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¡Qué gusto poder dormir del tirón sin incidencias! Nos depertamos una hora antes de la llegada a Delhi para ir atentos a las paradas y a medida que entrábamos por Old Delhi pudimos comprobar todo eso que nos decía la gente: pobreza extrema, montañas y montañas de deshechos junto a las vías, niños caminando solos… Una pena.
El acoso al salir fue de los peores que sufrimos junto a Varanasi, pero nosotros intentamos mantenernos ajenos, y enfilar la calle sin mirar a nadie hasta que conseguimos un tuk tuk que nos llevara por 100R a la zona de Paharganj, que era donde estaba nuestro hotel.
En ese momento, agradecimos no haber empezado el viaje por Delhi. El calor, el tráfico, el ruido, el desorden… quizá nos habrían parecido demasiado. O quizá no, y simplemente hubiéramos disfrutado de novedad con el impulso de la ilusión por una nueva aventura. El caso es que a esas alturas, ya estábamos curtidos y el choque no nos pareció muy grande, pero supongo que para muchísimos viajeros que empiezan por ahí debe ser demasiado.
Llegamos a nuestro hotel, el New Elegance. Por fuera parecía un edificio en reformas, pero por dentro estaba perfecto y fue una estancia bastante buena, con todo tipo de comodidades en la habitación.
Nos duchamos y fuimos andando a la estación de metro de New Delhi, que supuestamente estaba cerca, y sí, pero con tanto tráfico, carriles y gente intentando mandarte en la dirección equivocada para intentar que pagaras un taxi o tuk tuk (incluso policías), nos entretuvieron más de la cuenta, pero al final llegamos… eso sí, empapados en sudor. El metro de Delhi nos sorprendió gratamente: es nuevo, limpio, moderno y rápido. En función del trayecto y línea, deberás comprar las fichas e una u otra taquilla, y el precio depende del número de paradas. Por un billete a la Qutab Minar, nos cobraron 30R a cada uno.
La idea era ver el gran minarete desde fuera, pero una vez allí vimos que no era posible y decidimos pagar. Desde la estación de metro se veía muy a lo lejos, y una vez allí (tuvimos que pagar otras 30R de tuk tuk para llegar), vimos que estaba cubierto de árboles. Fueron 500R cada uno, como el resto de los monumentos importantes de Delhi, pero en este caso… he de decir que no merece la pena.
El minarete es bonito, no se puede negar, pero ya está, sin más. Para una vez que voy a ir a Delhi sí lo pagaría, pero si tuviera que recomendar recortar alguna visita, quizá sería esta, que además implica un trayecto fuera del centro. Una cosa importante es que los locales no pueden entrar con mochilas, pero los extranjeros sí… para eso pagamos, también.
Al salir, vimos un pequeño centro comercial con franquicias internacionales y decidimos comer allí. Nos hubiera gustado algo más típico, pero teniendo en cuenta la hora que era y las ofertas de la zona, no podíamos especular mucho, así que nos confirmamos con un par de menús del Subway por 490R.
Con el estómago lleno, negociamos con un tuk tuk para que nos llevara al Lotus Temple por 150R. De nuevo experimentamos el intenso tráfico de Delhi, aunque por esas zonas tenía algo más de orden que en el centro. Lo bueno del Templo de Loto es que es gratuito, pero se ponen un poco pesados con qué metes dentro de la mochila. A nosotros nos hicieron tirar unas tijeras para cortar las uñas y un mechero que ni siquiera me acordaba que tenía, porque no fumo.
El templo nos gustó mucho por fuera, es muy curioso. Dentro, teníamos que hacer grupos para poder ir accediendo descalzos…. Y era sosísimo. Sólo bancos de madera y ya está… al final la atracción terminamos siendo nosotros, los únicos extrajeros del lugar. Suerte que el exterior nos gustó, porque el interior resultó decepcionante, sin ir esperando gran cosa.
Compartiendo tuk tuk con otros viajeros, llegamos al metro pagando 10R cada uno. Allí de nuevo compramos fichas por 20R/ persona también hasta Khan Martket, desde donde llegamos andando a la Puerta de la India.
Nos pareció una zona bastante europea, recordándonos a nuestro Madrid, concretamente a la Puerta de Alcalá y el retiro. India Gate se erigió en memoria de los indios caídos en la I Guerra Mundial, y está rodeada de alguna fuente y zonas verdes donde la gente aprovecha para dar rienda suelta a la fiebre del selfie. Pasamos un rato de los más divertido con sus poses sugerentes.
El ambiente era familiar y festivo, con puesto de comida, vendedores de juguetillos para los niños y hasta gente bañándose el la fuente.
Regresamos en tuk tuk por 100R hasta la zona de Paharganj para buscar un sitio donde cenar. No encontramos demasiada oferta en nuestra calle, así que nos decidimos por casi el único restaurante que nos dio confianza y fue un acierto. Se llamada “India Grill” y eso nos aseguraba que hubiera pollo, al menos, y así fue. Pedimos un tandoori, aloo tikki Burger (una hamburguesa hecha de patata), cheese naan y gulab jamun de postre.
Con agua y dos cocacolas el total fue de 1220R, bastante más caro que nuestras comidas habituales pero aún económico para el bolsillo europeo… Y todo riquísimo, aunque el tandoori picaba de lo lindo.
El hotel estaba justamente enfrente, así que después de organizar del todo las maletas, disfrutamos de una película en inglés mientras descansamos en su comodísima cama. Dormimos de lujo.
GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS
- Total tuk tuks: 400R
- Total Metro: 100R
- Entradas a Qutab Minar: 1000R
- Comida: 490R
- Cena: 1220R
Total: 3210R
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