, jiji. Tambíen estuvimos probando dulces y galletas típicos y compramos un par de cajas de las que más nos gustaron. Había unas rellenas como de una crema de castaña...muy ricas!
Después ya nos fuimos para el ryokan. Aprovechamos que en la habitación había para hacernos te y nos tomamos un te con una pastita de las que habíamos comprado y preparamos las cosas para darnos un baño en el sento y relajarnos a tope. En ese momento el baño privado estaba vacío con lo cual pudimos disfrutarlo a solas y de paso así pude echarle una foto. Es la mar de relajante, eso sí, el agua está muy caliente. Pero sienta muy bien.
Después del baño subimos a la habitación para vestirnos y bajar al comedor, donde teníamos que bajar a cenar. La cena es a las 7 de la tarde, y en el comedor había puestas cuatro mesas. En total éramos cuatro parejas cenando en un ambiente tranquilo y relajado. Cuando llegamos a nuestra mesa había unos pequeños fogones encendidos, donde teníamos que poner a asar nuestra carne y verduras. También teníamos una sopa de miso y arroz. La carne estaba buenísima!! También probamos el sake, que pudimos subirlo a nuestra habitación.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Ese día nos fuimos a dormir súper pronto porque habíamos madrugado bastante. En general fue una jornada tranquila y de relax para disfrutar del ryokan y el entorno. Pero lo mejor es poder dedicarle un par de noches a Takayama y visitar también Shirakawago. Nuestra siguiente jornada consistía en visitar Takayama y a las 4 y media salía el tren que teníamos que coger dirección Nagoya, donde haríamos transbordo para coger el shinkansen hasta Kyoto. Los billetes los íbamos reservando un par de días antes en las estaciones de JR donde existía este servicio, que son la mayoría de estaciones grandes de JR. Hay una lista de estaciones en el folleto que te dan cuando compras el JR pass. Sólo tuvimos problemas para ir a Miyajima con reserva, pero el día que fuimos estaba la isla hasta los topes. Bueno, no me enrollo más, que esto ya pertenece a otra etapa.