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El Monzón apareció pero afortunadamente lo hizo de madrugada… No obstante, nosotros lo tuvimos también en la habitación, porque al ducharnos se cayó la manguera de la ducha y empezó a salir agua como su fuera una fuente directamente de la tubería. Llamamos a Recepción y acabaron todos los chicos empapados, menos mal que nos lo tomamos con humor y conseguimos entre todos taponarlo hasta que llegara el fontanero. Al final nos cambiaron de habitación y salimos bastante tarde del hotel.
Pero íbamos a seguir mojándonos. Las calles de Thamel no están asfaltadas, son arena y cuando llueve se forma un barrizal. En este caso, directamente fue un pantano, porque tampoco hay sistema de alcantarillado y el agua entraba hasta las tiendas de los bajos de nuestro edificio. Cuando llegamos a la calle, mi novio, ante el asombro de todo el mundo que esperaba en todos los locales de la calle para poder salir, se lanzó a andar con el agua por las rodillas. Yo al principio estuve valorando alguna otra posible ruta, pero al no encontrarla, me remangué el pantalón y le seguí, con el aplauso y de toda la calle.
Afortunadamente las inundaciones solo afectaban a ese tramo exacto. Continuamos andando y compramos para desayunar en una pastelería con buena pinta un croissant de queso, una porción de cheesecake de limón y un cinnamon roll por sólo 280R. Teníamos una mañána de gestiones ya que debíamos gestionar los permisos de trekking en la oficina de turismo. Se podía hacer en Pokhara, pero era algo que queríamos quitarnos de encima cuanto antes por si surgían complicaciones. Nos sacamos 4 fotos de carnet cada uno por 400R en total en un puesto y callejeamos viendo la vida diaria de los nepalíes mientras las revelaban.
Así, nos dirigimos andando a Nepal Tourism Board con un mapa de la ciudad que habíamos comprado, y preguntando conseguimos llegar. La dirección es Pradarshani Marg, Kathmandu 44617.
El horario es de 10 a 17hrs, pero resulta que llegamos sobre las 13:00 y justo empezaban su hora de comida, así que nos hicieron esperar una hora, que aprovechamos para ir rellenando los impresos de los permisos TIMS (Trekker’s Information Managemet System) y el ACAP (Annapurna Conservation Area Project), que son los necesarios para hacer trekking por la zona de los Annapurnas, como era nuestro caso. Valen 2000R cada uno si realizas el viaje por tu cuenta, con guía valdrá la mitad pero tendréis que pagar el extra de la agencia y sus honorarios. Como nosotros íbamos solos, lo hicimos así. Hacen falta 2 fotos de carnet para cada permiso y fotocopia del pasaporte.
Con el trámite hecho, preguntamos a la chica del mostrador cual era la mejor forma de llegar a Patán y nos dijo que lo mejor era coger un bus público que para casi en la puerta de la oficina. Sólo teníamos que preguntar cuál iba a Lagankhel. Así lo hicimos y no hubo la más mínima dificultad. Son pequeñas furgonetas blancas con un hombre que viaja agarrado a la puerta entreabierta y va gritando el destino. Sólo tienes que decir donde vas y en la mayoría de los casos, te recogerán. Se paga el final del trayecto y se va un poco hacinado, pero es muy chulo y barato.
Ahorramos mucho dinero viajando casi siempre en bus local en vez de taxi y la experiencia fue mucho más enriquecedora. La gente es amabilísima y cualquier que sepa inglés intentará entablar conversación y querrá saber más sobre vuestra vida y sobre qué os está pareciendo Nepal. En ese trayecto hasta Lagankhel, conté 45 personas en una minibús de 15 plazas, casi nada. Sólo nos costó 15R por persona y una vez en Langankhel, preguntando no tuvimos dificultad en llegar a la Durbar Square de Patán.
Los edificios de alrededor ya nos anticipaban la belleza que nos esperaba. Por cosas como esas, quería ir a Nepal.
La entrada es de 500R, pero callejeando nos encontramos dentro de la plaza sin pasar por caja. Disfrutamos de los edificios, también bastante afectados por el terremoto, pero los que aún seguían en pie, con mejor aspecto que lo de Katmandú.
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Se respiraba un aroma a pueblo pequeño, con locales sentados en la plaza comentando la actualidad. De hecho, un par de abueletes nos preguntaron que de donde éramos y cuando les dijimos que de España, nos comentaron que hacía años habían coincidido allí con nuestro rey Juan Carlos, perfectamente pronunciado.
Con la visita hecha, seguimos callejeando por las calles del pueblo buscando un sitio donde comer. Terminamos aleatoriamente en la terracita interior de un local con aspecto bastante familiar. Volvimos a pedir Momos, y además, un rollito de primavera vegetal y arroz con pollo, acompañado de unos refrescos. Allí constatamos que con pedir solamente momos es suficiente, pues suelen poner siempre unas 10 unidades por ración.
El total fue de 675R y comimos estupendamente. Muy barato.
Al filo ya de las 5 de la tarde, queríamos ir al templo de los monos, Sawayanbunath, al oeste de la ciudad. Supusimos que la combinación de transporte público era bastante complicada y cómo no queríamos que se nos echara la noche encima, cogimos un taxi por 700R, algo caro, pero al fin y al cabo el mismo precio que para ir del aeropuerto a Thamel y en este caso era una distancia similar.
Circulamos por calles imposibles, estrechísimas y en medio de un tráfico brutal, pero finalmente llegamos no mucho tiempo después y comenzamos la ascensión al templo por sus destartaladas escaleras plagadas de monos.
Pagamos 250R cada uno por la entrada y aunque también en obras, disfrutamos por primera vez de una de las impresionantes estupas nepalís, blancas, doradas y rodeadas de banderolas de colores.
Desde lo alto de la colina, también se tienen unas impresionantes vistas de toda la ciudad, y supongo que cuando está más despejado, también de las montañas que rodean el valle (Ojo al mono) .
Pasamos bastante rato deambulado por ese ambiente mágico y antes de que anocheciera, volvimos andando a Thamel. No está demasiado lejos, y veréis muchas escenas cotidianas de esas que a nosotros nos encantan.
Una cosa que nos encantó es el no vernos envueltos en un ambiente turístico. No nos encontramos en todo el día a ningún occidental hasta que llegamos a Thamel.
Dimos una vuelta por distintas agencias de viaje con la intención de reservar el autobús a Pokhara el viernes. Muchas estaban cerradas a esa hora, pero nos quedamos mirando una y un chico joven que justo se iba nos dijo si nos podía ayudar. Le dijimos lo que buscábamos y nos hizo subir a un piso muy entusiasmado, más aún cuando le dijimos que éramos españoles. Nos contó que había estudiado turismo y que justo esa semana había abierto su propia agencia y que seríamos sus primeros clientes. Él es guía en el trekking del Manaslu y nos dio que tenía clientes de Barcelona para el mes siguiente, que su hermana vivía allí y que estaba encantado de ayudarnos con los billetes de autobús sin llevarse ninguna comisión a cambio de que le ayudáramos a arrancar la agencia con comentarios positivos en Tripadvisor. Yo lo único que le dije es que quería un autobús con aire acondicionado, así que llamó a un contacto y nos los consiguió por 600R/ persona. Buen precio. Quedamos dos días después para pagarle y recogerlos. El chico se llama Uttam Kapri y la agencia Explore Manaslu. Muy voluntarioso y simpático, aunque todo no salió como esperábamos.
Después de curioseamos un rato por tiendas de souvenirs, y tras ducharnos, fuimos a cenar un restaurante justo al lado del hotel con muy buena pinta, aunque totalmente orientado al turista: New Orleans Café. Una vez en España ya vimos que venía recomendado en la Lonely Planet. La decoración era preciosa, en madera, con plantas y velas y cenamos Indian Paneer (típico queso fresco muy común en la cocina vegetariana de la zona) y pollo a la barbacoa nepalí. De postre pedidmos una cheesecake de limón. Estaba todo buenísimo y disfrutamos mucho de la cena con una música chill out de fondo, por 1491R, bastante más caro que la comida de la mañana pero a muy buen precio para nuestros bolsillos europeos.
Nos retiramos a dormir a nuestra nueva habitación… que fue un suplicio. Estaba rodeada de discotecas y la música era atronadora hasta altas horas de la madrugada. Por suerte, estábamos demasiado cansados como para no caer rendidos.
GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS
- Desayuno: 280 R
- Fotos Carnet: 400 R
- Permisos de Trekking TIMS y ACAB: 8000R (2000 x cada uno x persona)
- Autobús a Patán: 30 R
- Comida: 675 R
- Taxi a Sawayanbunath: 700R
- Entradas Sawayanbunath: 500 R
- Cena: 1491R
Total: 12. 076 R
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